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Welber Barral: "La Argentina de Milei y el Brasil de Lula serán buenos socios"

Fernando Heredia

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El secretario de Comercio Exterior de Brasil entre 2007 y 2011 dialogó con Forbes sobre el futuro de las relaciones entre estos dos presidentes.

12 Diciembre de 2023 07.28

Welber Barral es uno de los mayores especialistas en comercio exterior de la región. Fue secretario del área bajo el segundo mandato de Lula, trabajó como consultor para organismos multilaterales y empresas en América Latina por más de 30 años y actualmente es socio de Barral Parente Pinheiro Abogados, una consultora que asesora firmas de ambos países para promover las oportunidades de negocios.

En una entrevista con Forbes en sus oficinas en Buenos Aires, cuenta cómo imagina la relación entre Lula y Milei y cuáles serán los ejes que marcarán el rumbo de la política exterior. 

¿Es posible equilibrar la balanza comercial entre Argentina y Brasil?

Por muchos años hubo una pelea (sobre todo los años de los Kirchner) sobre el tema del déficit que Argentina tiene con Brasil. Tiene que ver con los distintos productos que Brasil exporta a Argentina, sobre todo productos industriales, mientras que en lo que son productos agrícolas Argentina es un gran proveedor de Brasil (en el caso de trigo), pero en otros productos compite con Brasil en otros terceros mercados (la soja es un ejemplo). Entonces, la estructura industrial de los dos países va a ser siempre que Brasil tenga un superávit excepto si hay una exportación argentina para Brasil donde se pueda integrar más la economía brasileña. Lo que podría equilibrar la balanza sería el gas, donde está la gran perspectiva de que Argentina pueda tener un superávit comercial como tiene Bolivia con Brasil. Y no es solo el tema del superávit, ahí está el tema de financiación también, ahí está el tema de las garantías, incluso de monedas locales, ahí está el tema de proyectos futuros de infraestructura. El otro mecanismo que no tiene tanto impacto (estoy hablando de volumen), pero que es relevante en términos de calidad de exportación sería la industria creativa. Y ahí hablás de todo, Brasil hoy tiene una falta por ejemplo de programadores que no se está ajustando, podrías tener muchas más empresas argentinas que vendan servicios transfronterizos de tecnología a Brasil. Esto es el caso más obvio, pero puedo hablar de la industria creativa, el cine, todo que Argentina tiene y es excelente y que exporta poco al mercado brasilero.

En el último tiempo ese déficit se fue reduciendo porque Argentina empezó a comprar ese tipo de manufacturas a China porque otorgaba un mejor financiamiento que Brasil. Ahora estamos en una etapa donde el presidente electo pone en duda las relaciones diplomáticas con China. ¿Cree que eso se va a volver a encauzar a lo que fueron las importaciones brasileras de manufacturas?

Si miramos la balanza comercial Brasil-Argentina, los últimos dos años hay una pérdida de 20 años, hay una pérdida de exportaciones a Argentina sobre todo por competencia con Asia, particularmente con China. Esto tiene varias razones, pero una de las razones principales es los temas de financiación, del cese de importación y del swap que Argentina hizo con China. Todo eso ha facilitado mucho más la importación desde China en comparación con Brasil de productos industriales. Lo que cambió este año por una situación muy particular es la exportación de soja de Brasil a Argentina, pero por el tema de sequía, no va a pasar el año que viene. Entonces si sigue la tendencia actual China va a pasar a ser el principal proveedor de Argentina y no más Brasil. Entonces esta es la tendencia, ¿qué podemos hacer para revertir este escenario? Por un lado, tenemos que tener mucha más integración de cadenas productivas como existe en el sector automotriz. Por otro, sacar algunas barreras técnicas que todavía existen entre los dos países. Y tercero, quizás el más importante, el tema de financiación, hoy básicamente no existe la financiación. Y además de todas las barreras burocráticas que tenemos en Argentina con el tema de SIRA. Si no hacemos eso es muy posible que China, como ya es el principal proveedor de los otros países latinoamericanos, va a ser también de Argentina. En cuanto al gobierno de Milei no está claro todavía cómo va a ser la implementación de medidas de liberalización. Siempre está hablando de liberalización, de liberalización unilateral, con reducción de aranceles, con acuerdos, hacer más acuerdos internacionales. Lo que él va a descubrir es que es mucho más fácil decir que hacer. O sea, la reducción brutal o muy rápida de aranceles tiene mucho efecto sobre empresas y empleo. Yo también creo que hay que liberalizar, hay que tener más competencia, pero el tema de empleos es algo que tiene una reacción muy fuerte de la sociedad, entonces tenés que hacer una transición incluso con compensación para el sector de la sociedad más afectado, en todos los países pasa eso, incluso los más liberales. El otro tema que Milei va a descubrir en algún momento es que el tema del comercio no es como él dijo que no importa la relación de los países y que los privados pueden comerciar igual. La verdad que no es así, Argentina exporta carne a China porque hay un expediente muy largo, muy político de certificar frigoríficos argentinos. Argentina exporta miel o vino o lo que sea a varios países porque tiene certificaciones sanitarias que les piden los Estados, acceso a mercados muchas veces son distorsionados por aranceles más altos para algunos orígenes. Otro tema que va a descubrir Milei es que todos nosotros en el Mercosur creemos que somos muy buenos para hacer acuerdos, no entendemos por qué la gente no hace acuerdos con nosotros. La gente no hace acuerdos con nosotros por nuestra competencia en productos agrícolas, que es el sector más protegido de todo el mundo. Donde no hubo temas agrícolas (Israel, Egipto) hicimos acuerdos, pero con países como Corea del Sur que quiere el acuerdo, pero no quiere abrir el mercado agrícola ahí no nos interesa. Entonces yo creo que la experiencia le va a pasar esto al gobierno de Milei una vez que empiece a administrar.

¿Piensa entonces que Milei a pesar de su discurso liberal va a mantener cierto proteccionismo?

Es inevitable. Hubo pocos países que han hecho aperturas radicales (tuvimos alguna experiencia argentina, tuvimos experiencia de Brasil) y tuvieron que revertir después en el mismo gobierno. ¿Por qué? Porque los efectos sociales son catastróficos. Entonces hay que liberalizar, ya está toda la teoría económica, la experiencia histórica enseña que países más liberales tienen mejor eficiencia y mejor crecimiento económico, pero no lo podés hacer la semana que viene, hay una transición inteligente que hay que hacer para preparar las industrias incluso para que cambien de rumbo.

¿Cómo ve el futuro del Mercosur en ese sentido? 

Cuando empezó el gobierno de Bolsonaro con un discurso muy liberal dijo que convendría cortar 50% de Arancel Externo Común del Mercosur. O sea la propuesta que presentaba de Mercosur fue un corte que llevaría el arancel del 12% a 6%. Y presentó esta propuesta como una reducción unilateral sin negociar con los otros socios externos y ni siquiera Macri aceptó y tampoco Paraguay y Uruguay. Entonces, aunque Milei tenga un discurso como este la primera reacción que va a tener es de la industria argentina, hay que hacer una transición. Claro, la situación que está el comercio exterior de Argentina hoy es muy deficiente. A mi mujer le asombra mucho que los bienes importados (de casa, electrodomésticos) acá cuestan el doble que en Brasil. Entonces es necesario tener una competencia acá, incluso con los consumidores, claramente, para que tengan más competencia interna. Pero ahí tenés muchos temas que arreglar, primero la brecha cambiaria, después los controles, después el Banco Central. O sea, hay muchos temas antes de llegar a aranceles. En cuanto a aranceles lo que Bolsonaro al final aprendió es que si hacés una reducción arancelaria unilateral perdés la oportunidad de negociar y los japoneses o los coreanos o los europeos no te van a abrir el mercado agrícola sin negociación.

¿Qué rumbo considera que debería tomar el bloque? 

Bueno, ahí son dos preguntas: qué debería hacer y qué va a pasar, son dos cosas distintas. En cuanto a lo que debería hacer, el Mercosur tendría que tener (y sobre todo ahora con el ingreso de Bolivia) mucha más coordinación. Lo que está en el tratado de asociación: habría que haber coordinación macroeconómica, coordinación comercial, tendría que haber mucha más coordinación en temas que son importantes para todos los países. Algunos ejemplos: todos los países ahora están discutiendo lo que puede ser la oportunidad del hidrógeno, pero no hay coordinación entre los países, no hay una discusión hoy sobre el futuro del litio. No estoy diciendo que hay que hacer la misma política para los países, porque hay incluso situaciones regionales de provincias que son distintas, pero hay que tener al menos la información para que no exista conflicto del mercado donde todos tienen interés. Es cierto que si avanzamos en el acuerdo con la Unión Europea, el acuerdo con la Unión Europea tiene un efecto (además de inversiones, además de comercio y todo) institucional muy relevante, el acuerdo con la Unión Europea nos va a obligar a ser más organizados.

¿Cree que es viable ese acuerdo? Porque hoy parece que hay más rechazo del lado europeo que del lado del Mercosur.

Sí, es verdad. Yo creo que del lado del Mercosur todos los países están dedicados a que se firme el acuerdo. En Europa hay mucha resistencia sobre todo por el tema agrícola y el tema ambiental. Lo mejor que puede pasar este año sería una declaración conjunta del interés de la negociación. Después hay la redacción jurídica, hay la traducción a todas las lenguas, hay presentación al parlamento europeo y los congresos nacionales, hay la aprobación, hay ratificación, después un mecanismo de desgravación. Entonces para estar full el acuerdo estamos hablando de 20 años si todo sale bien. Es una transición bastante larga en la cual los países del Mercosur van a tener cupos de exportación en la mayoría de los productos agrícolas, hay algunos sectores liberalizados, pero no todos. Entonces estamos hablando de dos décadas, de una generación para la implementación total si todo pasa bien. De todas formas, aunque hay que ser realista en eso, el acuerdo tiene ventajas no solo para los europeos, sino muchas ventajas para los países del Mercosur y una de ellas es, insisto, la ventaja institucional.

Vamos a la relación Argentina-Brasil, particularmente Lula-Milei. Conociendo a Lula, ¿cree que las palabras de Milei tildándolo de corrupto o comunista van a tener efectos en la relación bilateral o también se va a mantener esta relación institucional perdurable entre Brasil y Argentina?

Se va a mantener la relación. La relación es demasiado importante para que tenga efectos personales. Tuvimos gobiernos como Bolsonaro y Fernández, que tampoco tenían mucha simpatía mutua y siguió la relación bilateral. 

¿Cree que el Brasil de Lula y la Argentina de Milei pueden ser buenos socios?

Van a ser buenos socios. Tienen que ser buenos socios. No hay alternativa. El pragmatismo que exigen las relaciones exteriores exige que sean buenos socios. A Brasil le interesa una Argentina fuera de la crisis, en crecimiento, que las empresas brasileñas puedan invertir y que tenga buenos consumidores. Eso le interesa a Brasil. Y a Argentina le interesa un mercado de 220 millones de personas que le compren toda la producción, incluso servicios. Entonces la relación bilateral va a seguir.

Decíamos hace un ratito que la energía puede ser uno de los factores o de las industrias que equilibre la balanza comercial, pero hasta ahora más allá del alineamiento ideológico este último año entre Lula y Alberto Fernández se discutió mucho la financiación del gasoducto que podría conectar con Brasil y no se concretó.

Bueno, ese es un tema bastante importante, de hecho, estamos acompañando porque creo que este sería el proyecto binacional más importante por todo lo que comentaba: por el equilibrio de la balanza comercial, por la posibilidad de hacer más financiaciones, por el tema de créditos futuros, por el tema de financiar otras obras que están vinculadas a la financiación por parte del gas. Pero bueno, ¿qué pasa? Hay una cuestión técnica ahí. Hoy, después de los escándalos con las constructoras brasileñas, el BNDES no financia obras fuera de Brasil. Hay un proyecto de ley que está en el Senado brasileño ahora. Se espera que este proyecto de ley se pueda aprobar el año que viene para que BNDES pueda volver a financiar.

¿Qué oportunidades observan desde la consultora en el corto plazo?

Para el año que viene creo que, sobre todo si se reduce la brecha cambiaria, vamos a tener mucha oportunidad en lo que se llama trade finance, o sea la estructuración de operaciones de financiación (hay muchos clientes argentinos que exportan a Brasil por ejemplo o exportan a otros lados), en lo que es la financiación y la reducción de impuestos, buscar mecanismos para reducir impuestos en el destino, que hacemos mucho para exportar a Brasil. Entonces creemos que la reducción de la brecha cambiaria va a crecer el interés de exportación de Argentina, mucha oportunidad para nosotros para que trabajemos en eso. Y para el futuro (dos años, tres años) una vez que tengamos más claridad cuáles serán las políticas económicas de este gobierno yo creo que podemos volver a trabajar en algo que nos gusta mucha que son las inversiones y ahí trabajamos mucho con estructuración de financiación, con adquisiciones, con parte de atracción de fondos para empresas nuevas y también estructuración de nuevos modelos de negocios para inversión en el país. Países como Brasil o Argentina tienen mucha demanda de inversión en infraestructura. Y ahí la experiencia que se vio en Brasil (sobre todo con inversión europea y particularmente española) fue un proceso de privatizaciones que fueron con reglas muy claras de reducción de costos. Por ejemplo, concesiones de aeropuertos, Brasil ha hecho concesión de la mayoría de sus aeropuertos (la Corporación América está en Brasil, pero hay también suizos, franceses) y lo que paso en Brasil fue que la propuesta involucraba la reforma de aeropuertos, involucraba inversiones que se tenían que hacer, pero involucraba también el menor costo para el pasajero. Y esto se aprendió con concesiones de rutas, por ejemplo, trabajamos mucho en nuestra oficina de San Pablo en temas de estas concesiones de rutas que tienen un sistema donde suceden controversias por ejemplo por mediaciones y arbitraje. Lo que quiere el inversor es un retorno sobre capital proporcional al riesgo. Si va a hacer una inversión en el Congo necesita de 150% de retorno, si hace una inversión en Estados Unidos es 8%.

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