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Tensión comercial entre EE.UU. y China: Trump redobla la presión y oficializa aranceles del 104%

Nicolás Della Vecchia

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La Casa Blanca activará una suba histórica de aranceles contra productos chinos y desató un nuevo capítulo en la guerra comercial. Mientras Trump ofrece negociaciones a aliados como Japón y Corea del Sur, endurece su postura frente a Beijing y advierte que no habrá excepciones.

8 Abril de 2025 15.41

Washington aplicará aranceles del 104% a productos chinos a partir del miércoles a las 12:01 de la madrugada, tras la orden de Donald Trump de endurecer las condiciones comerciales contra el principal rival económico de Estados Unidos. La medida marca el punto más alto del conflicto bilateral desde antes de la pandemia.

La decisión ya impacta en los mercados. Las acciones estadounidenses retrocedieron luego de conocerse la noticia. Los inversores apostaban por una salida negociada, pero la administración dejó en claro que no habrá diálogo inmediato con Beijing, mientras acelera conversaciones con países aliados como Japón, Corea del Sur e integrantes de la Unión Europea.

El nuevo castigo a las importaciones chinas llega como respuesta directa a los contraaranceles del 34% que impuso China la semana pasada. En su red social Truth, Trump escribió: "Si China no retira su aumento del 34% por encima de sus ya prolongados abusos comerciales para mañana, 8 de abril, Estados Unidos impondrá aranceles ADICIONALES a China del 50%, a partir del 9 de abril".

La amenaza se concretó. La Casa Blanca ratificó que el nuevo esquema impositivo entra en vigor desde la madrugada del miércoles, sin excepciones. Para la administración republicana, China cruzó una línea con sus represalias y ahora enfrentará una presión mucho mayor. En total, los aranceles a productos chinos escalan al 104%.

Desde el otro lado del mundo, la reacción no se hizo esperar. El Ministerio de Comercio de China definió la movida de Trump como "chantaje" y advirtió que "China luchará hasta el final". La tensión vuelve a escalar en un conflicto que se había mantenido relativamente estable en los últimos meses, pero que ahora gana volumen con decisiones unilaterales.

En paralelo, el gobierno chino evalúa medidas económicas internas para compensar el golpe externo. El Banco Popular de China analiza recortes en las tasas de interés y en el coeficiente de reservas obligatorias de los bancos. Así lo planteó el Diario del Pueblo, medio controlado por el Partido Comunista, en un comentario de tapa.

Mientras tanto, grandes fabricantes del sector industrial chino ya activaron planes de contingencia para relocalizar parte de su producción en terceros países. Varias multinacionales del rubro tecnológico y automotriz encendieron alertas sobre su rentabilidad, y algunas ya proyectan fábricas fuera de Asia. En ese contexto, Citi redujo su estimación de crecimiento del PBI chino para 2025 del 4,7% al 4,2%.

Del lado estadounidense, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, defendió la postura de Trump y aseguró que el endurecimiento comercial no se debe al comportamiento de los mercados, sino a la respuesta de aliados estratégicos. "La escalada china fue un gran error", dijo en una entrevista con CNBC. "Somos el país deficitario. ¿Qué perdemos con que los chinos nos suban los aranceles? Les exportamos una quinta parte de lo que ellos nos exportan. Es una mano perdedora para ellos".

Bessent también confirmó que Trump se involucrará de forma directa en las negociaciones bilaterales con los demás países. Ya hay cerca de 70 gobiernos que solicitaron iniciar conversaciones para evitar sanciones generalizadas. Las primeras rondas serán con Japón y Corea del Sur, y también se espera una visita oficial de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en los próximos días.

El asesor económico de Trump, Kevin Hassett, declaró en Fox News que "en este momento, hemos recibido la instrucción de priorizar a nuestros aliados y socios comerciales como Japón, Corea y otros". Con esos países, la Casa Blanca promete negociar "acuerdos a medida".

Sin embargo, los términos de esos acuerdos todavía no están definidos. El jefe del equipo comercial de Trump, Jamieson Greer, declaró ante el Congreso que su oficina trabaja con velocidad, pero sin plazos fijos. "El presidente ha sido claro, una vez más, en que no hará exenciones ni excepciones en el corto plazo", aseguró el funcionario.

La apuesta de Trump busca reducir el déficit comercial y al mismo tiempo fortalecer sectores clave de la industria estadounidense. En esa línea, Bessent mencionó la posibilidad de avanzar con un proyecto energético en Alaska, financiado con aportes de Japón y Corea del Sur. "Podría generar muchos puestos de trabajo estadounidenses y reducir el déficit", afirmó.

La guerra comercial, que se había mantenido contenida desde el inicio del nuevo mandato de Trump, vuelve a recrudecer con señales claras de confrontación. Con aranceles récord, declaraciones cruzadas y advertencias públicas, la relación bilateral entre EE.UU. y China vuelve a tensarse al máximo.

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