La firma independiente de gestión de inversiones a nivel mundial Schroders dio a conocer los resultados de la última edición de su estudio de Inversores Institucionales. Denominado IIS, por sus siglas en inglés, esta investigación tiene en consideración la opinión de los mayores inversores del mundo, 770 instituciones de 36 distintas regiones, respecto de las principales áreas de interés y preocupación.
A raíz de la creciente tendencia a la desglobalización, más de la mitad de los encuestados cree que los inversores buscarán cambiar las asignaciones de sus carteras invirtiendo en empresas con cadenas de suministro más localizadas, y se cree que la renta variable de los mercados desarrollados (32%) y la renta variable privada (23%) presentarán las mejores oportunidades en los próximos años.
Los niveles de confianza en los inversores se vieron afectados por factores macroeconómicos como la inestabilidad geopolítica y la tarea de los bancos centrales de enfriar la inflación sin efectos secundarios. Los inversores tienen razón al actuar con cautela, pero deben considerar esta no es una mera fase temporal, sino una nueva realidad con la que debemos aprender a convivir, explica Nils Rode, director de Inversiones de Schroders Capital
La dinámica económica global ha desafiado las estrategias de inversión a nivel mundial; la incertidumbre inflacionista y la inestabilidad geopolítica impactaron en la confianza de los inversores. En este contexto, la gestión activa de carteras se presenta como una estrategia fundamental para mejorar las expectativas de rentabilidad futuras, agrega Pablo Wilenski, Head of Client Group en Schroders Argentina.
Paralelamente, el 65% de los encuestados cree que uno de los principales beneficios de invertir en activos privados es que son gran fuente de diversificación a futuro, uno de los principales motivos por el que un tercio de los están considerando aumentar sus asignaciones en esta línea.
Son muchos los inversores que siguen sintiéndose atraídos por los activos privados como medio para participar en la evolución del panorama macroeconómico y añadir resistencia a las carteras, comenta al respecto el director de Inversiones de Schroders Capital.
Desglobalización, descarbonización y demografía
El concepto de 3D hace referencia a desglobalización, descarbonización y demografía, tres tendencias clave que están reconfigurando economías y sociedades, y tendrán repercusiones para los inversores que se harán sentir en los próximos años.
En este escenario, definido por las '3D', los inversores asimilan la permanencia de la inflación y tipos de interés más elevados, mientras los activos compiten por revalorizarse frente al rendimiento del efectivo bancario. La agilidad y la acción en la inversión se perfilan como indispensables, contrastando con la estabilidad de los últimos 15 años, comenta Pablo Wilenski, Head of Client Group en Schroders Argentina.
A primera vista, el restablecimiento de las 3D ha cambiado mucho. Los inversores deben valorar los activos de forma diferente, considerar nuevos riesgos y ampliar sus horizontes. Sin embargo, en muchos sentidos, se trata de una vuelta a la normalidad para los inversores activos. Es hora de volver a ser perspicaz, analítico y centrarse en la valoración, explica Johanna Kyrklunz, CIO y Co-Head of Investment de Schroders.
A grandes rasgos este fenómeno explica que las consecuencias resultantes de la coyuntura global, así como de las regulaciones llevadas a cabo por los bancos centrales para frenar el aumento de la inflación y la continuidad de las políticas económicas restrictivas que generan amenazas para los inversores en la actualidad.
Sin embargo, estas tendencias también presentan oportunidades de inversión al priorizar el análisis de valoraciones en lugar de depender del crecimiento especulativo e invirtiendo en materias primas que tengan relevancia en la transición hacia una economía más sostenible; siendo clave adaptarse a este nuevo panorama y explorar nuevas perspectivas de inversión.
Con el objetivo de aprovechar las oportunidades que ofrecen estas tendencias, en un contexto en el que la preocupación por los riesgos de recesión, altos intereses y elevada inflación siguen impactando en los mercados; las asignaciones de los inversores institucionales a la renta variable podrían aumentar, agrega.
Un inversor consciente
Mientras la mitad de los encuestados de todo el mundo ya están comprometidos a alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en sus carteras, el 21% declaró que no tiene intención de hacerlo. ¿A qué se debe? Poco más del 50% señaló que la falta de normalización en términos de medición, procesos, herramientas y métricas de impacto son los principales obstáculos a la hora de invertir en estrategias de activos privados.
El análisis correlacional de estos resultados da cuenta de la importancia de que todos los mercados reciban más apoyo para medir y hacer un seguimiento de los itinerarios de reducción para poder alcanzar el objetivo de cero emisiones netas.
Los resultados de este año ponen de relieve que los inversores institucionales se centran cada vez más en la exposición temática y el impacto de sus inversiones, intentando adoptar un enfoque más equilibrado de las inversiones sostenibles en relación con estudios anteriores, señala Andy Howard, director Global de Inversión Sostenible de Schroders.
En línea con estos objetivos, la transición energética ofrece oportunidades de inversión a medida que se expanden hacia los activos privados generando interés y aspiraciones por parte de los inversores. De hecho, el 67% de los encuestados consideran que la transición energética podría estimular la inversión en innovación.
A medida que el mundo se enfrenta a este nuevo cambio de régimen y a las tendencias de desglobalización, descarbonización y demografía en el panorama inversor, los temas de sostenibilidad adquieren cada vez más importancia, creando nuevas oportunidades para las empresas y las inversiones que ofrecen productos y servicios sostenibles. Es por esto, que los inversores buscan identificar y asignar capital a estos temas emergentes de inversión sostenible, agrega Andy Howard.
Las inversiones sostenibles reflejan los valores del inversor y/o los objetivos detrás de las estrategias de sostenibilidad de las compañías, potenciando el impacto positivo en el planeta y en las personas. A su vez, la mayoría de los inversores cree que las estrategias de sostenibilidad respaldarán sus objetivos de lograr rendimientos financieros a largo plazo.
El especialista Nils Rode observa que la renta variable privada, los préstamos privados y los activos reales -tanto de infraestructuras como inmobiliarios- fueron las áreas en las que los inversores afirmaron que era más probable que aumentaran sus inversiones los próximos años.
Desde el punto de vista temático, los inversores son conscientes de que los activos privados están directamente conectados con tendencias duraderas de disrupción y progreso que se verán catalizadas por las rápidas mejoras en la tecnología de IA, la transición energética en curso y la descarbonización, así como el cambio demográfico. Estas tendencias son fundamentales para identificar oportunidades de creación de valor en el nuevo entorno, dando prioridad a estrategias sostenibles, con baja correlación con los mercados bursátiles, dependencia limitada o nula del apalancamiento y múltiples vías de salida, comenta.
En definitiva, gran parte de los encuestados está tratando de aprovechar de forma proactiva las oportunidades de inversión que presentan la transición energética y la revolución tecnológica a través de una mayor exposición a los activos privados. Es decir, continúa creciendo el interés por invertir en soluciones sostenibles para lograr la diversificación de la cartera, manteniendo un perfil de inversiones responsable y consciente.