La misión de Gina Moseley arranca como una película de aventuras. En 2008 llegó a manos de esta exploradora polar y espeleóloga británica un artículo con la historia sobre unas cuevas vírgenes que la llenó de intriga. La información señalaba que durante la Guerra Fría, en la década del 60, un avión de reconocimiento estadounidense que buscaba un sitio donde aterrizar libre de hielo en Wulff Land, en el extremo norte de Groenlandia, divisó a la lejanía una gruta enorme en un sitio imposible: lo alto de un acantilado. Moseley asegura que nadie llegó nunca hasta ahí por "su remota ubicación, logística difícil y los altísimos costos de la exploración".
Pero no se dejó amedrentar y planeó al detalle la expedición sin saber si podría concretarse. Y ese día llegó. La especialista en ciencia polar y cambio climático se convirtió en una de las Laureadas en los Premios Rolex a la Iniciativa 2021. Era lo que necesitaba: financiamiento y visibilidad para llevar adelante su proyecto de estudiar la historia química de las cuevas donde, asegura, se encuentra una de las mejores maneras de comprender el calentamiento global. "Es posible que contengan depósitos minerales que podemos analizar para obtener información del cambio climático", señala Moseley, quien ya lideró tres expediciones anteriores a los confines de Groenlandia y participó de investigaciones espeleológicas en la India, Malasia, Estados Unidos, Francia, Creta y Gran Bretaña.
"Las cuevas son como máquinas del tiempo. La calcita (también conocida como espeleotema, y que se crea a partir del goteo de agua) forma capas, como los anillos de los árboles. Podemos analizar cada capa para obtener información sobre el clima pasado", afirma. Y agrega: "Con los testigos de hielo, podemos remontarnos hasta unos 128.000 años atrás. Con las cuevas, hasta medio millón de años o millones de años atrás. Han estado aquí por mucho más tiempo y, dado que están protegidas de la superficie, sus depósitos minerales permanecen intactos. Los depósitos que esperamos encontrar solo podrían formarse con un clima más cálido y húmedo, en tanto los registros de los testigos de hielo están más sesgados hacia períodos climáticos fríos".
Alarma en el Ártico
El hielo de Groenlandia está derritiéndose a una velocidad récord. Según mediciones de 2019, unas 12.000 millones de toneladas de agua de sus glaciares terminaron en el mar en un solo día. Se estima que, si todo el hielo que cubre la isla se derritiera de repente, el nivel del mar se elevaría entre 6 y 7 metros. Y la tasa de aumento de la temperatura del Ártico es más del doble que la media mundial, alerta Moseley. Por eso, la científica sabe que es urgente investigar las cuevas del extremo norte de Wulff Land. La ambiciosa expedición pretende mostrar a la humanidad el riesgo de que las regiones polares se derritan siete veces más rápido que en la década del 90.
Meterse en esas grutas inexploradas dará una oportunidad de sacar nuevas conclusiones sobre los posibles impactos del deshielo polar actual. Comparando los registros de las cuevas de Groenlandia con otros datos climáticos y con los niveles del océano, es posible componer una imagen más global de la Tierra en una era más cálida. "Me encanta este vínculo que conecta pasado, presente y futuro y nos permite aprender del planeta", plantea la espeleóloga, quien dirige el grupo de investigación de la Universidad de Innsbruck (Austria).
Rumbo a lo desconocido
La travesía por el paisaje helado de Groenlandia y la dificultad de acceso a la cueva requieren de un equipo bien preparado. Seis personas van a acompañar a Moseley: un experto en escalada, un médico, un fotógrafo y dos científicos, quienes se encargarán con Moseley de recoger las muestras y analizar el interior de la cueva. Saben que les espera una expedición larga y dura que pondrá a prueba los límites de la resistencia humana. Se preparan para navegar por lagos de temperaturas extremas, caminatas por el hielo y la roca y descenso en rápel. Confían en que van a poder atravesar todas las dificultades con éxito y lograrán explorar la enorme cueva nunca visitada.
"He planeado en mi cabeza durante muchos años llevar todo este programa a las grutas más septentrionales del mundo, y es prácticamente imposible llegar allí. Los Premios Rolex a la Iniciativa son, principalmente, el único programa que existe que podría o querría apoyarnos en tal expedición", confiesa la Laureada. Moseley considera que atraerá todas las miradas hacia Groenlandia y hacia los efectos del cambio climático.
"Quedan muy pocos lugares en la Tierra por explorar por primera vez, y eso es muy estimulante para mí. Me gusta involucrarme en un proyecto, la inversión emocional, y siempre estoy buscando el siguiente lugar para explorar. Muchas veces me preguntan qué es lo que me apasiona de las cuevas y no puedo identificarlo con precisión. Solo sé que me atrae no saber qué hay más allá", asegura.
Los Premios Rolex representan uno de los pilares de la iniciativa Perpetual Planet de la compañía suiza, que apoya a visionarios que se proponen proteger el medioambiente y mejorar el bienestar humano. Moseley celebra estar entre los cinco laureados este 2021. "Mi trabajo se alinea con la idea de un Planeta Perpetuo, porque lo guía este concepto de mirar hacia el pasado y aprender de la Tierra, a partir de su historia, para que nos guíe acerca de lo que puede suceder en el futuro. Y desde ahí pensar qué políticas podemos cambiar o qué estrategias de mitigación podemos implementar para garantizar nuestra supervivencia y la de las especies y ecosistemas de todo el mundo ?observa Moseley?. En este sentido, espero que mi trabajo acerca de lo que sucedió hace millones de años nos oriente sobre lo que sucederá en el futuro. Para mí, perpetuo significa atemporal, derribar fronteras y ver más allá del horizonte, intentar no limitarnos en nuestras ideas, pensamientos y conceptos".