Al igual que en el caso de los subsidios al transporte público, el Gobierno salió a apelar al factor miedo respecto al futuro de los precios de los combustibles frente a un eventual triunfo de Javier Milei en las elecciones de este domingo.
La secretaria de Energía, Flavia Royón, afirmó que el valor de la nafta podría duplicarse si se impone el candidato libertario por un triple efecto entre devaluación, unificación al precio internacional del barril y actualización de impuestos.
Por el contrario, subrayó que mientras Sergio Massa esté al frente, él va a continuar su política que es la de un sendero de precios de acuerdo a la inflación y a la realidad del poder salarial de los argentinos.
A pesar de las declaraciones de Royón, todos los actores del sector descuentan una fuerte suba de precios gane quien gane este domingo, ya que la situación se encuentra en un punto crítico que puede afectar el abastecimiento en todo el país.
De hecho, en muchos puntos del interior ya se han registrado serios faltantes y se tuvo que recurrir a subas en el surtidor para normalizar la situación. La realidad es que el congelamiento de precios decretado después de las PASO de agosto no se está cumpliendo más allá del AMBA y alguna otra localidad aislada.
Un reflejo de la crisis que atraviesa el sector es que la refinación de combustibles registró una sorprendente caída del 8,4% en agosto porque no es negocio comercializar a este precio. Sin embargo, como la demanda de naftas creció, esa brecha fue cubierta por importaciones a pérdida por parte de YPF, que debe comprar el combustible a valor internacional y venderlo en el mercado doméstico en línea con el barril criollo.
Todos los analistas advierten que la situación requiere fuertes ajustes, ya que el atraso es histórico. En líneas generales, el precio de la nafta en la Argentina se sitúa entre un dólar y un dólar con veinte centavos. Ahora, se encuentra a 65 centavos de dólar según el tipo de cambio oficial y a 25 centavos de dólar si se toma la cotización del blue. En ese sentido, si se diera una unificación cambiaria, las estimaciones de Royón quedarían cortas y el precio de los combustibles podría llegar hasta multiplicarse por cuatro.
Hay problemas de abastecimiento por el congelamiento, como anticipamos que ocurriría. A medida que va llegando fin de mes, como todas las estaciones tienen cupos, se van quedando sin productos", dijo Gabriel Bornoroni, presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República (FECAC).
En los papeles, el congelamiento anunciado en agosto tiene vigencia hasta el 31 de octubre, pero en esta situación y con un posible ballotage el 19 de noviembre, nadie sabe qué sucederá. Si primarán las intenciones políticas del oficialismo o las necesidades de la industria.