El mar de Liguria, en la Riviera italiana, transparente, cálido y siempre tranquilo, es un destino favorito del turismo. Lo que pocos saben es que bien cerca de sus costas habitan ocho variedades de cetáceos. Delfines, cachalotes y ballenas, entre otras criaturas, tienen grandes capacidades de adaptación, eso les permite convivir con los humanos pero también quedan expuestos a amenazas constantes.
Con el objetivo de que el mundo sepa cómo viven, qué necesitan y qué peligros enfrentan estos mamíferos marinos fue creada Menkab, una asociación que surge de la alianza entre la Universidad de Génova y el Museo Oceanográfico de Mónaco. El año pasado obtuvo el apoyo de la iniciativa Perpetual Planet de Rolex, lo que le dio un nuevo impulso a un trabajo exhaustivo que combina investigación con educación ambiental. "Cuando le contamos a la gente que a poca distancia de la costa pueden ver ballenas de aleta o cachalotes, a menudo se sorprenden. Nuestro objetivo es intentar llevar este mensaje al público en general y a los estudiantes en la medida de lo posible", asegura Giulia Calogero, presidenta de la organización.
Menkab -que toma el nombre de la segunda estrella más luminosa de la constelación de la Ballena que en árabe significa agujero para respirar"- pone el foco en el Santuario de Pelagos, un espacio protegido por Francia, Mónaco e Italia que abarca 87.500 kilómetros cuadrados en el mar de Liguria. Es el lugar que eligen como criadero las ballenas de aleta, el segundo animal más grande del mundo. Pero donde más se pone el foco es en el amenazado zifio (primo del delfín) y el cachalote, catalogado como "vulnerable" a nivel mundial pero "en peligro" en el Mediterráneo. La información, según Calogero, es la clave para protegerlos: Los mamíferos marinos son un ejemplo de la grandeza que hay en nuestros mares. Es muy importante conocer sus hábitos porque hay que tener conocimientos para poder hacer algo de verdad.
Registro fotográfico
A bordo de botes inflables rígidos, los científicos de Menkab recorrieron más de 1.500 millas náuticas (2.800 km) durante todo 2022. Con cada salida afinan más aún la información sobre la salud, los movimientos y el número de cetáceos en el área.
Su metodología para censarlos es simple: a través de imágenes. "Preferimos identificarlos con fotos y, luego, los observamos con prismáticos o, incluso, a simple vista. Registramos sus aletas dorsales y caudales y averiguamos qué son. Y así podemos crear tarjetas de identificación sin molestarlos", puntualiza Calogero. Monitorean cada animal a través de las marcas distintivas de sus cuerpos. A veces son pequeñas manchas y en otras oportunidades se los reconoce por sus heridas. Los golpes de los barcos son una de las principales amenazas para los cetáceos en esta región, junto con las redes de pesca y la ingesta de residuos de plástico.
A partir de este trabajo minucioso, Menkab logra hacer un seguimiento no solo de la salud y las variaciones en la población de cada especie, sino también de sus hábitos migratorios. Gracias a estas observaciones se obtuvieron hallazgos importantes: diversas ballenas fueron avistadas por colegas en regiones tan distantes como la isla de Ischia, en el mar Tirreno, Islandia, las Indias Occidentales y el Caribe. "Los delfines y las ballenas son muy queridos. Parecen centinelas del mar. Si los vemos, significa que el ecosistema marino funciona bien", afirma Biagio Violi, coordinador científico de Menkab.
Nuevas generaciones
El otro pilar del trabajo de Menkab es la educación. "Ampliamos nuestros objetivos trabajando con estudiantes de las escuelas locales. Les mostramos lo bueno y lo malo. Ya sea una manada de delfines, un cachalote o el propio mar; y también ven las amenazas. Pero no solo sus posibles consecuencias, sino algo más importante: cómo prevenirlas", comenta Calogero.
Conocer la riqueza del mar de Liguria es el primer paso para aprender a cuidarla. La organización pone en marcha actividades que van desde la limpieza de playas hasta proyectos de investigación. "Preferimos no impartir simplemente clases teóricas -detalla Violi-. Los traemos al mar para que puedan observar y empezar a amar la naturaleza y, por su propia voluntad, tomen medidas para proteger nuestra vida marina". El imán que despierta el interés de los estudiantes es un robot submarino equipado con una cámara que se puede controlar con un joystick desde la superficie del agua. Aunque se usa principalmente para la investigación en profundidad, también sirve para sumergir a los adolescentes en el mundo submarino. "Los estudiantes aprenden a hacer cosas funcionales a nuestro trabajo, pero pueden experimentarlo de una forma casi lúdica", suma Calogero. Muchos de los participantes de estas propuestas quedan tan entusiasmados que buscan seguir formándose en biología marina.
La manera en que Menkab impulsa un cambio generacional en la forma de vincularse con el océano, la inspiración que genera su tarea y el compromiso con el que lleva adelante las investigaciones hicieron que Rolex decidiera dar su apoyo a través de su iniciativa Perpetual Planet, que impulsa la labor científica de exploradores que enfocan sus esfuerzos en preservar y proteger el medioambiente. "Nuestra meta no es solo involucrar a otros investigadores italianos y del resto del mundo -sintetiza Calogero-. Queremos contar con ciudadanos, turistas y estudiantes de Liguria y de toda Italia para proteger el mundo marino".