La vida laboral de Luciana Fortuna se puede dividir en dos partes: antes y después del 2006. En los años previos a ese momento, sus estudios para ser traductora de inglés y asesora de imagen ocupaban gran parte de sus días. Sin embargo, durante los últimos 16 años, su trabajo y esfuerzo se centran en un proyecto diferente: su marca de zapatos.
"Shelosophy nació en 2006 con otro nombre y otro modelo de negocios", recuerda Fortuna en diálogo con Forbes Argentina. Y agrega: "Al principio, yo no era diseñadora ni nada parecido. Vendíamos zapatos de otras fábricas pero de a poco empecé a meterme cada vez más hasta tener mi propia marca".
La historia de Luciana Fortuna se asemeja a la de miles de emprendedores y emprendedoras de la Argentina. Un camino lleno de obstáculos que sortear e inconvenientes para resolver. "No te puedo explicar lo que es despertarse con una noticia nueva todos los días", dice entre risas y narra cómo logró imponer su marca en la región desde una ciudad con 60 mil habitantes en el sur de Santa Fe.
- ¿Dónde nace el proyecto?
- Nosotros estamos en el sur de la provincia de Santa Fe. La marca abrió sus puertas al público por primera vez en un local ubicado en Villa Constitución.
- ¿En qué momento empiezan a dar el salto?
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- En 2015. No sentíamos que hubiera mucha posibilidad de seguir creciendo y en las redes vimos una oportunidad. Sobre todo con el e-commerce. En 2016 empezamos a buscar la solución para entrar en ese mercado pero había varias barreras. Primero, que yo no sabía mucho de tecnología. Cuando entraba para ver compañías que hacían páginas web siempre tenían marcas grandes y nunca pensé que me iban a hacer una a mi. Por otro lado tampoco sabía si las mujeres compraban por esa vía. Además, no tenía los recursos y tampoco me animaba a hacer una gran inversión. Así que lo primero que hicimos fue un rebranding. Ahí apareció Tiendanube que nos bajó la barrera de entrada para probar.
- ¿Qué fue lo primero que notaron?
- Eso fue a fines del 2016 y durante el 2017 pudimos tener nuestra tienda online. Desde el primer momento, me sorprendió. Cuando largamos, no tenía noción de cómo iba a ser y lo que planeaba vender en una semana lo vendimos en un día. Poco a poco fuimos mejorando. Agregamos videos, más descripciones y envíos a todo el país. También agregamos el primer cambio gratis.
- ¿Cómo toma el cliente el hecho de comprar un zapato de forma digital?
- La verdad que muy bien y para quien compra un zapato, es positivo saber que el primer cambio es gratuito. Imprime una etiqueta que mandamos por mail y le gestionamos el cambio antes. Nunca nos pasó que nos devuelvan algo usado o en malas condiciones. Por supuesto que hicimos un estudio de costos para asegurarnos que podíamos afrontarlo y fue una gran decisión sumarlo como beneficio.
- ¿Tienen diálogo con ellos por si llega a ocurrir algo con el producto?
- Para nosotros, desde el día uno el servicio post venta es muy importante. Sistematizar procesos es más fácil pero nosotros preferimos tener contacto más directo. El cliente gestiona el cambio pero igual si quieren tener un asistencia estamos para ofrecerla. Porque algunas personas igual tienen dudas y siempre tratamos de ayudar para darles todas las certezas posibles.
La pandemia y el e-commerce
- ¿Cómo repercutió la pandemia en el negocio?
- Nosotros gracias a Dios ya veníamos trabajando fuerte con el e-commerce. El 2019 fue un gran año y veníamos cancheros. Eso fue un alivio porque cuando vino el Covid ya teníamos gente atendiendo consultas online. Nos mudamos de ser una marca local a 99,9% digital antes de la pandemia, por lo que nos agarró tranquilos y acomodados. En la pandemia no paramos nunca. No íbamos a la oficina pero pudimos seguir operando por todo el proceso previo.
- ¿Cómo los ayudó Tiendanube?
- Para un proyecto que arranca como nosotros, que no sabe nada de tecnología y no sabe cómo va a funcionar, fue por lejos la mejor opción. Cuando fuimos creciendo se adaptaron a ese crecimiento. Fuimos subiendo los planes y ahora estamos con un soporte que continuamente sigue nuestros movimientos. Hacemos acciones juntos y el acompañamiento es muy importante porque cada etapa de crecimiento es distinta y requiere acciones puntuales. Y siempre que necesitamos algo nos ayudan con eso.
La expansión a la región
- ¿Cómo empezaron a vender a otros países?
- Primero probamos vendiendo desde la Argentina a Chile, Perú y Uruguay y la verdad que en Chile vimos que el producto tuvo bastante repercusión. Así que desde el año pasado nuestra marca está en ese país y creamos una empresa allá para que la experiencia sea más directa. Después a Uruguay y Perú vendemos desde la Argentina. Nos sorprendió también porque cada país tiene sus diferentes costumbres y maneras de comprar y hay que adaptarse a cada una.
- ¿Piensan tener locales en otro países más allá de Chile?
- Tenemos la idea de probar en otros países pero por ahora le estamos poniendo toda la energía y dedicación a Chile.
- ¿Cuál es el objetivo a futuro?
- El plan principal es asentarnos en Chile, sacar adelante la marca en otro país y seguir creciendo acá. Seguir formando la comunidad con los clientes también es prioridad porque nos ayudan mucho en la elaboración de las temporadas..
Emprender en la Argentina
- ¿Cómo es emprender en la Argentina?
- No te puedo explicar lo que es despertarse con una noticia nueva todos los días. Es constante la superación de obstáculos. Tenemos una resiliencia en general increíble en la Argentina. Por ahí ya lo tomamos con humor pero creo que con todas las habilidades que fui adquiriendo ya podría ser la dueña de Amazon (risas). En este tiempo aprendimos muchísimo a superar pruebas continuas y a no quedarnos en la queja. Siempre el foco lo ponemos en cómo salimos adelante.
- ¿Cómo la importación de los materiales?
- Es un tema por los aumentos y las restricciones para traer de afuera. Lo vamos sorteando como todos.
- ¿Cuántos zapatos venden?
- Nosotros tenemos como base mil pares por mes. De ahí para arriba.
- ¿Cuál es la facturación?
- Ahora estamos en un ticket promedio de 7500/8000 pesos en lo que es el verano. Pero eso varía. En invierno pasa a ser de $12.500. Para ofrecer más variedades fuimos ampliando las líneas y también trabajamos con más talleres. Actualmente, la tienda nube representa el 95% de la facturación total de Shelosophy y se ha convertido en el canal de venta más importante de la marca. El paso a lo digital abrió muchas puertas para la compañía, que gracias a esta implementación logró aumentar sus ventas de forma exponencial. Hoy, la empresa registra un aumento interanual del 30% en transacciones.
- ¿Cuántas personas trabajan en la empresa?
- Cuando arrancamos éramos dos. Ahora somos ocho, que incluye al soporte técnico.
- ¿Cómo es la relación con los clientes?
- Tenemos un buen feedback. De la comunicación me ocupo yo al igual que del diseño. Me cuesta delegar esa parte porque disfruto mucho y me gusta estar continuamente en comunicación con ellas. Hay mucho trabajo detrás de planificación y de armado de contenido. Es nuestra vidriera y la forma de mostrarnos al resto del mundo.
- ¿Qué consejo le darías a un emprendedor que recién empieza?
- Un gran aprendizaje que tuve y creo que sirve para los que recién arranca es probar con productos mínimos viables. Porque nos enamoramos de nuestros productos y a veces pasa que no funciona o al cliente no le gustó. O no pega porque ya existe en el mercado. También recomiendo Tiendanube porque a nivel tecnológico nos ayudó mucho sin la necesidad de contratar un servicio muy sofisticado y caro. Empezar con lo que podemos pagar es importante. Y finalmente, hoy teniendo las redes es un pecado no compartir todo el contenido que uno produce y hacer de eso una vidriera.