La capacidad de las energías renovables en todo el mundo se ha más que duplicado en los 10 años transcurridos entre 2013 y 2022, según un informe recientemente publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (International Renewable Energy Agency).
Sin embargo, el progreso ha sido bastante desigual: en Europa se han construido grandes capacidades y en China se han producido enormes avances, especialmente en la última década.
Otras regiones, en concreto América del Sur y Central, así como Oriente Medio y África, no tienen ni grandes capacidades construidas ni han experimentado un crecimiento superior a la media durante el periodo de tiempo especificado, lo que crea el peligro de quedarse atrás en la transición energética mundial.
El hecho de que la ayuda financiera internacional a los países en desarrollo para apoyar la investigación, el desarrollo y la producción de energías limpias se haya recortado en 2021 por debajo de los niveles de 2012 no ayuda desde luego a solucionar este problema.
Los países de Asia y Oceanía distintos de China mostraron un crecimiento de las energías renovables superior a la media, ya que su capacidad es ahora dos veces y media mayor que en 2013.
La región superó a Norteamérica en megavatios de energía renovable instalada en el proceso, pero dada la población mucho mayor de los continentes, es seguro decir que el progreso de la energía renovable en Asia ha sido relativamente más lento fuera de China.
De hecho, la ayuda al desarrollo de las energías renovables está codificada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que llama a un aumento de los pagos.
Esto había sucedido hasta cierto punto entre 2012 y 2017, cuando los pagos globales rastreados por la agencia aumentaron de 10.800 millones de dólares anuales a 25.400 millones de dólares. Sin embargo, después de ese año, los pagos internacionales descendieron a 14.800 millones de dólares en 2018 y a sólo 10.400 millones en 2021, el último año registrado.
No obstante, la capacidad instalada de energías renovables en los países desarrollados se ha más que duplicado per cápita en los últimos 10 años. Dados los niveles actualmente bastante bajos de capacidad de energía renovable en la mayoría de los países en cuestión, este crecimiento apenas superior a la media no permitirá a las naciones en cuestión ponerse al día.
La Agencia Internacional de Energías Renovables también descubrió que la inversión pública en energías renovables en todo el mundo se ha desplomado en comparación con la media de la última década y se situará en sólo 18.000 millones de dólares en 2021, frente a los 20.000 millones anteriores.
¿Un progreso demasiado lento?
El progreso actual en la instalación de energías renovables significa que en 2021 el 27,8% de la electricidad mundial se creará a través de fuentes renovables.
Esto supuso sólo un ligero aumento del 0,2% con respecto a 2020, ya que la producción de energía no renovable -a la inversa, también una especialidad de China- volvió a acelerarse.
Como en 2022 hubo otro impulso para los proyectos de energía de carbón en China, es inesperado que esto cambie en el próximo año a pesar de los continuos avances en la instalación de capacidad de energía renovable. El mayor factor de creación de energía renovable en 2021 fue la hidroelectricidad, seguida de la eólica y la solar.
Considerando no sólo la electricidad, sino todas las fuentes de energía del mundo, la cuota de las energías renovables se reduce una vez más a sólo el 8% en 2022.
Esto significa que a las energías renovables aún les queda un largo camino por recorrer, especialmente en un escenario de emisiones netas cero en 2030, como se desprende de los datos de la Agencia Internacional de la Energía.
Las cifras muestran que para alcanzar ese objetivo, o probablemente cualquier objetivo de emisiones netas cero en el presente siglo, la expansión de la capacidad de las energías renovables -en los países en desarrollo y en general- sigue avanzando demasiado despacio.
