Una de las principales ventajas del mercado de capitales es que ofrece numerosas clases de instrumentos financieros, los cuales se adaptan a diversos perfiles de inversor y a múltiples horizontes temporales. En la Argentina, uno de los más operados por quienes desean proteger y aumentar su capital son las obligaciones negociables, ya que brindan una renta periódica en dólares y devuelven rentabilidades muy superiores a la inflación.
Invertir en obligaciones negociables
Las obligaciones negociables, también conocidas como bonos corporativos, son instrumentos financieros de renta fija que consisten en deuda que emiten las compañías y que los inversores adquieren a cambio de un interés.
En la Argentina, existen diversos tipos de bonos privados. En primer lugar, se encuentran los famosos bonos CER, los cuales, como indica el nombre, ajustan por el Coeficiente de Estabilización de Referencia. En otras palabras, siguen la evolución de la inflación.
Por otra parte, se negocian las obligaciones dollar linked o atadas al dólar. Estos activos reparten una renta acorde al comportamiento del tipo de cambio oficial: si el dólar sube, la renta es más alta; si el dólar baja (escenario poco probable), la renta es menor.
En ambos casos, las obligaciones negociables pueden ofrecer una rentabilidad que iguale a los aspectos inflacionarios o devaluatorios o pueden brindar una renta algo superior. Por ejemplo, CER más 5% o dollar linked más 3%. En ambos casos, los intereses se pagan en pesos.
Por último, se encuentran los bonos corporativos más atractivos del mercado, aquellos que reparten una renta periódica en dólar billete. Normalmente, estos instrumentos de renta fija son emitidos por empresas con alta calidad crediticia y con buenos niveles de solvencia en moneda extranjera.
El funcionamiento es sencillo: el inversor compra bonos o suscribe su capital en la licitación primaria (en pesos o en dólares) y, al cabo de un tiempo, comienza a cobrar la renta en moneda dura que se deposita automáticamente en su cuenta comitente (la cuenta del bróker).
Según la oferta y demanda del momento, las cifras pueden variar, pero, a día de hoy, las obligaciones negociables promedio suelen brindar una rentabilidad de entre el 7% y el 8% anual en dólares.
Los riesgos de la renta fija
Si bien suelen ser instrumentos financieros confiables, lo cierto es que no están exentos de riesgos. Principalmente, los bonos corporativos pueden sufrir dos inconvenientes: falta de liquidez e incumplimiento de pagos.
El primer problema hace referencia al bajo volumen de operaciones en el mercado secundario que ocasiona que no sea sencillo y/o económico salir de la inversión antes de tiempo. A su vez, el incumplimiento consiste en el riesgo de que el que el emisor del bono no pague lo que debe o decida reestructurar la deuda.
De todas formas, a diferencia de lo que sucede normalmente con los títulos públicos, las obligaciones corporativas normalmente son más seguras en el largo plazo debido a que las compañías que se centran en esta clase de financiamiento tienen un buen historial crediticio y una sólida posición financiera.
Cómo comprar bonos corporativos
Invertir en bonos corporativos para cobrar una renta en dólares es sumamente sencillo. En primer lugar, es necesario abrir una cuenta comitente (cuenta de inversiones) en una sociedad de bolsa (bróker) que esté correctamente regulada por la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Actualmente, existen muchas, por lo que se recomienda navegar por el ranking de agentes BYMA que mes tras mes destaca a las más grandes e importantes. Posteriormente, solo resta depositar los fondos deseados desde una cuenta bancaria del mismo titular y contactarse con el asesor financiero designado para poder armar un portafolio que esté correctamente diversificado y que brinde una buena rentabilidad en dólares.