La tasa de desempleo alcanzó en el segundo trimestre del año al 6,2% de la Población Económicamente Activa (PEA), el nivel más bajo desde 2016. Pero detrás de ese dato se encuentra la necesidad que tienen los hogares por sumar mayor ingresos frente al deterioro que produjo la inflación en los últimos años.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó este miércoles que el desempleo se redujo durante el segundo semestre 0,7 puntos respecto al mismo período del año pasado. Eso significó que casi 140.000 personas consiguieran un empleo frente a una masa de 1,4 millones de desocupados.
En la reducción de la desocupación operó una baja del 0,3 puntos en la tasa de actividad (47,6%), ya que hay un menor porcentaje de la población participando en el mercado laboral. La consultora LCG señaló que ese nivel se mantiene por encima del promedio histórico del 46%. Por otro lado, destacaron que en el último año se crearon 401.000 puestos de trabajo formales mientras que los independientes cayeron en 205.000 y hubo una retracción de 10.000 asalariados informales.
Desde Ecolatina señalaron que se observó un avance de 0,9% en el empleo, lo que implicó una desaceleración importante respecto a la dinámica previa. Los asalariados formales (3,4% ) fueron los que impulsaron esta variable, al tiempo que por primera vez desde la pandemia se observó un retroceso -aunque leve, de 0,7% i.a.- en los informales. Finalmente, los cuentapropistas mostraron una caída un poco mayor (-1,7% ), detallaron.
En suma, el inicio de la recesión en el segundo trimestre del año trajo dos novedades: se frenó el aumento de la participación de la población en el mercado de trabajo y se interrumpió el crecimiento del empleo informal, indicó la consultora.
Para el economista de Libertad y Progreso, Eugenio Marí, la caída de la tasa de desempleo en medio de la recesión está directamente vinculada a la caída del salario. En definitiva, lo que no se ajusta por cantidad se ajusta por precio.
Se están dando dos fenómenos en simultáneo. Por un lado está cayendo el poder adquisitivo de los salarios, que no están acompañando a la inflación; lo que no crece el desempleo es lo que cae el salario real", afirmó Marí en diálogo con la agencia NA.
El economista resaltó que hay un crecimiento del trabajo informal o en gris, que son los rubros que más absorben a los trabajadores que se incorporan al mundo laboral. En la mayoría de los casos, despedir a un trabajador es una acción costosa para las empresas, no solo por las indemnizaciones y demás cuestiones normativas, sino porque se pierde una capacidad productiva. Por eso es que la reducción de la planta se suele posponer. Sin embargo, a medida que la recesión se profundice, también empezaremos a ver el impacto en términos de la tasa de desempleo, sostuvo Marí.