En los últimos tiempos, las visiones de numerosos analistas y referentes de Wall Street sobre el futuro de la economía estadounidense se tornaron bajistas por la alta inflación, la suba de tasas de interés, la inestabilidad geopolítica y todo el desequilibrio general.
Como resultado, comenzaron a aconsejar que la mejor opción es desprenderse, parcial o totalmente, de las acciones, ya que estos activos serían los principales afectados en el devastador futuro.
Sin embargo, al legendario y querido inversor Warren Buffett parece no importarle lo que pase con la economía y el mundo; él siempre seguirá comprando acciones y confiando en las empresas.
En el libro Warren y Charlie: lecciones sobre la inversión, los negocios y la vida, que recopila cientos de mensajes expuestos en las reuniones de accionistas de Berkshire Hathaway, el magnate dejó en claro su postura.
“Siempre hay una lista de razones por las que la economía puede tener problemas. Al mismo tiempo, hay una lista de oportunidades que no se mencionan tan a menudo", expresó Buffett. "Soy muy optimista respecto a la economía del país a largo plazo. Nuestros hijos vivirán mejor que nosotros y nuestros nietos, mejor que nuestros hijos”, agregó.
Posteriormente, detalló que la economía lo hará bien “porque los negocios a largo plazo lo harán bien y las acciones les seguirán, ya que su destino está atado a la evolución del negocio”. “Habrá sustos por el camino, pero las probabilidades están muy a nuestro favor”, sostuvo.
Para fundamentar su postura, ejemplificó con el caso del índice accionario Dow Jones, el cual pasó de 66 a 11.497 puntos en el siglo XX, época en la que hubo “dos guerras mundiales, bombas nucleares, epidemias, la Gran Depresión, etc”. “Ninguno de estos eventos que ocuparon portadas de periódico afectó lo más mínimo a los principios de inversión de Ben Graham”, relató Buffett haciendo referencia a su profesor y mentor, de quien aprendió la filosofía de value investing.
“Imagina el costo que habríamos sufrido si el miedo nos hubiese hecho dejar de comprar negocios extraordinarios. De hecho, nuestras mejores compras han sido en momentos de pánico extremo”, concluyó el Oráculo de Omaha.