El mundo financiero está atravesando una etapa compleja. La creciente inflación que ya alcanzó un 8,5% interanual en Estados Unidos, la cifra más alta en varias décadas; la suba de tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) y la guerra entre Rusia y Ucrania son los principales factores que ponen en jaque a la estabilidad bursátil.
Como resultado, los inversores están tratando de proteger su capital manteniendo una gran porción de dinero líquido, aún sabiendo que el poder adquisitivo está en decadencia. En concreto, el índice Bloomberg Dollar Spot superó todos los demás activos del mes, registrando un aumento del 0,6%.
En este marco, Dan Suzuki, director de Inversiones de Richard Bernstein Advisors, explicó: “Cada vez que ve este tipo de volatilidad del mercado, los inversores acuden en masa a la seguridad del efectivo, y ahora está viendo absolutamente esa dinámica”.
“En lugar de un cambio de acciones a una combinación de bonos y efectivo, los movimientos hacia el efectivo están siendo financiados por las ventas de acciones y bonos. Eso resultó en un gran aumento en la demanda de efectivo”, agregó.
Lo curioso de este comportamiento es que se está creando un círculo vicioso: los inversores quieren quedarse en efectivo por las caídas de las acciones y los bonos, entonces venden sus tenencias y, al aumentar la oferta, los precios efectivamente caen.
Tal como afirmó Paul Tudor Jones, el experimentado inversor de Wall Street, lo que realmente importa ahora es la preservación del capital, ya que “no se puede pensar en un entorno peor que el que tenemos ahora para los activos financieros”.
El objetivo de mantener una porción de dinero líquido y listo para ser utilizado en cualquier momento es aprovechar las potenciales caídas del futuro, las cuales brindan interesantes oportunidades de inversión de cara al largo plazo.