Si hay un sector que siempre tracciona la actividad económica en el país es el sector agroindustrial, y allí los fierros juegan un papel central para ganar en productividad y eficiencia. En los últimos años se dio una revolución en el campo, de la mano de la tecnología y la agricultura de precisión.
Desde la planta de Granadero Baigorria, muy cerca de Rosario, y en diálogo exclusivo con Forbes Argentina, el presidente de John Deere en el país, Sergio Fernández, precisó por qué Argentina hoy está a la vanguardia del rubro en la región y cómo la tecnología sirve para producir más y mejor, incluso con un criterio sustentable y ahorro de costos de producción.
¿Cómo les fue en la reciente Expoagro?
Salimos muy contentos, empezando por un stand de casi 10.000 metros cuadrados, que causó impacto. Desde hace años el leitmotiv de nuestra presencia es la tecnología, la conectividad y la transformación digital y este año vimos ese impacto.
En Expoagro presentamos el tractor 7M. Es un tractor desarrollado junto con ingeniería de Brasil y por supuesto nuestra ingeniería, con otro styling, otra imagen visual, con grupos de luces LED, pero customizado para la siembra, con una cabina y mandos intuitivos, que permiten mejorar toda la operación en el campo. También presentamos la conectividad en tractores más chicos y mejoras en una pulverizadora PLA.
¿Qué tiene la unidad que facilita la conectividad?
La conectividad es la que te da la telemática de la geolocalización satelital del tractor, que permite recabar todos los datos que te dan los equipos en el campo. Pero la sembradora, la pulverizadora, la cosechadora, decimos que cosechan datos de la siembra en el momento en que están operando. Todos esos datos, a partir de la conectividad, que es un sistema John Deere, va a una aplicación (Operation Center).
La agricultura de precisión permite gestionar por datos a nivel surco o a nivel planta todo lo que es el Data Management de John Deere y sus sistemas y aplicaciones. Estamos viendo ahora profundizar todo eso con Satlink para seguir avanzando. Tal vez no tanto como quisiéramos, pero realmente Argentina se caracteriza por abrazar la tecnología más rápido que otros países.
¿En maquinaria agrícola todo lleva a la agricultura de precisión?
John Deere busca que a nivel global haya una agricultura rentable y sustentable. Vemos que para 2050 se va a necesitar un 40% más de alimentos y no hay tierra ni agua suficiente para eso, o sea hay que hacer más con menos, hay que ser más eficientes y sustentables. La agricultura de precisión gestionada por datos permite usar las prescripciones de los años anteriores en cada lote, cómo fueron los rendimientos y con la tecnología de las máquinas de corte por sección, siembra variable, etcétera, se ahorra hasta 30% de semilla.
Si vamos a una pulverizadora hoy la Inteligencia Artificial permite identificar la maleza de la planta, entonces uno aplica solo el producto donde está la maleza, eso ahorra hasta 70% de producto, lo que tiene que ver no solo con la eficiencia y los costos, sino la sustentabilidad.
En fertilización, la tecnología Exact Shot aplica el fertilizante sólo donde está la semilla y no un chorro continuo como estamos acostumbrados, también con ahorros impresionantes. Y una cosechadora hoy permite disminuir entre 15 y 20% las pérdidas de la cosecha frente a máquinas de 10 o 15 años atrás. Con Inteligencia Artificial la máquina se autoconfigura en función de la calidad del grano que va entrando a la tolva, la suciedad del grano, etc.
¿Cuántas plantas tiene hoy John Deere en Argentina?
En el país son tres plantas, la de Granadero Baigorria, que empezó a producir en el 1958 y a partir de 2018 compramos Pla y King Agro. Pla fabrica pulverizadoras y sembradoras, y King Agro botalones de fibra de carbono para las pulverizadoras, principalmente para exportación, y con eso ya tenemos los cuatro productos principales: tractor, cosechadora, pulverizadora y sembradora.
La planta de Granadero Baigorria fábrica tractores y cosechadoras para el mercado local y fundamentalmente fabrica motores. Esto es importante porque hace todos los motores diesel que utilizan las plantas de John Deere en Sudamérica. El 90% de los motores que fabricamos en Granadero Baigorria se exportan a Brasil.
En este escenario ¿cómo viene el plan de inversión de John Deere para 2024?
Estamos hace 65 años en el país, el compromiso y las inversiones siempre han estado, fluctuantes según las condiciones macroeconómicas de Argentina. Llevamos invertidos 265 millones de dólares en los últimos 10 años y el objetivo para 2024 es seguir manteniéndolo.
La inversión de los últimos meses fue llevar la fábrica de Pla a un nivel de sistema de manufactura y calidad John Deere. Se ha hecho prácticamente una fábrica nueva, con una inversión de 15 millones de dólares. Ésta fue la última inversión que anunciamos en Expoagro y habrá un evento a fin de abril de inauguración de la planta.
¿Además de motores también exportan sembradoras o cosechadoras? ¿Qué expectativas tienen en materia de exportaciones este año?
En materia de exportación de tractores y cosechadoras no, es muy difícil. Las exportaciones se hacen directamente desde Brasil a los países de Latinoamérica, por una cuestión de escala, de logística, todo está preparado para mandar los tractores y cosechadoras desde Brasil.
Nuestra planta en Rosario es una fábrica CKD (Component Knock Down), o sea básicamente traemos algunos conjuntos ya pre-armados de las fábricas de Brasil. El que sí ha tenido una experiencia de exportación importante durante varios años cuando no era una empresa nuestra, ha sido Pla, con sembradoras y pulverizadoras. Ese negocio vamos a tratar de retomarlo cuando las condiciones de exportación sean más favorables.
¿Qué hace falta para exportar más, un tipo de cambio más competitivo? El último año fue complicado importar insumos.
Afortunadamente, el flujo de importación de insumos diría que está normalizado en un 90%. La verdad que en los últimos meses la importación de insumos ha funcionado bien.
¿El giro fue con el cambio de gobierno?
Ya al final del otro gobierno se había normalizado bastante el flujo de insumos. El problema con el gobierno anterior es que se podía importar, pero no se podía pagar. Ahora se complementó con herramientas como el Bopreal que, si bien no son perfectas, han sido suficientemente aceptables para dar un principio de solución. Con eso por lo menos ya uno puede seguir importando y, al mismo tiempo, puede pagar, porque los proveedores se cansan de no cobrar.
¿Es el costo no visible de la situación que vivimos hasta el año pasado?
Claro, no es tanto un tema de números, si bien los costos también hay que revisarlos. Toda la macro complicó el negocio en la Argentina, en lo que es comercio exterior. Hoy en día el flujo de manufacturas está funcionando, los costos se están sincerando y ahí podremos retomar el tema exportaciones.
¿El tipo de cambio actual a menos de $1.000 pesos el oficial, es competitivo o hace falta uno más alto?
Creo que es competitivo, en un principio el tipo de cambio de $800 era incluso tipo de cambio alto. Ahora se perdió un poco, pero a veces ¿cómo hace Alemania para exportar? ¿Cómo hacen Japón o Bélgica para exportar? Pasa por otro lado, no es solo una conversión cambiaria lo que a uno le permite exportar.
Acá incluso con tipos de cambio altos hemos sido poco competitivos para exportar, por costos internos, temas impositivos o un conjunto de tipo de cambio más otras cosas.
¿Los incentivos serían bajar impuestos y cerrar acuerdos comerciales?
Sí, y cumplir estándares internacionales de comercio exterior. Hay un montón de cosas. Un país preparado para la exportación es mucho más que un tipo de cambio. El tipo de cambio es imprescindible, pero no es lo único.
¿Qué expectativas tienen para 2024 en materia de ventas?
Si de acá a uno o dos meses la situación macro se clarifica éste puede ser un año medianamente normal, apoyado en una cosecha que pinta muy buena, aunque no brillante como esperábamos hace 3 o 4 meses. Sí va a costar recuperar el impacto de caída del mercado de cosechadoras, que son equipos de alto costo y que necesitan financiación, porque la época de venta de cosechadoras es ésta y se ha perdido el momento. Vemos, eventualmente, un año similar al anterior, con alguna baja de hasta el 10% en la industria cosechadora respecto a 2023 pero similar en tractores, probablemente.
¿Volvemos a prenderle la vela al segundo semestre?
Sí, la verdad que mientras llueva y haya más o menos buenos precios, el campo siempre avanza, tiene un negocio que está en dólares por la exportación. El mayor problema ahora es quizás los precios de los commodities, que están bajos, entonces los márgenes son menores. Pero si la cosecha es buena en volumen, el margen es más o menos aceptable y hay previsibilidad en temas impositivos y retenciones, el productor invierte.