Puede que el caso de Leonardo Cositorto y Generación Zoe hayan alertado a más de un inversor. Nadie está exento de una estafa. Y son muchos los factores que pueden facilitar que una persona caiga en la trampa. Porque, como bien dice el dicho, "la traición viene de quienes menos lo esperás".
¿Qué es lo primero más importante entonces? Saber que "la confianza" en una persona no debe ser el valor sobre el cual sustentar una inversión. Posiblemente, si estás dispuesta a darle dinero a una persona o entidad es porque confiás en ellos. Siempre que hubo una estafa hubo alguien que depositó su confianza. Por eso, ésta no debe ser un parámetro a la hora de ver qué hacer con tu dinero.
Para eso, la consultora Trust Corporate, experta en temas financieros, contables y legales, identificó los riesgos que hay detrás de las propuestas de negocio que ofrecen grandes beneficios económicos, en poco tiempo de ejecución y sin requerir un mayor esfuerzo de trabajo.
Para Jamez Hernández, presidente y cofundador de Trust Corporate, “basta con navegar en internet y visitar algunas redes sociales para encontrar cientos de mensajes 'mágicos' que ofrecen hacer dinero a cambio de pagar una módica suma o realizar una recomendación a unos referidos para que se suscriban a un sistema de emprendimiento".
Sin embargo -aclara- "este tipo de estafas no son nuevas, existen desde siempre" y, de acuerdo con la época, "cambian el tipo de discurso y método para atraer la atención". De una manera u otra, en el fondo la intención es la misma: aprovecharse del desconocimiento y la necesidad de las personas”.
Según reportó Statista, analista de mercado global, el año pasado más del 66,6% de la población mundial tenía acceso a un teléfono inteligente y alrededor de 5.000 millones de usuarios están conectados a internet. Los perfiles registrados de Facebook superan los 2.900 millones y en Instagram la cifra asciende a más de 1.000 millones. Twitter cuenta con 330 millones de usuarios y se publican 500 millones de tweets cada día.
Paralelamente, en tan sólo un minuto se envían más de 69 millones de mensajes de texto a través de plataformas como WhatsApp, se comparten 64 millones de fotografías a través de Instagram y se envían 197.6 millones de emails.
¿Qué significa esto? Que es muy fácil encuentra ahí afuera promesas de "negocios mágicos" vacías de contenido. Para Trust Corporate, estas tres tipos de propuestas deberían servir como una alerta para actuar con precaución y no caer ante una presunta estafa:
Modelo piramidal
Conocido también con "Esquema Ponzi", es un tipo de estafa mediante la cual se ofrece a los interesados recibir una rentabilidad muy alta por la inversión que realizan, y que supone ser cubierta con la llegada de nuevos beneficiarios que aportan su capital. El crecimiento de este sistema hace que paulatinamente se vuelva imposible cubrir el aporte de uso y el alto beneficio de unos y otros hasta que, finalmente, se desploma.
“En los últimos años el caso más emblemático en este modelo fue el de Bernard Madoff, inversionista bursátil y banquero estadounidense detenido en 2008 por el FBI acusado de un fraude superior a los US$ 64.800 millones. Su estafa consistió en tomar capitales a cambio de grandes ganancias que al principio fueron efectivas, pero que años más tarde se evidenció que consistían en un sistema piramidal convertido hoy en uno de los mayores desfalcos de la historia”, explica Jamez Hernández.
Pagos anticipados
Otro sistema que aún causa víctimas es aquel que utiliza el envío de mensajes y correos electrónicos que, bajo una supuesta oportunidad de cobrar una importante suma de dinero o de acceder a un préstamo en condiciones muy favorables, solicitan un serie de datos y documentos. Cuando el proceso avanza y la persona está muy cerca de recibir el respectivo monto ofrecido, se pide cancelar por anticipado unos gastos y comisiones requeridas para proceder al desembolso de los fondos. Ahí es cuando se produce la estafa, porque jamás se recibe la cifra prometida y el delincuente desaparece con este depósito.
"Ser millonario, sin trabajar"
Su estrategia en este caso es hacer sentir a las personas que sólo hace falta adquirir o usar una determinada herramienta para aprovechar una 'oportunidad de oro' y así dejar de ser empleado, tener que trabajar todos los días y sufrir problemas financieros.
“Frases como: 'si quierés triunfar, debés cambiar la forma de pensar' o 'si no sonás en grande, no vas a conseguir lo necesario para crecer', se aprovechan de las personas y las motivan a caer en ofertas o servicios que luego no se materializan y que lo que buscan es quedarse con el dinero de los interesados”, comenta el CEO de Trust Corporate.
Según concluye Jamez Hernández, "in importar si se trata de una reunión presencial, de un mensaje en las redes sociales, mediante una llamada telefónica o por medio de un email, el principio máximo para aplicar ante cualquier oportunidad de negocio o inversión es lo siguiente: siempre que un negocio parezca demasiado bueno para ser verdad, es porque realmente no es lo que es, y porque detrás hay un peligro inminente de sufrir una estafa”.