Vida acuática
Todos los viajes familiares desembocaban en alguna playa. Fue en un viaje a Bahamas, cuando tenía siete años, que Emma Camp sintió ese clic. Ahí comenzó su fascinación por los habitantes de los océanos. Hoy, a los 32 años, convertida en una prestigiosa bióloga marina busca salvar de la extinción a uno de los ecosistemas con mayor diversidad del planeta: los arrecifes de coral. “Hay que comprender lo importante que es y que hay mucha gente y animales que confían en él. Un tercio de todas las poblaciones de peces interactúan con los arrecifes. Los necesitan. Y millones de personas en todo el mundo, muchas de las más pobres, dependen de ellos para sobrevivir”, asegura.
Su misión es averiguar cuáles son los corales más resistentes y utilizarlos para revertir la devastación causada por el cambio climático. Por este impulso que busca hacer del mundo un lugar mejor, la exploradora nacida en Inglaterra fue reconocida en los premios Rolex 2019, con la distinción de Laureada Adjunta.
El blanco de estudio de esta investigadora de la Universidad de Sidney está puesto en la Gran Barrera de Coral, ubicada en Australia. Es una de las siete maravillas del mundo natural, visible desde el espacio exterior (tiene aproximadamente el mismo tamaño que Italia), hogar de más de 7.000 especies marinas y con un ingreso de más de US$ 6.000 millones por turismo cada año. Pero esta ciudad submarina, llena de vida y color, se está degradando. Según Camp, “en solo tres años, más de un tercio de la Gran Barrera de Coral se perdió. El calentamiento global compromete no solo a esta zona, sino también a todos los arrecifes existentes. El agua de mar más cálida, más ácida y baja en oxígeno está afectando fundamentalmente la biología de los corales, y esto implica que no se sabe si podrán subsistir en el futuro”.
El objetivo de la científica es identificar aquellos hábitats donde los corales pueden sobrevivir, aún en condiciones hostiles. Ya encontró algunos “focos de adaptación”, como los llama, que son las lagunas de manglares. “Mi proyecto apunta a descubrir cómo lo están haciendo y si podrían ayudar a salvar otros arrecifes -señala-. Tenemos que ser creativos. Necesitamos volver a la naturaleza, observarla y usar ese conocimiento junto con innovación y tecnología para intentar conservar lo que tenemos”.
Su idea es ingeniosa: armó una suerte de vivero de corales y hace trasplantes de los más resistentes a las áreas críticas. Luego, resta determinar si mantienen sus cualidades de "súper tolerancia". Un equipo de científicos sigue paso a paso los avances de este experimento. Se esperan resultados para este 2020.
Los descubrimientos de Camp están apoyados en otros talentos propios: es una buzo experta y también capta maravillosas imágenes subacuáticas. “Disfruto explorando formas de comunicar mi investigación al público en general y la fotografía es una excelente manera de lograrlo”, dice.
Además, en 2018 fue seleccionada como una de los 17 "líderes jóvenes" para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por las Naciones Unidas. Un puesto de dos años que ya la llevó a dirigirse a la Asamblea General de la ONU una vez. ¿Hay manera de hacerle frente al cambio climático? “Tenemos que reducir las emisiones de carbono para salvar los arrecifes de coral, eso es lo principal, pero también debemos buscar estrategias alternativas que podamos usar además de eso”.
Sus próximos pasos consisten en convocar a la comunidad para que se sumen a la experiencia de cuidar a los arrecifes. Camp apunta a formar tanto a biólogos como a comunidades ecoturísticas que estén interesados en aprender sus innovadoras técnicas de restauración del universo marino. “Estoy motivada para tratar de asegurar que los corales persistan en el futuro, y voy a hacer todo lo posible para inspirar a otros a conservar este sorprendente ecosistema".
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