Reservas y dólar: el pronóstico del Citi para Argentina post acuerdo con el FMI
El Citibank anticipa un dólar débil en los próximos dos años y advierte que el peso argentino ya está sobreapreciado. El banco considera que, sin al menos US$ 5.000 millones de reservas netas, no habrá condiciones para avanzar hacia un régimen cambiario más flexible.

Una eventual recuperación del nivel de reservas internacionales y un nuevo respaldo financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI) podrían allanar el terreno para una transición hacia un régimen cambiario más flexible. Ese fue uno de los principales mensajes que dejaron Ernesto Revilla, economista jefe para América Latina de Citibank, y Ricardo Dessy, director para el clúster sur de la región, durante una charla organizada por el banco con periodistas y clientes institucionales. Ambos analizaron la coyuntura regional y trazaron el escenario que imaginan para la economía argentina en los próximos meses.

E el diagnóstico del Citi, el peso argentino ya está sobreapreciado. Revilla sostuvo que una apreciación adicional —en línea con una posible caída global del dólar— podría complicar la gestión económica. Según explicó, eso reduciría aún más la competitividad de las exportaciones, algo que el país no puede permitirse en este momento.

El dólar y las reservas, bajo la lupa del Citi

La cotización del dólar en el país sigue en el centro de todas las discusiones. Pero, a diferencia de otras épocas, los analistas ya no miran únicamente el precio. Dessy planteó un cambio de enfoque: "La discusión está en cambiar un poco el foco de la lupa y enfocar más en lo que es cantidad de reservas que el nivel de precios del tipo de cambio". En otras palabras, lo que importa es si el Banco Central tiene la espalda suficiente para sostener una transición sin sobresaltos.

En esa línea, Revilla remarcó que para implementar un sistema más libre, con menos restricciones, Argentina necesita al menos US$ 5.000 millones de reservas netas positivas. Aunque aclaró que el mercado mirará más el flujo futuro que el stock acumulado. "Más que el nivel puntual inicial, al mercado no le importa tanto el stock de reservas por sí, sino el flujo futuro que le va a dar credibilidad a que se va a mantener la estabilidad monetaria y cambiaria en Argentina", sostuvo.

La cotización del dólar en el país sigue en el centro de todas las discusiones. 

 

Hoy el país mantiene controles que condicionan la operatoria cambiaria. Dessy dejó en claro que una libre flotación no aparece en el horizonte inmediato. "Pensamos que no vamos a ir a una libre flotación, que el cepo probablemente continúe y que vaya a haber una unificación que pueda llevar algo más de tiempo", expresó. De todos modos, el consenso en la charla fue que el actual esquema deberá modificarse más adelante.

El Citi proyecta un dólar débil a nivel global en 2025 y 2026, lo que quitaría presión sobre el peso, al menos en el corto plazo. Según Revilla, ese contexto puede jugar a favor del Gobierno si se consolida la estabilización macro. En su análisis, no deberían esperarse "demasiados vientos en contra" si se sostiene la actual disciplina fiscal y monetaria.

Relación con el FMI y señales desde EE.UU.

Uno de los puntos que más atención generó fue el vínculo entre el Gobierno argentino y el FMI. Ambos economistas coincidieron en que el reciente acercamiento entre la administración de Javier Milei y Donald Trump en Estados Unidos mejora las chances de que el organismo apruebe sin trabas el programa que se encuentra en análisis. Revilla fue contundente: "Da confianza de que los acuerdos seguirán viniendo".

En esa sintonía, también consideró como un dato positivo la anunciada visita del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Vincent, a Buenos Aires. "Si el secretario del Tesoro le dedica atención, ya no digamos a América Latina como un todo, sino a Argentina en particular, me parece estrictamente positivo", afirmó.

La política doméstica también ocupó un lugar destacado. Dessy remarcó que la promesa de Milei de derrotar la inflación sigue vigente. "Yo vivo acá y lo veo. Milei le dijo a la gente: 'Yo voy a matar la inflación'. Eso fue un poco la promesa. Promesa que honró", sostuvo. Para el Citi, ese capital político tiene valor mientras no aparezca una dinámica disruptiva del tipo de cambio que pueda desatar nuevas tensiones inflacionarias.

¿Qué falta para avanzar hacia la normalización cambiaria?

Uno de los aspectos que el banco destacó fue el descenso en la emisión monetaria. "El gobierno actual ha reducido significativamente la emisión espuria", dijo Dessy, y agregó que esa decisión, junto con el superávit fiscal, baja el riesgo de que una corrección cambiaria se traslade directamente a precios. "Ese famoso pass-through que tanto le tememos los argentinos quizás no sea tanto", concluyó.

Ambos economistas coincidieron en que el reciente acercamiento entre la administración de Javier Milei y Donald Trump en Estados Unidos.

 

Otro dato que surgió del encuentro fue el impacto de las nuevas tarifas recíprocas adoptadas por Estados Unidos. Revilla explicó que América Latina salió relativamente beneficiada con una tarifa del 10%, muy por debajo de las impuestas a otros bloques económicos. Aun así, advirtió que si el dólar pierde valor frente a monedas emergentes, el tipo de cambio real en Argentina podría volverse aún más caro.

Sobre el programa con el FMI, Dessy aclaró que todavía no existen precisiones oficiales sobre los montos ni los desembolsos. "La realidad es que no tenemos esas precisiones. No las tiene nadie aún porque todavía lo tiene que aprobar el board en Washington", dijo. Aunque reconoció que el organismo va a exigir más en términos de acumulación de reservas.

Revilla agregó que "nos estamos acercando a la segunda o, ojalá, última etapa de la estabilización macroeconómica de Argentina". En el Citi creen que, si el escenario político acompaña, esa etapa podría venir con un programa económico más normalizado, menos condicionado por controles y con un esquema de tipo de cambio más funcional para atraer inversiones y sostener el crecimiento.

Dessy cerró con una advertencia que atraviesa todo el análisis: la economía argentina es chica. Representa menos del 1% del PBI global. Pero puede ganar terreno si aprovecha su condición de productor de alimentos y energía. Para eso necesita infraestructura, escala y previsibilidad. "Su atractivo está en nuestros recursos naturales, en su capital humano, pero la competitividad requiere infraestructura y, sobre todas las cosas, economías de escala", remarcó.