Estas iniciativas se parecen más a las políticas de curitas, en lugar del programa monetario y fiscal coherente que tanto se necesita para evitar un ajuste macroeconómico desordenado en el futuro, así calificó el banco norteamericano JP Morgan a las medidas tomadas por el Ministro de Economía, Martín Guzmán, con el objetivo de calmar al mercado cambiario.
Al inicio de esta semana, Guzmán anunciaba una serie de medidas tendientes a agilizar la operatoria con dólares en el mercado de Contado Con Liquidación (CCL), y reducir así la presión sobre la cotización de la divisa que se viene registrando en las últimas semanas.
Los motivos de estas nuevas disposiciones obedecieron a que las regulaciones implementadas el 15 de septiembre tendieron a reducir la liquidez del mercado, ocasionando una volatilidad que resulta dañina para el proceso de formación de expectativas, explicó el ministro a través de un comunicado.
Para revertir esa falta de operaciones, la Comisión Nacional de Valores reducirá a tres días en todos los períodos de permanencia vigentes de valores negociables, en lugar de los cinco días que tenía en la actualidad, lo que permitirá favorecer el proceso de intermediación para incrementar la liquidez de instrumentos locales. En simultáneo, el Banco Central derogará el punto 5) de la Comunicación A7106, para fomentar la operatoria de emisiones locales en mercados regulados argentinos.
Además, el Ministerio de Economía licitará bonos por US$ 750 millones los días 9 y 10 de noviembre, con liquidación el viernes 13 del mismo mes.
En un informe interno lanzado por JP Morgan al que tuvo acceso Clarín, el banco de inversión dijo que el costo que enfrenta el Tesoro es enorme, por ejemplo, actualmente el rendimiento de la ley local denominada en dólares con vencimiento en 2030 supera el 16%.
Además, señalaron que si bien las medidas anunciadas podrían proporcionar un alivio temporal, y evitar una ampliación más acelerada de la brecha cambiaria, no modifican su escenario base y reclaman abordar los desequilibrios macro de una manera más integral.
Sin un programa de estabilización articulado, es probable que las presiones financieras persistan, en nuestra opinión, hasta que se alcance un punto de inflexión. El gobierno enfrenta restricciones, con reservas brutas y líquidas disminuyendo, reservas netas negativas y depósitos bancarios en moneda fuerte en declive, agregaron.
Hemos argumentado que el punto de inflexión de la política debe estar asociado con un programa económico integral. Un programa monetario y fiscal consistente es, por tanto, una condición necesaria para estabilizar los mercados financieros en el corto plazo, al tiempo que anclar las expectativas en el mediano plazo y ofrecer al país la posibilidad de una reactivación económica renovada, concluyeron.