A pesar de que las últimas jornadas fueron negativas para el oro, el metal continúa atravesando una sólida tendencia alcista de mediano y largo plazo que podría llevarlo a alcanzar niveles históricos en 2024, impulsados por la disminución de las tasas de interés y los crecientes temores de una recesión inminente, lo que refuerza su estatus como un activo seguro.
En agosto de 2020, los precios al contado del oro alcanzaron un máximo intradiario récord de US$ 2.072,5 por onza, según Refinitiv. Expertos en el campo sugieren que estos niveles podrían superarse en el futuro cercano.
Bart Melek, director gerente y jefe global de estrategia de materias primas en TD Securities, expresó su optimismo con respecto a la materia prima: “Veo que el oro se mueve por encima de los US$ 2.100 a finales de 2023, principios de 2024 como nivel de negociación”. El especialista atribuye su confianza a la posible pausa en el ciclo de ajuste de la Reserva Federal de EE. UU.
Los inversores y analistas consideran que el oro se convirtió en una inversión atractiva en el contexto actual, donde las tasas de interés aumentaron y la economía a nivel global comenzó a mostrarse menos fuerte de lo esperado. El metal demostró su capacidad de resistir los efectos del ajuste monetario y su valor como protección contra la inflación.
Por su parte, David Neuhauser, fundador de Livermore Partners, señaló que "2024 es cuando el oro se rompe y alcanza nuevos máximos y más allá". Bajo su punto de vista, la estanflación persistirá en la economía global mientras la inflación se situará entre el 3% y el 5%.
“Mi objetivo es US$ 2.500 para fines de 2024... Gran parte de esto tiene que ver con el hecho de que las fuerzas de la recesión pueden afianzarse a finales de este año y cobrar fuerza en 2024”, expresó.
En tanto, Heng Koon How, responsable de estrategia de mercados de UOB, también compartió una perspectiva positiva para el oro. Concretamente, pronosticó que sus precios establecerán nuevos récords en la segunda mitad de 2024, respaldados por una posible disminución del dólar estadounidense.
La demanda de oro también se mantuvo firme en varias regiones, con el mercado de joyas de oro en China e India resurgiendo a medida que sus economías se estabilizan y el gasto minorista aumenta. Además, la compra del commodity por parte de los bancos centrales fue constante, lo que subraya la confianza en este metal precioso como un activo de reserva confiable.