Hoy en día, muchas personas sufren de “estrés financiero”, más aún en épocas de crisis. Este estado, en el cual conciliar el sueño resulta difícil por los constantes pensamientos negativos vinculados al dinero, puede atentar gravemente contra la calidad de vida.
Afortunadamente, y a diferencia de lo que muchos creen, el problema no se resuelve ganando la lotería o volviéndose millonario de la noche a la mañana, sino dominando los tres pilares esenciales para encontrar la “tranquilidad financiera”.
Diversificación de ingresos
Para Jonatan Kon Oppel, asesor de inversiones y fundador de JKO Finanzas, “la tranquilidad económica depende de tener ingresos que permitan cubrir nuestros gastos, y la seguridad que tengamos sobre eso en el futuro”.
Teniendo en cuenta esta definición, el experto indicó que una de las cosas que hay que hacer es tratar de aumentar los ingresos, ya sea mediante un ascenso laboral, un nuevo empleo, un incremento de las ventas, etc. Además, es importante diversificar entre estas fuentes de ingresos, para reducir las probabilidades de perder todo el flujo de golpe.
“Si tenemos dos trabajos, al perder uno no perderemos la totalidad de nuestros ingresos. Si en un hogar dos personas trabajan y aportan a la economía familiar, si uno se queda sin trabajo, al menos tendrán los ingresos del otro”, ejemplificó Kon Oppel.
Seguridad y estabilidad
A su vez, se debe contemplar el correcto control de gastos. Para el asesor, esto no quiere decir que siempre tengamos que gastar lo mínimo posible, sino “ser conscientes de cómo gastamos, pudiendo definir prioridades, y evitando gastar mucho en cosas que para nosotros no son tan importantes”.
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En este punto, se vuelve interesante analizar la contratación de seguros, como el médico, del auto o del hogar, entre otros, ya que, en caso de que ocurra un accidente que requiera de un gasto muy grande, nuestras finanzas personales no se verán tan dañadas.
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Planes y objetivos
Por último, Jonatan Kon Oppel enfatiza en la importancia de tener un plan y objetivos de ahorro e inversión que puedan controlarse periódicamente para encaminarlos en caso de que sea necesario, siempre pensando en el largo plazo.
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“Ahorrar todos los meses para tener primero un fondo de emergencia y después invertir nos permitirá tener no solo una fuente de ingresos adicional, sino también dinero al cual recurrir si en algún momento nuestros gastos exceden nuestros ingresos”, expresó.
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Y concluyó: “Todo esto nos dará más seguridad sobre la posibilidad de cubrir nuestros gastos ahora y en el futuro, con nuestros ingresos y ahorros”.
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