El control de China sobre la transición energética se estrechó esta semana con la cotización en la bolsa de Hong Kong de una pequeña empresa de fabricación de baterías controlada por Tsingshan Holding Group, y que ya está llamando la atención.
Por sí sola, REPT Battero Energy es una empresa modesta en una industria de rápido crecimiento de fabricar baterías para vehículos eléctricos. Según los informes ocupa el décimo lugar en la jerarquía de fabricantes chinos de ese rubro.
Sin embargo, su principal accionista, Tsingshan, tiene una gran reputación ganada por su innovación técnica en acero y níquel, un importante ingrediente del acero inoxidable.
En los últimos seis años, la tecnología de Tsingshan ha revolucionado la industria del níquel y ese éxito es una posible guía de lo que se planea para Battero, que recaudó unos modestos 272 millones de dólares en su cotización en Hong Kong a principios de esta semana.
El fundador de Tsingshan, Xiang Guangda, es un hombre conocido por no hacer las cosas a medias.
Además de construir un exitoso negocio de acero y níquel, el año pasado Xiang Guangda saltó a los titulares por otros motivos. Aparentemente perdió 1.000 millones de dólares en una apuesta realizada con operadores de la Bolsa de Metales de Londres, a favor de una caída en el precio del níquel, sólo para verlo dispararse cuando Rusia invadió Ucrania.
La mala apuesta de Xiang provocó una crisis en la Bolsa de Metales de Londres, controlada por Hong Kong, que todavía está haciendo su camino a través del proceso legal y las apelaciones en curso.
Encontrar la forma de hacer níquel apto para baterías a partir de mineral de baja calidad hizo que Tsingshan aparezca como la fuerza dominante en el mercado. Se trata de un metal considerado fundamental para el futuro por las mayores empresas mineras del mundo, incluidas BHP, Glencore y Anglo American.
El níquel de las minas y fundiciones indonesias controladas por Tsingshan fue un factor importante en el desplome del precio del metal tradicionalmente utilizado en la producción de acero inoxidable, en un mercado competitivo para la compleja química de las baterías.
Tsingshan no sólo fue capaz de dominar una tecnología de extracción de níquel llamada de alta presión y lixiviación ácida (HPAL), sino que ha construido proyectos en Indonesia a una fracción del costo de sus rivales y en meses en lugar de años.
La primera planta de Tsingshan en Indonesia, construida en menos de 12 meses con un coste de 700 millones de dólares en 2018, conmocionó a sus rivales occidentales, que habían invertido hasta 6.000 millones de dólares en plantas similares y seguían teniendo problemas para producir níquel de forma rentable.
Wood Mackenzie, una consultora del sector de los recursos, calcula que la intensidad media de capital de Tsingshan en sus fundiciones indonesias es de unos 35.000 dólares por tonelada de níquel, frente a una media cercana a los 100.000 dólares/t de las plantas construidas en Occidente.
El efecto neto es que Tsingshan está haciendo bajar el precio del níquel y expulsando a sus rivales de alto costo.
La caída del níquel
En los últimos 12 meses, el níquel ha caído 40%, hasta los 16.913 dólares la tonelada. A principios del año pasado, cuando Xiang se quedó corto con sus apuestas sobre el metal, el precio subió por encima de los 45.000 US$/t.
La caída de este año, causada en gran parte por una avalancha de metal procedente de las fundiciones indonesias de Tsingshan y por la lentitud de las ventas de autos eléctricos, ya arrastró a dos minas australianas de níquel a serios problemas, y se espera que le sigan más si el precio sigue cayendo.
Panoramic Resources, que explota la mina Savannah, se declaró en quiebra, mientras que el propietario de la mina Cosmos de altos costos, IGO, está revisando su futuro.
BHP, que señaló al níquel como uno de sus metales favoritos "de cara al futuro", reconoció la presión en sus operaciones australianas, que cotizan como Nickel West.
Jessica Farrel, presidenta de Nickel West, declaró la semana pasada al periódico Australian Financial Review que era difícil seguir siendo competitivo a nivel mundial en un entorno operativo difícil.
"Los costos crecieron mucho y siguen aumentando, mientras que los precios bajaron a medida que entra nueva oferta en el mercado", dijo la directiva.
La capacidad de Tsingshan para transformar la industria del níquel es la principal razón del interés que genera el negocio de fabricación de baterías de REPT Battero Energy.
Actualmente podrá ser el décimo fabricante chino de baterías, pero que desde luego tiene ambiciones de crecer.