Aunque a estas alturas las plataformas que intermedian el servicio de movilidad parecen ser un común denominador entre los usuarios, es un negocio que crece a doble dígito. Lo afirma Ignacio Gutiérrez, el regional manager de Cabify para Latinoamérica.
“Al principio no había penetración de teléfonos inteligentes ni en usuarios, ni conductores, ahí el trabajo era más díficil”, dice Gutiérrez en una entrevista con Forbes. El gerente fue uno de los primeros empleados de la compañía, a la que entró cuando tenía 26 años porque conocía a su fundador y CEO Juan de Antonio, con quien tenía amigos en común. “Con la entrada de competidores, el mercado fue tomando más fuerza”, dijo.
Juan de Antonio reveló a Forbes a principios de este año en Madrid que Chile, Argentina y Perú son los principales mercados del unicornio español, valuado en más de US$ 1.400 millones.
Gutiérrez entró como gerente general de Chile y en 2020 pasó a ser el líder para toda la región, donde están completando 10 años de operaciones, que se extienden por Chile, Argentina, Perú, Colombia, Ecuador, México y Uruguay, donde compiten con gigantes como la norteamericana Uber, la china Didi, la europea Beat y la rusa InDriver.
“Los países latinoamericanos tienen un potencial de crecimiento mayor para nuestro negocio y es en los que más vamos a invertir. En los próximos dos años queremos invertir cerca de US$ 300 milones, potenciando mercados como México y Ecuador”, apunta Gutiérrez. “La industria de tecnología está en un momento en el que el levantamiento de capital está complicado y están buscando empresas rentables. Nosotros venimos trabajando en esto, somos cerca de un 40% más grandes de lo que eramos antes de la pandemia. Tenemos un Ebitda positivo en la región, lo que nos hace una empresa atractiva”.
Aunque los planes de una salida a bolsa de la compañía aún no están concretos, el líder de Cabify para la región sustenta que gran parte de esos recursos vendrán de lo que están generando y que su operación es rentable en varios países en los que operan.
En 2019, Cabify compró EasyTaxi, la plataforma de taxis más grande de Latinoamérica, que a su vez había adquirido Tappsi. Absorbieron las operaciones de ambas e integraron los taxis en su plataforma.
“En ese momento demostramos lo que veníamos diciendo, que nuestro competidor siempre ha sido el auto particular”, anota Gutiérrez.
Una movida que no les funcionó fue cuando intentaron introducir patinetas eléctricas como una de sus verticales. Frente a ello el jefe de Cabify sostiene que la región “no estaba tan preparada para ese tipo de movilidad y los vehículos no eran los mejores para las calles y los suelos que existen en los mercados latinoamericanos”.
Algo por lo que saca pecho son las 60.000 toneladas de dióxido de carbono que dicen haber compensado con proyectos de reforestación, energía eólica y biomasa en cada país, lo que la hace una aplicación neutra de carbono. Para 2030 se han propuesto la descarbonización de la totalidad de su flota.
Gutiérrez resalta que los ingresos de esta aplicación de movilidad se complementan con el foco en ciudades secundarias, aeropuertos y con una vertical de logística que se ha venido desarrollando desde la pandemia.
“Desde que partimos, supimos entender muy bien cuáles eran los atributos que íbamos a construir, que son calidad y seguridad para los pasajeros”, dice.
Durante este tiempo, la tecnológica también ha servido como una escuela para exempleados que se han ido crear sus propias compañías, como es el caso de un antiguo gerente en México, Ricardo Weder, quien fundó el supermercado en línea Jüsto, y de los peruanos Christophe Robilliard y José Manuel Palacios, quienes fundaron la fintech Kashin.
“Somos pioneros entre las empresas con equipos de tecnología en la región. Creamos equipos muy fieles, el paso natural de todas esas personas es que cuando llegan otras compañías les ponen el ojo o les pica el bichito de querer hacer algo propio”, explica Gutiérrez. “Ahora que estamos en un proceso de expansión y crecimiento, nos están tocando personas que están regresando a trabajar con nosotros”.
Esta compañía dice haber pagado más de US$ 51 millones en impuestos a los sistemas tributarios en la región. “Cada mercado está en una etapa diferente”, precisa Gutiérrez, quien tiene en sus manos la joya de la corona de una compañía europea que a futuro quiere salir a la bolsa.
*Publicada en Forbes Chile