Hace más de 25 años que Alejandro Köckritz, ingeniero civil egresado de la UBA, trabaja en Siemens Argentina. Allí, escaló desde 1996 por diversos puestos hasta convertirse en mayo de 2020 en su CEO.
Con una amplia experiencia corporativa al frente de una multinacional con presencia hace 115 años en el país y hace 175 en el mundo, Köckritz impulsa la adopción de la Industria 4.0, de la electromovilidad, de la automatización y la sofisticación de la ciberseguridad.
Tener políticas de largo plazo es fundamental. No es aconsejable cambiar de monta en el medio del río, pero en Argentina podemos escribir un libro de los cambios en la mitad. Si queremos desarrollar alguna industria no puede ser que las políticas de inversión sean de una administración, aseguró a Forbes Argentina en las oficinas de la empresa, ubicadas en Vicente López.
—¿Qué tan retrasada o adelantada está Argentina en la adopción de la industria 4.0?
—El atraso de Argentina no es exclusivo de Argentina, lo que pasa es que en Argentina es más difícil poder implementarlo. La tecnología está asequible, la tenemos, somos promotores de la Industria 4.0, pero el punto tiene que ver con qué posibilidades tienen las pymes para entrar en eso. El Estado nacional implementa créditos para las pymes, después veremos si son suficientes o no, pero me parece una muy buena iniciativa. Para implementar el concepto de Industria 4.0 tiene que haber un cambio de mentalidad en las organizaciones que tiene que venir top down (de arriba hacia abajo), tiene que estar eso como un proyecto que se define, que se hace y que no hay vuelta atrás. Después fluye.
—¿Y cómo pueden las pequeñas y medianas empresas transformarse digitalmente?
—Hicimos unos paquetes pyme. A través de las cámaras empresarias se está fomentándolo, a través de la HKA, que es la Cámara Argentino-Alemana de la Industria y Comercio. Lo hacemos desde las bases promoviendo la educación dirigida hacia la tecnología y particularmente con los conceptos de digitalización. Hicimos con el Ministerio de Educación una tecnicatura eléctrica con orientación en digitalización que tuvo sus primeros egresados el año pasado. Son los granitos de arena que aportamos porque creemos que por ahí tiene que ir. Tampoco es que seamos filántropos: si esta gente se capacita y ve en nosotros un partner adecuado para usar la tecnología que ofrecemos, algún día nos van a comprar. Es un círculo virtuoso. Las pymes también son clientes nuestros, de nuestros distribuidores, de nuestros partners. A través de ellos estamos también llevando adelante esta promoción y esta idea de crecimiento en la industria nacional.
—Conociendo la matriz económica argentina, ¿qué sectores pueden aplicar más rápido y en forma más eficiente la Industria 4.0?
—Argentina tiene una particularidad que no todos los países tienen. Hay una atomización importante de rubros de empresas. Muchas compañías están en Argentina porque tenemos automotriz, metalmecánica, siderurgia, alimentos y bebidas, toda la industria relacionada con el agro, la metalmecánica relacionada con el agro, la elaboración de aceites, biocombustibles, etcétera. Tenemos muchísimas industrias para incorporar esa tecnología de la Industria 4.0. Hicimos algunas cuestiones en oil & gas en el desarrollo de Vaca Muerta, estamos haciendo un proyecto muy importante de digitalización en Arcor. En Volkswagen estamos haciendo una primera línea para la fábrica de cajas de velocidad en Córdoba con digitalización, subiendo data a la nube para hacer un análisis de esa información hacer inteligencia o edge computing. Ese proyecto a mí me enorgullece porque Volkswagen lo tomó como faro a seguir en el mundo en otras plantas y fue hecho en Argentina por argentinos sin el soporte de nuestra casa matriz. Entonces, ¿a qué industrias puede llegar? A todas.
—¿Y qué ventajas tiene Argentina? ¿Recursos humanos, programadores, desarrolladores?
—Tiene materia gris, mucha. Le falta más inversión en esa materia gris para generar más y para que se quede en el país. Acceso a la tecnología tiene, pero con las limitaciones de una economía pobre. El crédito internacional Argentina lo tiene restringido de alguna manera. No estamos en la misma posición de una empresa en otro país donde el acceso al crédito es más barato. Políticas de largo plazo con créditos blandos es un puntapié inicial, habría que hacer una política a largo plazo. Para la Industria 4.0 necesitamos además desarrollos particulares en la educación, en las universidades. Lo más necesario para que una sociedad sea realmente libre es estar educada en todos los aspectos. Dentro de la educación tenemos todavía muchas falencias para no poder salir a flote o salir más rápido.
—¿Qué tan importante es que Argentina licite espectro radioeléctrico de 5G, algo que todavía no pasó?
—La comunicación con la ciberseguridad asociada es importantísimo en la Industria 4.0. Todo el data mining que se hace tiene que funcionar en entornos seguros con una frecuencia adecuada y sería muy importante poder tenerlo y no solamente que quede reducido al entorno de una industria o de un sector en particular, sino poder tenerlo como un espectro de uso en el país. Y sigo con la pregunta anterior: ¿Qué necesita Argentina? Primero hay pasos previos a la Industria 4.0 que es la automatización, que fue la tercera revolución industrial. En un país bien educado la automatización genera nuevos puestos de trabajo y los países que tienen menor tasa de desempleo son los países donde sus industrias están más automatizadas. Antes de la Industria 4.0 y antes del 5G creo que hay que trabajar muchísimo en automatización. La tecnología está al alcance, está en Argentina, más allá de los problemas que tenemos hoy de suministros que son mundiales.
—¿Cómo navega Siemens en un mundo complejo donde la geopolítica influye cada vez más en los negocios? Lo estamos viendo ahora con la guerra entre Rusia y Ucrania, pero también con la competencia China-Estados Unidos, principalmente en el área tecnológica.
—Siemens tiene ya 175 años en el mundo. Pasó Guerras Mundiales, pasó de todo. En algún momento decíamos que el único en el mundo que nos ganaba en cantidad de países era la FIFA. Estamos en más países que la Iglesia Católica. La geopolítica influyó siempre en las cuestiones del desarrollo de la empresa. La geopolítica es importante. Siemens se expidió contra la invasión de Rusa a Ucrania muy fuertemente. Nuestro CEO hizo un statement muy claro planteando que era una cuestión a la cual Siemens se oponía totalmente, pero no dejamos de tener negocios con Rusia, con Ucrania, con China. Si lo miro con anteojeras de volumen de negocio, Rusia no representa un gran volumen: es el 1% para el total de compañía. Pero Rusia provee argón para la fabricación de plaquetas electrónicas como medio inerte. ¿Qué pasa si no provee el argón o si lo hace en rublos? Estamos en una posición sin duda interesante pero compleja. No es la primera vez que estamos en países en conflicto: estamos en Medio Oriente, en China, en Centroamérica, en Sudamérica, con todos los avatares económicos que ha pasado nuestro país desde dictaduras militares a gobiernos democráticos. Somos desarrolladores de tecnología para el mundo. (N.d.R: después de la entrevista, Siemens anunció que deja Rusia) .
—¿Qué proyectos tiene Siemens en electromovilidad y con quiénes están trabajando para impulsarla en Argentina?
—Hace unos años hice venir al responsable de nuestra tecnología para electromovilidad. Lo hice viajar de China a Argentina porque estaba muy entusiasmado porque empezaban a salir licitaciones para buses eléctricos o híbridos. Cuando vino esta persona me dice: No tenés mercado. Entonces yo me puse un poco enervado: ¿Cómo que no tengo mercado?. No tenés mercado porque no hay legislación al respecto y hasta que no haya legislación todos van a ser trabajos prácticos de universidad. Le tengo que dar la razón porque pasaron los años y sigue estando ahí. Pero no nos quedamos quietos. Hicimos el primer acuerdo para aprovisionamiento de las concesionarias de autos con Audi, hicimos la provisión de cargadores, un evento donde Audi le prestó al embajador un auto, un E-Tron eléctrico. YPF nos está comprando ahora cargadores de alta potencia. Pero Argentina hoy todavía no es foco para la electromovilidad porque no tiene legislación al respecto.
—¿Qué cambios dentro de la empresa, a nivel de management y de cultura corporativa, hubo tras los procesamientos de ex directivos por sobornos en la adjudicación de la licitación de los DNI?
—Yo no cercaría el tema a los DNI, sino a un tema de compliance en general. El cambio fue tremendo en el management, vino una cultura muy fuerte del cuidado de la ética en los negocios. Compliance muchos lo reducen a cuestiones de cohecho, cuestiones que tienen que ver con coimas y demás, pero tiene que ver con todo, con una cultura de la ética en todo. Eso trajo un cambio cultural fantástico. Hoy compliance es parte del ADN de Siemens. Y en el management lo que a mí modo de ver trajo mucha más apertura a la comunicación, a estar en cualquier estamento comunicado sin que haya una verticalidad tan dura. Yo particularmente no entré a Siemens como CEO, fui pasando por distintos estratos de la compañía y creo que tengo un modelo de comunicación muy abierto que no me lo cambió compliance, sino que yo lo traía como parte mía, pero entiendo que a muchos compliance les cambió esto.
—¿Qué consejo le darías a la dirigencia para que haya más inversión extranjera en Argentina?
—Tener políticas de largo plazo es fundamental, no cambiar de monta en el medio del río. No puede ser que las políticas de inversión industrial sean de una administración. Nosotros tenemos que cuidar la industria nacional, pero no en el sentido del proteccionismo, tenemos que cuidarla desarrollándola, dándole condiciones para ser mejores. Necesitamos exportar más. ¿Cómo hago para que inviertan en Industria 4.0? Conseguí créditos blandos a las industrias que te interese desarrollar. Y tener un plan a largo plazo de qué queremos ser. Hoy estamos sufriendo el tema del gas por no haberle dado más importancia en su momento a Vaca Muerta y al gasoducto que tenía que hacerse que ahora se va a licitar nuevamente, el que va a Salliqueló, en Bahía Blanca. ¿Por qué no se hizo antes? ¿Por temas ideológicos? No sé por qué. Pero con una política a largo plazo más allá de una administración, es fundamental tener el gasoducto al puerto de Bahía Blanca. Para mí el pensar en grande es lo que nos podría hacer más grandes como país. Pensar en grande es políticas a largo plazo, más allá de mi administración.