El Gobierno continúa avanzando, con algunas idas y vueltas, en su política de recomposición tarifaria. Luego del aumento de electricidad anunciado este jueves que promedia entre el 65% y 150%, ahora le llegó el turno al universo del gas.

En primer lugar, se comunicó una suba del 204% en el precio máximo de referencia de las garrafas de butano de 10 kilos, que pasarán a costar $4.700 y, con el agregado del IVA más los apartamientos por logística, llegará a $7.800 en puerta de distribuidor o estación de servicio.

Se trata de un insumo energético utilizado mayoritariamente por los segmentos de menores ingresos que no cuentan con red de gas natural y, por lo tanto, más de la mitad de los usuarios contaban con subsidios que cubrían el 80% del costo de las garrafas.

Ahora, ese subsidio quedará en $1.778, con lo cual, solamente cubrirá un 23%. Como agravante, una situación muy común en diversos puntos del país es que existe un eslabón más de comercialización que hace que las garrafas terminen costando entre $10.000 y $14.000, una brecha que también existía durante el Gobierno anterior, pero que ahora se amplifica por la baja cobertura de subsidios.

De todos modos, el llamado Programa Hogar que cubre esos importes mediante transferencias directas a la tarjeta alimentar tendrá una vida corta y dejará de tener vigencia cuando se aplique el nuevo esquema de Canasta Básica Energética (CBE). El próximo 29 de febrero tendrá lugar la audiencia pública para empezar a delinear este sistema, que podría entrar en operación en el mes de abril.

El otro sector que está esperando definiciones por la CBE es el del gas por redes. En un principio, los aumentos habían sido anunciados para febrero, pero el Ministerio de Economía decidió cancelarlos para darle prioridad a la electricidad debido a la época del año que demanda mayores subsidios en este rubro por la necesidad de refrigeración.

No obstante, el Enargas acaba de publicar en el Boletín Oficial una resolución que indica que las subas del gas se publicarán en los próximos 30 días conforme a lo debatido en la audiencia pública de principios de enero.

La misma había acordado un ajuste de tres meses consecutivos para llevar el precio del gas en boca de pozo de 0,7 a 4,1 dólares el millón de BTU. Es decir, un alza del 470% en promedio, pero que varía según la categoría de ingresos ya que los N1 pagan más de un dólar y los N2 unos diez centavos. 

A eso debe sumarse la actualización del Valor Agregado de Distribución (VAD). En la audiencia, las transportistas y distribuidoras pidieron incrementos de entre 400% y 700%, que serían en gran parte reconocidos. De concretarse los deseos de las compañías, la tarifa promedio de un usuario N1 de la categoría R23 que tiene un consumo de 79 m3 al mes se iría de unos $5.700 pesos a unos $30.000 pesos, un 426%.

En este caso, la prioridad oficial es que la recomposición tenga plena vigencia para el mes de mayo cuando empiecen las bajas temperaturas y así evitar una disparada del gasto público.