En el marco de su cumpleaños número 30 en el país, la empresa danesa de aerogeneradores Vestas repasó sus principales proyectos y analizó los desafíos a superar para que el país se convierta en el protagonista de la transición energética mundial.
El recurso que tenemos en este país es increíble. El potencial de exportación mediante hidrógeno verde es impresionante. Argentina puede ser el protagonista de la transición energética mundial, pero el Gobierno tiene que actuar como un árbitro de fútbol. Cuando no te das cuenta que está en la cancha, funciona muy bien, pero si no, no es muy bueno, graficó el CEO de la firma para Latinoamérica, Eduardo Ricotta.
Lo que tiene la Patagonia argentina es una superficie plana, sin densidades de población, sin complicaciones para instalar parques. Y no hay eso en otro lugar del mundo. El viento tiene una diferencia de entre el 10 y 15% respecto a los mejores lugares del mundo. Y eso puede compensar un montón de ineficiencias que tiene el país, coincidió Andrés Gismondi, Country Head de Argentina.
En la celebración de su aniversario, Vestas analizó su situación en el mercado donde ya cuenta con 1.700 MW en operación y detallo el avance de sus proyectos en construcción por 700 MW. En marzo anunciamos tres parques nuevos: La Elbita, con Genneia en el sur de Tandil, con 162 MW de capacidad instalada; Pepe VI, con Pampa Energía en Bahía Blanca, con 95 MW de capacidad instalada; y General Levalle, con YPF Luz, en la región de General Levalle, Córdoba, con una capacidad instalada de 155 MW, dijeron.
Luego de las buenas noticias, en la empresa enviaron un duro mensaje al Gobierno por la dificultad de seguir ampliando la ley en medio de la volatilidad macroeconómica y el cuello de botella que existe en las redes de alta tensión.
Resulta fundamental la ampliación de las redes de transporte para poder alcanzar nuestros objetivos, sobre todo porque el sector eólico ya opera libre de subsidios y resulta en una de las energías más competitivas del país, que además ya presenta un desarrollo federal. Argentina debe invertir más agresivamente en energía solar y eólica para garantizar una cartera de energía renovable más resistente, subrayaron.
En cuanto al primer ítem, Gismondi pidió que cuando se termine el proceso electoral, tiene que ordenarse la macro para que haya condiciones de negocios. Nadie está hoy en condiciones de tomar una inversión importante sin saber el precio que tiene el dólar o no pudiendo importar.
En relación a las restricciones para traer insumos de afuera, manifestaron que en algunos casos, se llega al absurdo de bloquear importaciones por 10.000 dólares que generan parates que obligan al Estado, posteriormente, a importar energía por 10 a 50 veces más que ese valor.
Va a ser imposible llegar al 20% de renovables con las redes actuales, mencionó Gismondi respecto a la saturación del sistema de transporte eléctrico. Sí o sí hay que hacer más redes. Parte de la limitante es por la regulación excesiva o la intervención en el sector eléctrico. Uno de los limitantes es que hay un acuerdo de Estado entre la Argentina y China que está en una nebulosa, es algo que debemos ayudar a destrabar o dar libertad a que lo pueda hacer otro, agregó.
Finalmente, los directivos cuestionaron el proyecto de ley de hidrógeno y dijeron que, para que haya una fábrica de producción local como la que existe en el nordeste brasileño, Argentina tiene que garantizar una cierta escala en el tiempo y planificar grandes volúmenes de generación eólica.
Cuando se pone algo tan exigente de contenido nacional, se genera lo opuesto. Habría que retocar muchas cosas a ese proyecto. Recién si hay volúmenes anuales, ahí si es posible desarrollar la industria local, afirmaron.