Por primera vez en el año, la suba mensual de combustibles llegó antes de la fecha habitual y pasó desapercibida en medio del acto por la inauguración del gasoducto. A diferencia del esquema tradicional, el aumento de julio no fue anunciado por comunicados oficiales de ninguna petrolera y se adelantó una semana respecto de lo que venía sucediendo.
Por segundo mes consecutivo, la pauta fue superior al 4% trazado en un Programa Precios Justos que ya no tiene vigencia para el sector de combustibles debido al descontrol inflacionario que duplicaba la evolución acordada mensualmente.
El mes pasado, el Gobierno aceptó otorgar un 4,5% que en los hechos terminó superando el 6% en varios productos y ciudades del país. En este caso, las empresas respetaron este 4,5% en todos los segmentos del surtidor y en todas las provincias.
Me sorprendió porque YPF siempre aprovecha a darle un poco más en los combustibles premium y en el interior del país donde hay menos exposición mediática. Acá la suba fue del 4,5% en todos los casos, lo que me dio la sensación de que no tuvieron tiempo para prepararlo, indicó a Forbes un importante ejecutivo de una refinadora.
De hecho, en este contexto de elecciones, se esperaba que con suerte lo tengamos para mediados de mes el aumento. La realidad es que necesitamos subas mayores, más que nada por una devaluación que viaja al 7% u 8% y nos está pegando fuerte al tener todos nuestros costos dolarizados, agregó la fuente.
Como moneda de cambio para amortiguar el incremento, el Gobierno prorrogó por dos meses un beneficio impositivo para que las petroleras importen naftas y gasoil. El Régimen de Incentivos al Abastecimiento Interno de Combustibles (Riaic), que consiste en beneficios tributarios que podrán solicitar las refinadoras, equivalentes a lo que deban pagar en concepto de impuestos sobre los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono, empezó en junio del 2022 para solucionar los problemas de abastecimiento de gasoil.
El inconveniente era que las petroleras tenían que importar a un precio mayor al que podían vender en el mercado local, lo que desalentaba esta operatoria y terminaba desabasteciendo el mercado.
La nueva resolución prorroga la vigencia del régimen para todas las operaciones de importación de gasoil y naftas de grado 2 y 3 y para aquellas correspondientes a transferencias de crudo a Pequeñas Refinerías de Regiones Afectadas (Prera) realizadas entre el 1° de marzo y el 30 de abril.
Asimismo, establece como límites para el otorgamiento del beneficio hasta el 20% en volumen de importaciones totales para el gasoil de grado 2 y 3 y del 17% paras las naftas de la misma graduación que hayan sido importadas durante 2022.
La prórroga se fundamentó en que las condiciones de dieron origen a la creación de Riaic y su restablecimiento para el primer bimestre de este año "se observaron también durante el segundo bimestre" y por ende "resulta oportuno, meritorio y conveniente prolongar el régimen estatuido".