"Mi camino es de mucha construcción, al igual que el camino que tuvo Bitcoin", dice Pablo Casadio antes de empezar a contar su historia. A sus 47 años, y trás casi dos décadas viviendo en España, está de vuelta en la Argentina para comenzar la expansión por Latinoamérica de Bit2Me, la empresa cripto que lidera y que a lo largo de los últimos diez años se convirtió en una de las más grandes en Europa.
"Me genera muchas sensaciones positivas volver al país. Estuve 19 años en España y regresar con este producto, que busca solucionarle problemas a las personas, me genera orgullo. Hicimos un evento de presentación en la Embajada de España y ver ambas banderas me emocionó mucho porque este es mi país y España me recibió muy bien durante casi dos décadas", explica el CFO de la compañía que este año desembarcó en la Argentina para iniciar sus operaciones.
La historia de Casadio es extensa e inusual. No solo porque desde muy joven lideró proyectos financieros para bancos y entidades financieras sino porque vivió dos de las crisis financieras más importantes de los últimos 25 años. "Empecé estudiando administración de empresas y economía y siempre estuve muy ligado a las finanzas. Arranqué haciendo consultorías y M&A en un equipo muy chico en Argentina pero tuve la suerte de trabajar para la banca. Era junior y trabajaba para Grupo Galicia y Banco Hipotecario y eso me fue generando la idea de que en algún momento iba a tener un banco", recuerda sobre aquellos años.
- Pero no fue un banco tradicional...
- No. A los dos o tres años me agarró la crisis del 2001. Estaba terminando la carrera y con 22 años viajaba mucho, lo que despertó la inquietud de vivir afuera. Había tenido algunas ofertas para ir a Europa y llegó una de España muy interesante que acepté. Estuve varios años trabajando con bancos allá y cuando empieza la crisis del 2008 yo era 'el argentino que ya había vivido esa experiencia'.
- ¿Cómo fue atravesar esas dos crisis?
- Me parecía muy fuerte que ambos países sufrieran crisis en tan poco tiempo y que se tuviera que salvar a los bancos. No entendía cómo mientras los negocios estaban cambiando por la llegada de Internet, el mundo financiero no cambiaba tanto. Todo a mi alrededor cambiaba pero eso no. Entonces, cuando descubrí el Bitcoin me di cuenta que era el futuro. Al poco tiempo ya pensaba que era el nuevo dinero, algo que hoy es más común de escuchar pero en ese momento éramos muy pocos los que veíamos eso.
- ¿Qué te generó ese pensamiento?
- Yo estoy convencido de lo que es el Bitcoin y lo que va a ser a largo plazo. Yo no vendí nada en esta suba de precios porque creo mucho en esta tecnología. Va a ser muy útil, sobre todo como reserva de valor. Después, las stablecoins se van a usar como medio de pagos transfronterizo en cuestión de segundos y con menores costos. El valor agregado es mucho, sobre todo en economías como las nuestras.
- ¿Por qué en vez de solo comprar este activo decidiste crear una empresa cripto?
- Cuando empezó la crisis en España me dieron unos clientes importantes, lo que fue positivo para ganar experiencia pero también me fue aburriendo. Yo ya venía con el deseo de tener algo propio y de ser emprendedor. Empecé haciendo mini inversiones en startups y ahí comienza mi contacto con este mundo. Hice seis o siete inversiones, algunas muy buenas y otras no tanto, y finalmente arranqué un proyecto propio. Primero armamos una consultora para encontrar talentos en 2011. Nos fue bien y nos compraron la compañía al año y medio. Luego, seguí con una compañía para hacer M&A y fundraising para startups. Ahí fue donde conocí a un chico que me ofreció hacer cajeros cripto y me interesó. Armamos dos o tres cajeros y eso generó que me metiera mucho más en el ámbito de las criptomonedas.
- Es un sector que cuando uno lo descubre se abre un mundo nuevo...
- Totalmente. De hecho, ese recorrido llevó a que conociera a Leif Ferreira, uno de los fundadores de Bit2Me, que en ese momento tenía cuatro meses de vida. Estaba buscando financiamiento y me di cuenta que ya tenía la plataforma armada para hacer compra y venta. Tomé un tren y fui a verlo a él y a Andrei Mauel, su socio, a Alicante. Fue un match instantáneo. Ellos tenían el producto pero no contaban con experiencia en empresas, todo lo que yo sí tenía. Así que compré un poco de la sociedad, vendí la empresa y me dediqué 100% a Bit2Me.
- ¿Cómo definis lo que crearon?
- Nosotros tenemos un banco cripto. Eso es muy interesante porque estamos compitiendo con bancos tradicionales que llevan 100 años en esta industria. Uno de nuestros principales inversores es BBVA, que nos puso un ticket a través de su programa de inversión Spark. Fue muy curioso porque es un banco tradicional que está queriendo aprender sobre este mundo. Fue una fusión muy increíble para nosotros y para la industria porque en Estados Unidos hicieron algo similar. Oficialmente BBVA era anticripto pero su brazo inversor invirtió en Coinbase.
- ¿Cómo fueron todos esos años trabajando con cripto en Europa?
- Hubo momentos difíciles. Cuando cae FTX, pasamos a ser los enemigos públicos N°1. Ahora estamos en un hype de nuevo pero mañana pasa algo y toda la confianza que tardamos años en crear se cae en un segundo. Además, es un mercado con desafíos totalmente distintos. En Argentina, emprender es complejo porque cuesta conseguir el financiamiento. En España pasa más por la reputación y la regulación. Porque en Argentina, estamos más acostumbrados a asumir riesgos. Ahora tenemos un registro creado por la CNV pero se operó durante muchos años sin uno. En España hubo limitaciones casi desde el principio. Generar confianza en España es más difícil y recuerdo que lo primero que pegó fue una charla que logramos dar en Telefónica pero la gente se preguntaba qué hacía una empresa arriesgando su reputación dando lugar a personas para hablar de Bitcoin. En cambio, el argentino cualquier cosa innovadora que haya la acepta.
- ¿Esa es una razón por la cual decidieron desembarcar en el país?
- Yo fui uno de los grandes impulsores de la expansión a la Argentina pero también era un camino natural. Somos los más grandes en España, Italia y Portugal. La expansión europea tiene que esperar a la Ley MiCA porque requiere de la licencia para hacerlo. Entonces, traer la plataforma a Latinoamérica era algo natural. Sobre todo porque tenemos mucha gente que ya nos conoce. Tenemos un espacio de educación llamado Bit2me Academy que tiene cinco millones de lectores y el 65% son latinos. Era muy natural la expansión y más teniendo detrás a empresas como Telefónica que tiene operaciones acá. Empezar por Argentina sabíamos que no iba a ser fácil y que incluso era más sencillo arrancar por Colombia o Uruguay pero es un mercado interesante, curioso y con usuarios con mucho conocimiento.
- Aprovechando tu experiencia como emprendedor, ¿qué consejo le darías a uno persona que está comenzando ese camino?
- Siempre que hablo con emprendedores les digo que va a haber momentos duros en los que uno tiene que mantener la calma y seguir confiando en lo que estás haciendo. Para mi eso es clave. Mantener claro el propósito es lo que te impulsa en esos momentos. Ninguno de nosotros entró a esto por el dinero sino porque realmente queremos que cripto llegue a todo el mundo. Podríamos estar retirados los tres y todos los días trabajamos para lograr nuestro propósito y enfrentamos desafíos todo el tiempo. Después, otro consejo que doy es avanzar con MVP. Es mejor sacar un producto que sea 6 o 7 puntos y luego perfeccionarlo a no lanzar nunca nada por la expectativa que sea una diez de entrada. Porque hay algo de lanzar, ver cómo funciona y recibir feedback de los usuarios que es importante. En Argentina hicimos eso. Lanzamos la plataforma y ahora estamos en un proceso de escuchar al usuario para ver qué usa, qué no y cómo nosotros podemos mejorar a partir de esa información. Por último, un consejo importante es elegir bien a tus socios. Nosotros nos complementamos muy bien, cada uno sabe cuál es su campo de experiencia y si bien todos opinamos, yo sé que de producto lo hago hasta un punto y después dejo que ellos sigan. Y viceversa con estrategias de negocio, marketing, etc. Es un camino largo y complejo y hay que transitarlo con los mejores socios posibles.