El origen del alfajor radica en el siglo 18, cuando vendedores ambulantes ofrecían dos masitas de mandioca con dulce en el medio. Quien lo investigó fue Jorge D'Agostini, autor del libro Alfajor argentino: historia de un ícono, que cuenta que fue un siglo después cuando aparecieron los primeros establecimientos especializados y tuvo que pasar otro siglo para que comenzara el proceso de industrialización.
De hecho, cuenta el autor en el libro, parte de la Constitución nacional de 1853 se redactó en la alfajorería Merengo, en la provincia de Santa Fe. De acuerdo con la Asociación de Distribuidores de Golosinas y Afines (Adgya), el alfajor se ubica como la golosina más consumida por los argentinos. Además, es un segmento en permanente expansión.
En 2022 se comercializaron 6 millones de unidades por día y este año la cifra trepó a 10 millones, lo que equivale a 115 ventas por segundo y a un consumo per cápita de 79 alfajores al año. El mercado de alfajores permaneció estable hasta la pandemia, donde por falta de circulación disminuyó el consumo al igual que la mayoría de los productos comercializados en los kioscos. Posteriormente no solo recuperó terreno, sino que llegó a crecimientos históricos de doble dígito, con un cambio de tipo de consumo: de productos más pequeños y por unidad a más grandes y rendidores, aseguran desde Grupo Arcor, empresa dueña de Bagley.
En este punto también coinciden desde MDLZ International: Este mercado representa casi la mitad de todo el consumo de productos de chocolate o bañado. El 2022 fue un muy buen año para el consumo de alfajores (creció 9% respecto del año anterior). En tanto, 2023 se presenta como un año desafiante en términos de consumo y con un consumidor cada vez más exigente que busca maximizar su desembolso eligiendo la mejor opción en cada compra.
Pequeños, medianos y grandes
De acuerdo con datos de la industria, el mercado es liderado por Bagley. Desde la compañía aseguran que son líderes históricos del segmento con aproximadamente un tercio del mercado, participando con marcas como Bon o Bon, Tofi, Mini Torta Águila, Cofler, Blanco y Negro y Tatin, entre otras. Además, este año relanza un clásico, que había discontinuado del mercado: el alfajor Blanco y Negro.
Es una categoría madura pero muy icónica entre los argentinos, donde siempre se busca probar propuestas nuevas. Más allá de que cada consumidor tiene su preferido, casi como un fanatismo futbolero, siempre hay competidores nuevos que ingresan al mercado con propuestas distintas e innovadoras, dicen desde la compañía.
En tanto, MDLZ Internacional tiene en su portfolio propuestas que van desde el clásico alfajor Terrabusi, Milka, Oreo, Pepitos y Shot. Hay una tendencia muy firme que vemos en estas categorías y que cobraron más relevancia tras la pandemia donde los consumidores no resignan el placer, el disfrute, el poder darse un gusto por pequeño que pueda ser, y donde una categoría como el chocolate o mismo los alfajores tienen un rol muy claro para acompañar esos momentos, destacan desde la firma.
Además, en el mercado compiten pymes especializadas en el rubro. Entre las más importantes se encuentran Jorgito, Guaymallén y Fantoche. Sin embargo, según una encuesta realizada por la Unión de Kiosqueros de Argentina, la etiqueta más elegida es Guaymallén. Bajo el slogan El alfajor de la familia, la empresa fundada por Ulpiano Fernández en 1945 inauguró el año pasado una nueva planta en Ezeiza, a fin de producir 3 millones de alfajores por día.