El presidente Donald Trump firmó el sábado una orden ejecutiva que impone un arancel del 25% a las importaciones de México y Canadá, y del 10% a los productos importados de China, según múltiples informes. Esta medida refleja sus promesas de campaña de implementar altos aranceles, en contra de la opinión de muchos economistas que creen que el plan de Trump podría perjudicar a los consumidores cotidianos.
Hechos clave
- Trump ha propuesto durante mucho tiempo aumentar los aranceles, o impuestos sobre los bienes importados que las empresas que los importan pagan al gobierno de EE.UU.
- Antes de las elecciones, afirmó en noviembre que impondría un arancel del 25% a todas las importaciones de México y Canadá desde el primer día de su presidencia, además de un arancel adicional del 10% a todas las importaciones desde China.
- Tras su inauguración, Trump anunció su intención de aplicar estos aranceles a partir del 1 de febrero, y cumplió con sus planes el sábado. Sin embargo, aplicó un arancel más bajo del 10% a las importaciones energéticas canadienses para "minimizar cualquier efecto disruptivo" en los precios del gas en EE.UU., según el asesor comercial Peter Navarro.
- Esta decisión se produce después de que Trump firmara una orden ejecutiva al inicio de su segundo mandato, dirigiendo a agencias federales como el Departamento del Tesoro y el Departamento de Comercio a investigar formas de implementar una "política comercial América Primero", incluyendo la aplicación de aranceles, y entregar un informe para el 1 de abril. En días recientes, Trump ha declarado públicamente que aún está considerando aranceles más amplios sobre todas las importaciones extranjeras.
Impacto en la economía
- Los aranceles propuestos anteriormente por Trump incluían un aumento del 10%, o un 60% para los bienes importados desde China, en comparación con aproximadamente 1% y 11% durante la administración Biden, según datos de la firma de investigación Wolfe Research citados por el Wall Street Journal.
- Aunque algunos costos pueden ser absorbidos por una combinación de empresas estadounidenses que importan bienes, los clientes que los compran y las empresas extranjeras que los exportan —que podrían bajar sus precios para compensar los aranceles—, la Tax Foundation encontró que los aranceles impuestos durante el primer mandato de Trump fueron pagados por empresas y consumidores estadounidenses.
- Los economistas de Goldman Sachs, liderados por Ronnie Walker, proyectaron en abril que los precios de los bienes de consumo aumentarían un 0.1% por cada aumento porcentual en la tasa efectiva del arancel, lo que elevaría las tasas de inflación durante un año. Notaron que, además del aumento en el precio de los bienes importados, es probable que también suban los precios de los bienes nacionales debido a que los fabricantes estadounidenses "aumentarían de manera oportunista" sus precios al tener menos competencia en el mercado.
Consecuencias para el futuro
Los economistas también creen ampliamente que el plan tarifario de Trump perjudicaría la economía estadounidense. Un análisis realizado en mayo por el think tank no partidista Peterson Institute for International Economics (PIIE) concluyó que la propuesta presentada por Trump durante su campaña "provocaría daños colaterales significativos en la economía estadounidense", citando una serie de factores como la disminución del gasto del consumidor, el aumento en las tasas de desempleo y un menor crecimiento económico.
Trump ha sugerido que cumplirá con su promesa electoral para imponer aranceles universales sobre todos los bienes importados, aunque aún no está claro cuándo ni cómo podrían ser esos aranceles más amplios. "Podemos hacerlo, pero no estamos listos para eso todavía", dijo Trump justo después de su inauguración cuando se le preguntó sobre si impondría aranceles universales.
Más tarde agregó: "Tengo en mente lo que va a ser, pero no lo estableceré aún; será suficiente para proteger nuestro país".
Se espera que la propuesta tarifaria más amplia sea superior al 2.5% propuesto por el nuevo secretario del Tesoro Scott Bessent, con Trump afirmando el lunes que quiere que el impuesto sea "mucho mayor".
Forbes US