Anclaflex, una pyme argentina dedicada a la fabricación y comercialización de pinturas y revestimientos, cortó cintas de una nueva planta industrial, tras invertir US$ 10 millones.
Se trata de un complejo de poco más de 11.000 metros cuadrados, ubicado en el polo industrial de General Rodríguez, en la provincia de Buenos Aires. De esta manera, la empresa fundada en 2001 por Alfonso Bonfiglio, Ricardo Flores y Pedro Guida duplica el tamaño respecto de la planta anterior. Como destacaron fuentes de la compañía, el proyecto permitirá para mediados de este año pasar de 2,75 millones de kilos de productos por mes a más de 4,7 millones.
Desde esta nueva planta industrial, Anclaflex, que proyecta facturar por encima de US$ 11 millones en 2024, fabricará revestimientos clásicos y de diseño, pinturas, impermeabilizantes enduidos, micropiso cementicio y niveladores de superficies para pisos y paredes y construcción en seco.
Hoy, entre Argentina y Uruguay, la empresa que emplea a 140 personas cuenta con una red de 650 distribuidores, de los cuales 20 están comercializando sus productos bajo el modelo de “Anclacentros”.
"La idea es continuar abriendo más puntos de venta bajo nuestro sistema de soft franchising para llegar a todo el país e incluso a Uruguay, Paraguay y Bolivia, que son nuestros países objetivo inmediato. La exportación siempre fue parte de nuestro plan estratégico. Desde el primer momento lo hacemos y nos concentramos en países limítrofes y de América del Sur", destaca Emiliano Bonfiglio, hijo de Alfonso y actual CEO de la firma (N. de la R.: foto de apertura).
La compañía nació hace 23 años, en plena crisis económica y social argentina. Bonfiglio (padre) tenía un cargo directivo en la filial local de una multinacional belga y, entrado el nuevo milenio, la compañía decidió cerrar algunas empresas y prescindir del country manager que tenía en Argentina.
Por entonces, muchos headhunters coincidían en que, a pesar de contar con un buen CV y credenciales ejecutivas, era difícil reincorporarse en el mercado laboral. Así que los desafíos para Bonfiglio fueron múltiples: con 55 años y en un contexto adverso para el país, sabía que tenía que tomar acción.
Con una inversión inicial de lo que entonces eran $ 50.000 aportada en conjunto con quienes serían sus socios, Flores y Guida, creó Anclaflex, una pyme familiar con fuerte compromiso social. Los tres comenzaron, muy a pulmón, en un garage alquilado de de 30 metros cuadrados en Villa Adelina. En esa aventura de emprender, se les ocurrió crear una masilla para placa de roca de yeso que terminó siendo su primer producto. Lo lograron con máquinas que encontraron en chatarrerías y después de muchos intentos.
Con la inversión anunciada para la nueva fábrica, también se implementan diferentes métodos de energías renovables con la que se generará alrededor de un 30% del total de la energía necesaria. Además, el diseño de la nueva planta prioriza la recuperación de aguas pluviales y el reciclaje de polvos residuales.
Asimismo, la compañía se involucra con la comunidad a través de iniciativas como su Centro de Capacitación, que brinda formación gratuita en oficios, a través de la cual capacitó a más de 15.000 personas, así como colaboraciones con instituciones como el Hospital Garrahan, proyectos de arte urbano y programas de capacitación en prisiones y municipios de la Provincia de Buenos Aires, entre otros.