El huevo es uno de los alimentos más antiguos de la humanidad: se estima que las primeras gallinas ponedoras domesticadas se remontan al año 7.500 A.C. Tras un 2023 desafiante para el sector avícola -por la Influenza Aviar, una enfermedad que afecta a las aves y puede producir grandes pérdidas de producción-, el 2024 presentó un panorama totalmente diferente. De acuerdo con la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (Capia), el consumo per cápita llegó a 363 unidades al año por habitante, lo que representó un aumento del 7,98% en comparación con el año anterior.

Con estos resultados, Argentina se encuentra en la segunda posición del ranking global, debajo de México. El dato más interesante es su evolución. El consumo per cápita en Argentina alcanzó los 127 unidades en 2002. Saltó a 244 en 2010 y llegó a 291 en 2017, para no parar de crecer año tras año. Así, en el país se consumen 23,5 kilogramos de huevo por persona al año. 

Desde el sector aseguran que buena parte de este incremento tiene que ver con un cambio de hábitos en los consumidores (hoy es más normal ver a personas salir de comprar con un maple de huevo en la mano que con paquetes de media o una docena) y a que se desmitificaron teorías acerca de que el huevo no era tan bueno para la salud.

En términos de producción, el país alcanzó 17.432 millones de huevos, lo que significa un incremento del 10,28% respecto del año anterior. Según Capia, este crecimiento se debe a un aumento del 8,64% en el parque productivo, que pasó de 53,1 millones de aves en postura en 2023 a 57,7 millones en 2024. 

La producción avícola tiene una presencia significativa a lo largo y ancho del país. Se desarrolla en 18 provincias y genera más de 32.000 puestos de trabajo, tanto de manera directa como indirecta. Las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Mendoza se destacan como los principales centros de actividad.

El sector exportador también mostró un crecimiento del 15% en los volúmenes enviados al exterior, aunque las divisas generadas registraron una contracción del 7,76%. Estas cifras reflejan -de acuerdo con un informe de la Capia- las dificultades para acceder a nuevos mercados en el contexto de condiciones económicas internacionales desfavorables. Además, según un informe que realizó la cámara junto al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), la producción de huevos en Argentina tiene una de las menores huellas de carbono y de agua en comparación con otras fuentes de proteínas animales. Este resultado se logró gracias a la incorporación de tecnología de vanguardia en el 80% de las granjas avícolas del país.