Una jueza internacional de cata de quesos explica el potencial argentino para poder exportar
La calidad está, pero la economía no acompaña. La importancia de apuntalar la producción de quesos diferenciados y con valor agregado.

Cada argentino consume entre 11 y 12 kilos de queso al año, en un país que es valorado por su industria alimentaria, y con presencia en los principales mercados del mundo a través de sus exportaciones.

Pero lo que pocos saben es que Argentina es el principal productor de quesos de América Latina en volumen, seguido por Venezuela, Uruguay y México, y está en el top ten a nivel mundial, oscilando entre el noveno y el décimo puesto del ranking, dependiendo del año y la coyuntura o las condiciones de producción.

Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), entre enero y noviembre de 2023 se exportaron 315.222 toneladas, entre leche en polvo; quesos; productos derivados de la leche (dulce de leche, manteca, aceite butírico y suero); y los llamados productos confidenciales (caseína, lactosa y yogures).

En 11 meses ese volumen exportado representó ingreso de divisas por 1207,3 millones de dólares, de los cuales un 30% corresponde a quesos (blandos, semiduros y duros). Pero un dato interesante es que en un contexto de caída de las exportaciones totales -17% en volumen y -22% en valores- los quesos se mantuvieron en terreno positivo con crecimiento de 1,4%, frente a un desplome de -33,5% en las exportaciones de leche en polvo y de -5,3% en el resto de los productos.

Las grandes ligas

La presencia de los quesos argentinos a nivel global no sólo se puede observar a través de las exportaciones. La ingeniera zootecnista Beatriz Coste, graduada en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, es jueza internacional de quesos, especialista en análisis sensorial, un área del control de calidad. Cuenta además con un doctorado en Tecnología de Alimentos en una universidad española y desde hace dos décadas trabaja en la Facultad de Agronomía de la UBA, donde además es docente.

Su rol como jueza le permite codearse cada año con expertos de otros países en concursos internacionales de cata de quesos, entre ellos el célebre World Cheese Award, que en 2023 tuvo lugar en Noruega.

“Es un concurso itinerante, en el que se presentan unos 4.500 quesos y somos 250 jurados aproximadamente. Trabajamos junto con otros dos jurados en mesas donde ponen unos 50 quesos para probar en un día. Los probamos y ponemos una valoración. De acuerdo a las puntuaciones de los quesos se otorgan las medallas de oro, plata y bronce y el queso del año. Es un evento muy importante comercialmente”, explica Coste.

Hasta 2021 no había participación de productores en estos eventos, pero ya empezó a cambiar la tendencia. Ese año fue un solo productor, al año siguiente cinco y en 2023 ya fueron 10 productores a presentar sus quesos. 

La “zanahoria” es obtener una distinción y que se abra la posibilidad de colocar sus productos en el exterior, muchas veces a través alguna industria extranjera que le compre la producción, porque para los productores pymes y artesanales la cuestión de la escala para exportar no es menor.

Pese a ello y con el viento de frente que muchas veces significa la coyuntura económica, el país tiene un enorme potencial para crecer. En primer lugar, porque hay materia prima de calidad y se produce cierto volumen, existen industrias maduras y cada vez “hay más productores artesanales, pero con mucha calidad”, indica la especialista. Además, si bien predominan los quesos de vaca, se producen también quesos de cabra, oveja y búfala, que hacen quesos diferenciados.

jurado concurso cincho zamora 2 espana

Marca país

¿Argentina puede desarrollar una marca país en quesos?, preguntó Forbes Argentina. “Argentina es un país que se ve desde afuera como un país productor de alimentos, no sólo producción primaria. Pensando en la exportación, la marca país Argentina, la región pampeana o la Patagonia son productos que se venden solos”, anticipó Coste.

Pero el camino no es sencillo. La experta asegura que para poder aprovechar el gran potencial del sector, al país “le falta una política agropecuaria enfocada al sector y apoyo a los productores para poder exportar”.

Pero en general exportan las industrias grandes. “Hoy el panorama de Argentina no es favorable para que una empresa pyme exporte sus quesos”, sentenció. Lo lamentable es que hay demanda y “podrían ubicar perfectamente su producción en el exterior”, indicó Beatriz Coste. Se refiere no sólo a los productos genéricos o commodities que hoy ya se exportan sino a productos diferenciados, que tienen valor agregado y puede colocarse a mejor precio.

En esa línea, si bien en el mundo del queso hay numerosas denominaciones de origen, como los conocidos Reggianito, Manchego o Roquefort, por citar algunos, Argentina todavía no tiene ninguna variedad con ese certificado de calidad.

El que está más cerca de llegar a esa meta es el queso banquete de Tandil, que “está a un 90% de la Denominación de Origen, solo le falta una cuestión de papeles”, adelantó Coste.