La semana pasada una noticia llamó la atención y encendió las alarmas en la industria crypto. La Administración Nacional de Ingresos Públicos (AFIP) realizó inspecciones en granjas de minería ubicadas en cuatro provincias: Buenos Aires, Córdoba, San Juan, Santa Fe. En todas ellas encontraron irregularidades impositivas ya que los establecimientos no estaban declarados.
"Desde que asumí me puse como desafío salir a ampliar la base de contribuyentes y no estar siempre controlando dentro de la pecera. Para eso empezamos a trabajar fuerte en la creación de matrices de riesgo y la explotación del gran reservorio de datos que tenemos", explicó a Télam el director de AFIP, Carlos Castagneto. Y agregó: "En ese sentido, incluimos en el análisis por primera vez el fenómeno económico de los criptoactivos por lo que no debe llamar la atención que nuestro organismo fiscalice a las denominadas 'granjas', haciendo fiscalizaciones sistemáticas y presenciales en conjunto con la Aduana, la DGI y seguridad social".
Según indicaron desde el organismo, en los seis establecimientos que visitaron hallaron más de 3.000 placas de video usadas con un valor superior a los US$ 3,2 millones. Además, todas las instalaciones juntas consumieron más de 500.000 kilowatts de energía por mes, lo que implica un gasto superior a los 7 millones de pesos mensuales y, en algunos casos, eran lideradas por personas anotadas como monotributistas.
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Cómo tener en regla una granja de criptomonedas
Por los dichos de Castagneto, es probable que se realicen este tipo de inspecciones con mayor regularidad en el futuro. Por ese motivo, quienes se dediquen a la minería de criptomonedas deberán tener en orden sus negocios para evitar que la AFIP los multe, incaute sus equipos o clausure sus establecimientos.
“La mineria de cryptomonedas por naturaleza es una actividad que resulta más difícil de fiscalizar que el resto de las actividades, ya sean comerciales, industriales o productivas”, explica Jose Sarasola, CEO de Cryptogranjas, a Forbes Argentina.
Esta empresa argentina busca darle una solución a la contaminación generada por la minería de criptomonedas. El proyecto implica la instalación de biodigestores para transformar desechos de la industria primaria en energía limpia para minar bitcoins. Por lo tanto, Sarasola conoce las implicancias de montar un establecimiento de estas características.
- ¿Por qué es más difícil controlar el minado de criptomonedas?
- El comercio, la industria y la producción generalmente requieren de un despliegue de vendedores, clientes, operarios, logística, etc. Y todo esto genera movimiento, y el movimiento se puede observar. Y lo que se puede observar se puede controlar. En cambio, una persona que mina cryptomonedas en el sótano de su casa, nadie lo observa, y por eso pasa inadvertido. Es decir, una persona puede realizar la actividad de minería sin que nadie lo note, y por ende puede no tributar impuestos por realizar dicha actividad, con mucha facilidad. Es por este motivo que la AFIP pone un especial énfasis en controlar una actividad que es tan difícil de fiscalizar.
- ¿Qué regulaciones hay que cumplir para estar en regla y evitar esta situación?
- Las granjas de minería, en su esencia, son fábricas de bitcoins. Por eso la voy a comparar con una fábrica de zapatos, para ilustrar el concepto de una forma sencilla. Si uno quiere armar una fábrica de zapatos, lo primero que tiene que hacer es darse de alta como contribuyente, y de acuerdo al volumen estimado de facturación, tiene que elegir ser monotributista, responsable inscripto o constituir una empresa, ya sea en forma de SRL ó SA. Si uno opta por esta última opción, la empresa debería tener como objeto la fabricación de calzado. En el caso de una granja de minería, el objeto debería ser la minería de criptomonedas y soporte a la cadena de bloques ó blockchain.
- ¿Qué sigue?
- Luego uno tiene que declarar su domicilio fiscal y dar de alta su actividad en AFIP. Si bien hoy día no existe una actividad estrictamente de cripto-mineria, uno puede adoptar actividades afines. Las que más se suelen utilizar son las siguientes:
620900: Servicios de informática n.c.p.
631110: Procesamiento de datos.
631190: Actividades conexas al procesamiento y hospedaje de datos n.c.p.
- ¿Cómo es el tema de los impuestos?
- Una vez declarada la actividad, la empresa tiene que ser dada de alta en los impuestos a tributar: IVA, ganancias, cargas sociales, bienes personales para los socios de corresponder, etc. De todas formas, es muy importante que aquellos que constituyan una empresa de minería se asesoren con su contador público, para no equivocarse. Luego la empresa tiene que tramitar una habilitación municipal para poder operar, de la misma forma que lo haría una fábrica de zapatos. Una vez aprobada la habilitación, y con todas las normas de seguridad e higiene correspondientes, podemos decir que la empresa de minería puede arrancar operaciones.
- En tu consideración, ¿las regulaciones impositivas para la industria están bien en comparación a otras industrias o hay un exceso de rigurosidad porque las crypto no están reguladas y eso genera que se limite el crecimiento de la industria?
- Primero hay que diferenciar las regulaciones impositivas, de los beneficios productivos y subsidios. Porque son dos cosas muy distintas. En cuanto a las regulaciones impositivas, la minería de bitcoin a nivel nacional paga los mismos impuestos que cualquier otra actividad industrial o comercial. Es decir, no tiene una sobre carga impositiva porque tributa IVA y ganancias como cualquier otra actividad productiva.
No obstante, por ser una industria nueva y en evolución, es lógico que con el tiempo aparezcan otros impuestos y regulaciones a nivel municipal y provincial. Y esto tampoco es malo, porque justamente las regulaciones significan legitimidad, y yo como gran creyente en las virtudes del bitcoin -y cuando digo bitcoin no me refiero a las criptomonedas en general, sino puntualmente al bitcoin- me pone contento cuando aparecen regulaciones, porque legitiman su existencia.
Esto, por supuesto, siempre y cuando no sea excesiva dicha regulación, sino igual que para otras actividades. Por ejemplo, yo me puse muy contento cuando a fines del año 2021 la provincia de Córdoba declaró que iban a cobrar el impuesto de Ingresos Brutos por las operaciones con criptomonedas. El gobierno nunca va a prohibir algo que le genera ingresos. El bitcoin llegó para quedarse.
Ahora bien, si la minería de bitcoin tributa como cualquier otra actividad, entonces también tiene que tener los mismos incentivos que el resto. Por ejemplo, el subsidio nacional a la electricidad también debería aplicar para las mineras de bitcoin. Es injusto que la traten igual que el resto para cobrar impuestos, pero diferente con respecto a los beneficios que el estado brinda a las otras actividades.
De hecho, y es importante destacarlo, la minería de bitcoin es una fuente de divisas, porque la empresa que mina está generando bitcoins, que luego tiene que cambiar por dólares y esos dólares luego tiene que cambiar por pesos, para poder afrontar todos sus gastos operativos. Es decir, la minería de bitcoins inyecta dólares en el mercado financiero local, y ayuda a que baje el precio del dólar Blue, y suba el valor del peso. Esto nadie lo dice, y es muy injusto.
- En porcentajes, ¿cuánto de lo que se genera con una granja se va en pagos de impuestos u otras cuestiones regulatorias?
- Esta es una pregunta que no tiene respuesta, porque la minería de bitcoin es tan fluctuante como el bitcoin mismo. Cuando el bitcoin está bajo, la carga impositiva es grande. Pero cuando el bitcoin es alto, el impacto impositivo baja. Así y todo, la minería de bitcoin es muy rentable, pero hay que saber moverse en un mercado fluctuante, y a la realidad me remito. Hoy día hay mineras multinacionales, como es el caso de Comput North, que están presentando la quiebra, mientras que otras como CleanSpark no dejan de crecer. Y el escenario es el mismo para todas, pero unas tomaron buenas decisiones y las otras no.