Reconstruir el ecosistema
La historia comienza tres décadas atrás. Douglas Tompkins, quien había fundado la marca de ropa outdoor The North Face, vende la mitad de su empresa textil ESPIRIT. Su esposa, Kristine McDivitt, renuncia a su puesto como directora ejecutiva en la compañía Patagonia. El objetivo de la pareja estaba claro: dedicarse a proteger la naturaleza.
Ni bien abandonaron el mundo corporativo utilizaron sus fortunas para desarrollar grandes zonas de conservación en Chile y Argentina. Juntos crearon Tompkins Conservation y lograron la restauración ecológica más grande a cargo de un privado: 600.000 hectáreas. Invirtieron casi US$ 400 millones en estos esfuerzos. "Entendimos que podíamos cambiar el destino de estas tierras a largo plazo, eso nos motivó y guio", afirma Kris.
A través de su Iniciativa Perpetual Planet, Rolex apoya el legado de recuperación progresiva que Tompkins Conservation implementa en el Cono Sur de Sudamérica, donde hoy cuenta con dos filiales: Rewilding Chile y Rewilding Argentina. La propuesta consistió en cambiar de perspectiva sobre el uso de la tierra y reorientar las fuerzas laborales. Con la ayuda de científicos y voluntarios locales, tomaron estos paisajes, desprovistos de su biodiversidad originaria, y empezaron a recuperarlos con el fin último de donar a los países estas tierras y convertirlas en parques nacionales.
Desde las cámaras de monitoreo, empleados de Rewilding Argentina celebran cuando pasa por la pantalla una yaguareté con su cachorro a cuestas. Los Esteros del Iberá sufrieron la ausencia de este depredador de la zona durante un siglo. Hoy se logró su reinserción y, después de años de trabajo, actualmente hay al menos 12 ejemplares que son completamente salvajes. De ahí que el equipo de expertos pronostique un "baby boom".
No son los yaguaretés los únicos habitantes de las 1,3 millones de hectáreas de los Esteros del Iberá. El segundo humedal más grande del mundo está conformado por lagunas, bañados, embalsados (islas flotantes de vegetación) y laberínticos canales de agua que sirven de refugio a una de las comunidades de flora y fauna más importantes de Argentina. Pero la ganadería y la sobreexplotación forestal dañaron gravemente estos territorios correntinos. Por eso su fauna local está llena de ejemplares en peligro más o menos grave de extinción.
Cuando los Tompkins conocieron los esteros vislumbraron la necesidad de ir más allá de la preservación y optaron por otra estrategia de restauración ecológica: reintroducir especies autóctonas clave. "El paisaje sin vida silvestre es solo escenario y lo que hay que lograr es que sean ecosistemas en pleno funcionamiento", observa Kris.
El primero en ser reintroducido fue el oso hormiguero gigante. Su vuelta a los humedales contribuyó a controlar los insectos y recuperar pastizales y bosques. Después llegaron los venados de las Pampas y los guacamayos rojos, a los que pronto se unieron los ocelotes y las nutrias gigantes. Todos cumplen un papel fundamental en el restablecimiento del ecosistema de Iberá, desde actuar como ingenieros paisajistas hasta esparcir semillas. El equipo espera que pronto estas especies clave alcancen poblaciones autosustentables y ayuden a mejorar la salud del ecosistema.
"Esta no es la historia de Doug y Kris Tompkins. Desde el comienzo, todas las personas que han creado los parques de Argentina con nosotros son argentinos. Están recuperando especies para que todo el ecosistema funcione bien durante los próximos mil años", aclara la presidenta de Rewilding.
Sobre la amenazada estepa patagónica chilena también posaron su mirada Kris y Doug. La visitaban en sus viajes de mochileros, hasta que un día descubrieron que la vegetación iba desapareciendo y se abría paso la tierra pelada. "Doug y yo empezamos a acampar en Valle Chacabuco en 1994. El sur de Chile es muy salvaje. Pero los ríos y los bosques han tenido mucha presión a causa de las talas y la ganadería. Tuvimos una idea: si comprábamos esas tierras, dejarían de estar amenazadas. Las podríamos donar y crear nuevos parques nacionales", detalla la cofundadora y presidenta de Tompkins Conservation.
Para recuperar el estado natural del lugar y asegurar su protección, Rewilding Chile empezó a eliminar cientos de kilómetros de cercas que impedían que los animales se movieran libremente. De este modo, la organización fue capaz de reforzar las poblaciones existentes de especies, incluyendo el puma, el ñandú y el símbolo nacional de Chile, el huemul.
"Algunas zonas estaban tan erosionadas que en su mayor parte lo único que había era polvo. Por suerte, en la actualidad, el ecosistema se ha ido recuperando, pero sigue siendo un proceso lento. No lleva mucho tiempo destruir un ecosistema, pero puede tardar décadas en recuperarse –sintetiza Cristián Saucedo, director de Vida Silvestre de Rewilding Chile–. Rolex está jugando un papel fundamental con su apoyo a los esfuerzos de Rewilding en el Parque Nacional Patagonia. Lo que estamos haciendo aquí funciona como modelo no solo para Chile, sino también para todo el mundo".
Para poner en marcha este gran proyecto de restauración ecológica se requirió también que los pueblos y ciudades cercanos a estos territorios argentinos y chilenos viraran hacia una economía sustentable. "No es posible defender estos parques sin comunidades locales que se beneficien directamente de ellos y los asuman como propios –afirma Tompkins, quien es una tenaz negociadora de la paz entre las personas y la naturaleza salvaje–. Si invertimos en esos parques nacionales, las poblaciones que los rodean pueden construir a partir de eso", agrega.
En Esteros del Iberá se logró que los habitantes de la zona empezaran a pensar más en la promoción del turismo ecológico y menos en plantar arroz, criar vacas y en la explotación forestal. “El yaguareté se veía como una amenaza para el ganado y por eso se extinguió. Si queremos recuperarlo, debemos cambiar la economía. El turismo nos ofrece esa posibilidad", puntualiza Sofía Heinonen, directora ejecutiva de Rewilding Argentina.
Pasar a ser un parque nacional implica eliminar todo aquello que afecta a las especies autóctonas. El chileno Daniel Velásquez pasó de trabajar con ovejas y vacas en la Patagonia chilena a ser un guardabosques especialista en los amenazados huemules. "Son los únicos ciervos de la cordillera. Todos los días salgo a verlos, es muy importante seguirlos para saber qué hembras están más cerca de dar a luz", relata.
Hoy, las fundaciones Rewilding Argentina y Rewilding Chile están orgullosas de propiciar el fortalecimiento del vínculo de las comunidades con la naturaleza. "Esta ya no es una historia de Tompkins Conservation. La protagonista hoy es la comunidad local que se involucra para proteger los tesoros de su país", aclara Kris.
Que el año pasado Rolex haya sumado su apoyo a la misión de Tompkins Conservation hizo que aumentara el impacto y la sostenibilidad a largo plazo del programa de reconstrucción de ecosistemas únicos que la organización asumió en Chile y Argentina. "Trabajé en el mundo corporativo durante 50 años. Por eso, entiendo el poder que tienen las empresas –observa Kristine–. Y, cuanto más conozco a Rolex, más feliz estoy de que se haya asociado a Rewilding Chile y Rewilding Argentina".
Tanto la fundación como Rolex comparten la visión de proteger y restaurar el mundo natural e inspirar modelos de desarrollo armónicos, que promuevan ambientes saludables y promuevan el bienestar de las comunidades locales. "En los últimos 30 años, hemos creado 13 parques nacionales nuevos. Pero lo que más me enorgullece es el equipo humano que ahora integra Rewilding Chile y Rewilding Argentina. En próximas generaciones no se oirá el nombre de Tompkins", asegura una de las filántropas de la biodiversidad más prolíficas de la historia.