El Banco Central de la República Argentina (BCRA) bajó la tasa de interés mínima de los plazos fijos al 110% nominal anual, dejando una tasa efectiva anual del 186%. Aunque se trata de un número importante, se estima que la inflación superará cómodamente el 200% durante el próximo año, lo que hace que el retorno real de este vehículo de inversión sea negativo.
Además, las tasas de las cauciones bursátiles cayeron hasta ubicarse por debajo del 90% anual, al igual que muchos fondos mutuos del mercado monetario, que brindan un rendimiento similar.
En este contexto, cada vez más ahorristas e inversores están prestándole atención al plazo fijo UVA, que cuenta, como toda alternativa, con sus pros y contras.
Qué es el plazo fijo UVA
El plazo fijo UVA (unidad de valor adquisitivo) es un vehículo financiero que protege al colocador de dinero de la inflación local.
Concretamente, la herramienta se actualiza constantemente en base al coeficiente de estabilización de referencia (CER) que, a su vez, se mide por el índice de precios al consumidor (IPC).
Cuánto rinde el plazo fijo UVA
A diferencia del plazo fijo tradicional, no se puede saber con exactitud cuánto rendirá un plazo fijo UVA porque dependerá de cómo evolucione la inflación. Lo que sí se sabe es que el retorno tendrá una prima extra del 1% sobre la evolución de los precios de la economía.
Ventajas del plazo fijo UVA
Los plazos fijos UVA cuentan con dos grandes ventajas: retorno y accesibilidad.
Cualquier ahorrista puede acceder a esta alternativa de inversión desde su cuenta bancaria. Simplemente deberá localizar en la aplicación de la entidad financiera la opción y establecer cuánto dinero desea colocar.
Además, ofrecen una clara protección contra la inflación medida, no como sucede con otros métodos de tasa fija.
Desventajas del plazo fijo UVA
Ahora bien, los depósitos a plazo fijo UVA tienen muy baja liquidez, ya que la colocación mínima es de 90 días.
Si bien el usuario puede optar por un plazo fijo UVA precancelable, podrá contar con su dinero en un lapso de, al menos, 30 días.
En este tiempo, el dólar puede dispararse o puede surgir un gran gasto imprevisto que requiera del capital invertido, lo que puede resultar en un inconveniente para el inversor.
¿Buena inversión?
Como siempre, todo dependerá del perfil de inversor del individuo, de sus necesidades y de sus objetivos. Para hacerle frente a la inflación sin “quemarse la cabeza”, puede ser una excelente alternativa, pero siempre se recomienda consultar a un asesor financiero certificado que pueda analizar cada caso concreto.
