Juan Piantoni es abogado. Formado en Derecho Empresarial, su currículum incluye la asesoría financiera del banco Citi (donde conoció a su esposa), la asesoría en seguros individuales de Prudential Seguros y diversas iniciativas de real estate y cuestiones bursátiles, entre otras actividades. En abril de 2012, un conocido le sugirió crear un negocio vinculado a las cajas de seguridad privadas, un tema que desconocía por completo.
En agosto de ese año encontró el papel donde había escrito la idea y descubrió que el negocio estaba muy desarrollado en otros países pero que en la Argentina aún no existía. Analizó el mercado, hizo algunos números y proyecciones y, aunque tuvo una oposición muy fuerte por parte de sus pares y hasta de su madre y hermano, en su interior estaba convencido de que podía funcionar. Unos meses después, se convirtió en el socio fundador y director de Hausler, una empresa que brinda un servicio integral en cajas de seguridad privadas.
En ese tiempo, también se nutrió de anécdotas y experiencias de clientes que buscaban resguardar sus ahorros de toda la vida. Las personas quieren proteger sus posesiones, que no tienen valor monetario o económico sino sentimental. Se trata de objetos materiales que no pueden correr el riesgo de ser perdidos, robados o destruidos, reconoce Piantoni.
Luego de casi cinco años en Hausler, creó Ingot, un emprendimiento personal que tuvo una inversión inicial de US$ 2 millones y se dedica al alquiler de cajas de seguridad privadas no bancarias que pueden desarrollarse con un sistema tradicional o robotizado -este último permite acceder a las cajas las 24 horas y sin interactuar con personas-.
Uno de los mayores desafíos que tenemos desde el punto de vista comercial es que el cliente conozca nuestro servicio, que es totalmente distinto en la concepción, la tecnología, el enfoque en los detalles y la calidad de la atención, explica el CEO.
Una propuesta innovadora
La primera sucursal de Ingot (que significa lingote) abrió en octubre de 2019. Si bien la empresa debió cerrar debido a la pandemia, Piantoni y su equipo lograron establecerla como actividad esencial y, para su reapertura, decidieron mantener el status quo de los clientes vigentes y realizar altas nuevas recién a partir de julio de ese año.
Desde ese momento, la compañía no paró de crecer. En dos años, abrió sucursales en Microcentro, Punta del Este, Nordelta, Córdoba, Flores y Quilmes. Con 3.500 clientes activos y una capacidad de 6.000 cajas solo en su casa central, la empresa planea abrir cuatro sucursales más en 2023 en Thays Parque Leloir, Mendoza, Salta y Neuquén.
Además, vende 70 contratos por mes (solo en casa central), tiene un crecimiento anual del 35%, proyecta un crecimiento internacional en el corto plazo y terminará 2022 con $ 250 millones vendidos. Por otro lado, cuenta con un ratio de conversión que ronda entre el 90% y el 100%. Es decir que casi todas las personas que van a conocer Ingot terminan contratando el servicio.
Ingot ofrece un sistema robotizado de caja de seguridad que permite operar las 24 horas del día, los 365 días del año, sin interacción con terceros.
Uno de los diferenciales de Ingot es el uso de la tecnología y la disponibilidad de salas de reuniones para los clientes. Sus cajas de cinco tamaños diferentes cuentan con nueve niveles de acceso, control biométrico de huella, rostro e iris, estrictos protocolos de seguridad y más de 100 cámaras, sensores sísmicos y de movimiento. Si bien cuenta con atención personalizada en horario comercial, el servicio i24 by, un sistema robotizado de caja de seguridad, les brinda a los clientes la posibilidad de operar cerca de su hogar o trabajo las 24 horas del día los 365 días del año sin necesidad de interactuar con un tercero.
La bóveda automatizada es muy intuitiva y brinda una experiencia de usuario diferente. Está a la altura de un escritorio y se opera directamente con la unidad. En ese sentido, considero que hicimos un salto cualitativo en lo que respecta al servicio tanto en la Argentina como en la región. Y, sobre todo, teniendo en cuenta la experiencia del usuario, un concepto esencial para llevar adelante una compañía de servicios, indica Piantoni.
Valor agregado
Las cajas de seguridad no bancarias no son un monopolio de naciones desarrolladas de Europa, Asia y Norteamérica, sino que también encontraron su lugar en países latinoamericanos como Uruguay y Brasil. En Estados Unidos, por ejemplo, el 50% de las cajas está fuera del circuito bancario y existen más de 2.300 bóvedas robotizadas en el mundo. En la Argentina, se estima que hay unas 800.000 cajas de seguridad y, dada la demanda actual, la oferta de las empresas no bancarias crece cada vez más.
Mientras que en la Argentina el 70% de los clientes guarda dinero, en el resto del mundo el mayor porcentaje está destinado a preservar joyas, escrituras y obras de arte, por ejemplo. Esto tiene que ver con un tema histórico de desconfianza en nuestro país -sugiere Piantoni-. En el resto del mundo el valor monetario está en los bancos que dan intereses. Como eso no sucede en la Argentina, los clientes vienen a nuestras empresas en busca de confianza.
La importancia de mantener estándares altos en la calidad de atención al cliente fue una premisa ineludible a la hora de armar el negocio. Según destaca el creador de Ingot, es muy común que el cliente se acostumbre a la tecnología y al layout, pero no así a la atención genuina y al buen trato. No ofrecemos una caja de seguridad, sino confianza. Y eso es lo que marca la diferencia, admite.
Con valores de confidencialidad, seguridad y conveniencia como sus caballos de batalla, la empresa fue pionera en el rubro, aunque hoy existen otras 14 compañías que brindan servicios similares en el país. La empatía que Piantoni inyectó en el ADN de la compañía es la que colaboró con su crecimiento escalonado y la apuesta de los clientes. Ellos guardan las cartas de su primer amor, los relojes del abuelo, fotos. Ingot les ofrece la oportunidad de tener esos valores en un lugar donde podemos cuidarlos, sentencia.