Qué hacer con las inversiones ante una posible "Tercera Guerra Mundial"
Muchos inversores son optimistas y consideran que, tarde o temprano, la situación terminará resolviéndose y todo volverá a la normalidad. Por lo tanto, será mejor enfocarse en cuidar las carteras de inversión.

Desde que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania escaló en 2022 con la invasión, el miedo sobre una posible "Tercera Guerra Mundial" comenzó a circular en la sociedad. Y con la actual guerra en Medio Oriente protagonizada por Israel, Irán y el grupo terrorista Hamás, el temor se incrementó aún más. Además, aunque de momento se mantiene al margen, China aparentemente buscará "quedarse" con Taiwán para consolidar su imperio en los próximos años.

Si bien indirectamente hay decenas de países involucrados en todos estos enfrentamientos, las grandes potencias no están chocando entre sí de forma directa, principalmente por el armamento nuclear que hoy en día tiene la capacidad de, literalmente, acabar con el mundo y las próximas generaciones de seres vivos.

Aún así, los expertos en geopolítica no descartan que la inestabilidad global se masifique aún más y se asemeje a lo ocurrido por última vez en la década de 1940 con la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, ante este desafortunado y peligroso escenario, muchos inversores son optimistas y consideran que, tarde o temprano, la situación terminará resolviéndose y todo volverá a la normalidad. Por lo tanto, será mejor enfocarse en cuidar las carteras de inversión. Ahora bien, ¿cómo hacerlo?

 

De acuerdo al asesor financiero Fernando Villar, en caso de una guerra, lo primero que debe hacer un inversor es analizar específicamente qué tipo de conflicto se está llevando a cabo, qué tan grande es y qué zonas en particular están siendo afectadas.

Por ejemplo, no es lo mismo una guerra en Medio Oriente como la actual, en donde habría un claro impacto en el suministro de petróleo a nivel mundial, que una guerra en potencias líderes en tecnología o una en los principales productores de alimentos del mundo.

Pero el análisis debería ser riguroso para no generar conclusiones erróneas que obliguen a vender desesperadamente sin fundamentos sólidos, en especial porque ante eventos tan impactantes el mercado "sobrerreacciona".

"Una persona que necesite hacer ese movimiento tiene que considerar a qué valor está vendiendo el activo que tiene y si es realmente impactado o si solamente es venta por la noticia y unos días más tarde seguramente recupere", comentó Villar. "No considero que haya que salir a vender de manera inmediata porque uno puede sufrir una pérdida importante", añadió.

 

Por su parte, el consultor financiero Federico Domínguez fue más allá y concluyó que, en caso de existir una posible y temida Tercera Guerra Mundial, habría una mayor inflación global con grandes déficits fiscales, una severa interrupción en las cadenas de suministro y un impacto significativo en la economía de todo el planeta.

En consecuencia, en un primer momento, seguramente haya una fuerte caída en los precios de las acciones, pero luego deberían recuperarse, especialmente en Estados Unidos, que cuenta con los mercados financieros más grandes y relevantes del mundo.  

Además, según el experto, el oro, las materias primas y el bitcoin "deberían tener un buen rendimiento", al igual que las acciones de países alejados de los focos de conflicto, pero una vez que se haya superado el shock inicial. Un posible ejemplo sería Argentina.

"En ese contexto, Argentina podría convertirse en un refugio de valor, ya que posee todo lo que un mundo en guerra necesita: alimentos, petróleo, gas y minerales estratégicos. Veo el mercado argentino como un hedge geopolítico", indicó Domínguez.