Se terminó la YPF boba, repiten desde la emblemática torre de Puerto Madero y ponen como ejemplo distintos comportamientos que provocaban un enorme deterioro de ingresos bajo la excusa de la función social de la petrolera de bandera.
Desde aceptar un precio del combustible atrasado, importar a pérdida, tolerar una productividad por empleado menor al promedio de la industria, invertir en áreas no rentables por cuestiones políticas, participar en empresas que no generan dinero o subsidiar a otras petroleras no integradas al cederle su cuota parte de exportación.
Si no tuviéramos a Vaca Muerta, YPF estaría quebrada y Aerolíneas Argentinas sería un poroto. En una máquina de perder plata en las áreas marginales, reconocen.
Para dar vuelta este cuadro de situación, la nueva gestión a cargo de Horacio Marín presentó un plan al personal de la empresa al que tuvo acceso Forbes, donde puntualiza cuatro pilares fundamentales para cuadruplicar el precio de la acción en los próximos años y llevarla por arriba de los 60 dólares.
Desde el año 2005 que YPF pierde valor bursátil. Vamos a hacer algo que hizo Petrobras que la llevó a duplicar su valor entre 2016 y 2020 y va camino a volver a duplicar su valor de cara al 2029, trazan como ejemplo.
El modelo Petrobras consiste en sacarse de encima áreas marginales que no son rentables para focalizar los recursos de la empresa en el corazón del negocio. En el caso de YPF, salir del convencional para apostar todo al shale de Vaca Muerta. O, como le gusta decir al CEO Horacio Marín, "dejar de jugar los ATP 250, para concentrarse en los Másters 1000 y los Grand Slam como hace Djokovic".
Para tener referencia, hoy la empresa invierte la mitad de su presupuesto del Upstream en la formación estrella neuquina y la idea es llegar al 80%. El camino hacia ese objetivo supone la difícil tarea de acordar con sindicatos y gobernadores de aquellas provincias donde se abandonarán muchas áreas como Chubut, Santa Cruz o Mendoza, pero también convencionales marginales de la propia Neuquén.
En la petrolera de mayoría estatal dicen que el diálogo está muy avanzado y que todas las partes reconocen que lo mejor es trasladar la operación de esos yacimientos a empresas más chicas. Cuando un área es muy madura, las empresas grandes no son eficientes. Todas las grandes majors del mundo siguieron ese camino. Lo queremos hacer de una manera muy prolija para que no tenga impacto negativo alguno, al contrario, aseguran.
En paralelo al proceso de desinversión de áreas marginales, la empresa revisará su participación en 25 compañías donde tiene parte del paquete accionario. No es el caso de YPF Luz, donde destacan un gran trabajo, pero sí el de Y-TEC que deberá reconvertirse con la participación de otras petroleras privadas para enfocar su trabajo en consorcios de investigación que beneficien al sector petrolero local.
El sistema toyotista
Otro de los pilares es la mejora de la productividad a partir de un esquema a lo Toyota que optimice los tiempos y permita pasar a un sistema logístico just in time. Estamos hablando con ellos que ya son un partner nuestro, revelan desde Puerto Madero y, para evitar cualquier conflicto sindical, aclaran que la responsabilidad nunca es del empleado, sino de la empresa que tiene que realizar procesos para que cada uno sepa la tarea que tiene que hacer.
En ese sentido, el management ya decretó la vuelta a la presencialidad en el sector de oficinas cuatro días a la semana como paso previo para ir hacia los cinco días como sucedía antes de la pandemia, algo que no cayó para nada bien dentro del staff de la torre.
El plan exportador
Tanto en gas, como en petróleo, la apuesta de YPF es convocar a todas las empresas del sector para lanzar de manera conjunta un único proyecto de infraestructura en cada caso. Es la única forma de ser competitivos. Todos estaban presentando proyectos chiquitos y poco eficientes. El GNL sólo es viable si se hace un único proyecto a nivel país con todas las empresas y que sea liderado por YPF, dicen.
Para eso, tienen previsto reunirse durante el mes de marzo con los grandes jugadores del sector y aseguran que hay cuatro que están prácticamente confirmados. Exportar el equivalente a 120 millones de m3/d es el objetivo máximo, lo que implicaría duplicar la producción gasífera actual.
En el caso del petróleo, además de las nuevas ventanas de exportación hacia Chile y hacia Bahía Blanca con la ampliación del sistema de Oldelval que está en plena ejecución, la gran apuesta de infraestructura es el llamado Vaca Muerta Sur.
Acá, las charlas con el sector para asociarse en el proyecto tendrán lugar este mismo febrero y se propondrá un esquema en el que cada petrolera financiará su capacidad de transporte que tendrá asignada con el nuevo oleoducto hacia Punta Colorada, Río Negro, donde se levantaría el mayor puerto de aguas profundas del país.
Es lo más rentable que puede hacer Argentina. Podemos exportar 400.000 barriles diarios y si se instala otra estación de bombeo se puede llegar a 800.000 barriles. Por lo tanto, el país no necesitaría más infraestructura en petróleo, indican.
Con estos parámetros, la meta es que Argentina tenga una balanza comercial energética positiva de 24.000 millones de dólares para el 2030, una cuenta que podría ampliarse sustancialmente con el ingreso del GNL y el offshore.