Este año, los gigantes de la tecnología ?entre ellos Google y Amazon? invertirán sin darse cuenta US$ 25 millones en sitios web que difunden información falsa sobre la COVID-19 por medio de sus plataformas de anuncios digitales, según un estudio del Global Disinformation Index, que calcula que Google aportará US$ 19,2 millones a esos sitios en ingresos por publicidad y Amazon, US$ 1,7 millones.
Según los datos del GDI, Google aporta US$ 3 de cada US$ 4 obtenidos por los sitios de desinformación con sus anuncios. La empresa de tecnología publicitaria Open X aporta US$ 2,6 millones ?el 10%? de esos ingresos.
El estudio muestra que anuncios de organizaciones como Merck, L'Oréal, Canon y el sindicato de médicos británicos British Medical Association aparecen en páginas con teorías conspirativas.
“Detectamos que anuncios de importantes marcas financian historias que promocionan curas desacreditadas y peligrosas, sabotean las medidas de confinamiento tomadas por los Gobiernos, afirman que las aplicaciones de rastreo de contactos son dispositivos de vigilancia del Estado y propugnan teorías de que el Gobierno chino y las elites del mundo son los responsables de propagar el virus”, afirmó el GDI.
Las cifras no cuentan las publicidades sobre desinformación en redes sociales y plataformas de video, aclaró el GDI, con lo cual las cifras reales podrían ser mucho más altas.
El estudio se basa en un análisis de 480 sitios en inglés con desinformación sobre el coronavirus y publicidades, realizado por el GDI entre enero y junio de este año. El GDI realizó cálculos conservadores y advirtió que sus cifras probablemente sean “la punta del iceberg”. También estima que los ingresos con anuncios fueron distorsionados por una explosión de tráfico web provocada por la mayor cantidad de personas que se quedó en sus casas y busca noticias en internet y por una caída del gasto en anuncios debido a la pandemia.
El GDI declaró en un blog: “Los anunciantes pusieron a Facebook bajo la lupa y están sacando su inventario de esa plataforma, pero no deben perder de vista toda la situación: sus anuncios están apareciendo en innumerables sitios de desinformación de alto riesgo en el internet abierto. Los anunciantes no deberían hacer la vista gorda ante Google, Amazon y otras empresas ahora que necesitan vigilar más dónde aparecen sus anuncios y a quién están financiando”.
Google y Facebook lideran la industria publicitaria mundial gracias a la tecnología que reparte anuncios por todo internet. Hace años que los anunciantes se quejan de que los algoritmos del gigante de la tecnología ubican sus productos junto a contenidos inapropiados o peligrosos. La pandemia y el debate global acerca del racismo llevaron a Silicon Valley a revisar ese modelo. Verizon se sumó junto a otros importantes anunciantes a la campaña Stop Funding Hate, un boicot de anuncios contra Facebook, después de que unos activistas mostraran que sus anuncios aparecían junto a videos sobre la teoría conspirativa conocida como QAnon. Google, Facebook y Twitter tomaron medidas para combatir los contenidos engañosos sobre la COVID y dificultaron a sus autores la obtención de ingresos en las plataformas, pero la crisis volvió a poner en tela de juicio los fundamentos económicos de esas empresas, que se apoyan en los anuncios.
Autora: Isabel Togoh