A finales de marzo, la Asociación de Bancos de la Argentina (Adeba) emitió una nota al Banco Central de la República Argentina (BCRA) en la cual aseguraba que el sistema de pagos con códigos QR es "cuasimonopólico" y "no interoperable". 

El mayor problema al cual hacían referencia es que todos los códigos QR están abiertos para cuando el usuario paga con pesos que ya están en la plataforma. Sin embargo, cuando el abono se lleva a cabo con tarjetas de crédito o débito sí o sí debe hacerlo con la misma plataforma que emitió el QR del local. 

 

 

Si bien no hacía mención directa a Mercado Pago, se interpretó que el comunicado aludía a la empresa ya que tiene el 70% de este mercado a nivel nacional. Por ese motivo, la compañía fundada por Marcos Galperín divulgó un texto en el cual aseguraba que "lejos de ser un monopolio o un actor dominante, es un medio de cobro que compite en un mercado mayormente controlado por los bancos y jugadores tradicionales". 

Luego de este ida y vuelta, el BCRA saldó la disputa este jueves 18 de mayo con una resolución que compromete a todo local comercial a exhibir un código QR que permita el pago con tarjeta de crédito sin importar las empresas detrás del sistema. Esto deberá implementarse con obligatoriedad desde el 1º de septiembre y busca ampliar aún más el uso de este método de pago. 

"De esta manera, la experiencia de pago será más amigable para las personas ya que hasta ahora la interoperabilidad de los QR estaba limitada a los pagos con transferencia (PCT)", explican desde el BCRA. Y agregan al respecto: "A partir de la implementación de la nueva medida, luego de leer un código QR la persona usuaria podrá elegir si para abonar usará PCT o tarjeta de crédito, sin necesidad de cambiar de billetera digital para hacer el pago".

 

 

Por último, la normativa extiende a los PSP que inician transferencias inmediatas desde cuentas provistas por otros (iniciadores de pagos, PSI) la obligación de cumplir con las normas para este instrumento de pago. Una de las consecuencias más importantes será que los PSI deberán posibilitar a sus clientes realizar transferencias tanto hacia CBU como CVU, como lo hacen actualmente las entidades financieras u otros PSP que ofrecen cuentas de pago a sus clientes.

 

Los pagos con códigos QR en Argentina

La controversia entre las instituciones ocurre en un contexto de pleno crecimiento del pago con QR en Argentina. Desde el BCRA indicaron recientemente que durante las primeras dos semanas de enero el promedio diario de pagos con transferencia interoperables iniciados con QR fue de 253.056 transacciones. Estas cifras son ampliamente superiores al mismo período del 2022 que registró un promedio de 46.828. 

Por otro lado, desde el organismo nacional destacan que desde su adopción ya se han llevado a cabo más de 52 millones de operaciones a través de este sistema. En ese sentido, el BCRA aclara que estos números incluyen sólo las transferencias interoperables y no aquellas que se realizan desde una billetera virtual a un lector de un comercio de la misma compañía.

 

 

Las empresas que ofrecen la solución de pago QR tanto a los negocios como a los usuarios explican que la adopción en la Argentina ha sido ampliamente superior al resto de la región. Si bien es un sistema que se expande con rapidez por América Latina, informes como el New Payments Index, llevado a cabo por Mastercard, arrojan que el país tiene mayor uso de esta tecnología. Esto se observa al analizar que el 59% de las personas encuestadas utilizó el QR para realizar pagos durante el último año, bastante por encima del 34% del promedio de la región. 

En esa línea, un reporte realizado por Coelsa entre enero y diciembre del 2022 destaca que los Millennials, aquellas personas nacidas entre 1980 y 1993, son quienes más utilizan este método con el 42% de las transferencias. A ellos le sigue la Generación X (1965-1979), con 26%, y la Generación Z (1994 - 2009), con el 21%. 

Por otro lado, el informe de Coelsa destaca que el 54% de las transacciones con QR son hechas por mujeres y que casi el 77% de ellas se concentran en la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires. Quizás este sea el espacio de mayor crecimiento para este sistema ya que en el resto de las provincias la frecuencia de uso baja considerablemente.