La inflación es uno de los peores enemigos para el bolsillo de los argentinos. En un contexto en el que la pandemia volvió a golpear fuerte en Argentina y en donde se activó nuevamente el temor a restricciones cada vez más severas, todos los esfuerzos del Gobierno estarán enfocados en mantener una política de precios que no le sea esquiva a la dura realidad que atraviesan los argentinos y su poder adquisitivo.
En el primer trimestre de 2021, la inflación acumulada fue de 13% y promedia 3,9% en los últimos seis meses. La consultora Ecolatina elaboró un informe en el que evaluó las causas y consecuencias de la aceleración inflacionaria.
La relajación de las restricciones y la inflación contenida durante la cuarentena de 2020, las expectativas de devaluación en un primer momento y la mayor relevancia del dólar paralelo en la importación de bienes después, además de algunas actualizaciones salariales, explican esa importante aceleración, plasmaron en el documento.
Desde la segunda mitad de 2019 no se registra un promedio inflacionario semejante. En aquel entonces, la suba de precios acumuló 25,7% entre julio y diciembre (3,9% promedio), explicado por la devaluación de agosto luego de las PASO.
Sin embargo, desde Ecolatina advirtieron que la aceleración actual es mucho más constante y persistente que la del cierre de la gestión Cambiemos, de modo que su baja será más lenta y, también, difícil. En la actualidad, argumentaron, el pico inflacionario fue el 4,8% de marzo, seguido del 4% de diciembre 2020 y enero; en 2019 el pico había sido de 5,9% en septiembre, seguido de 4,3% en noviembre.
Desde la consultora señalaron también que en el segundo semestre de 2019, el capítulo alimentos y bebidas estuvo en línea con el nivel general de precios (+3,9% promedio mensual), mientras que en la actualidad se ubica 0,3 puntos porcentuales por encima de éste. "Como resultado, los alimentos y bebidas avanzaron 27,8% en el último semestre (+2 puntos respecto del 25,7% general), profundizando el impacto de la suba de precios sobre los hogares de menores ingresos", explicaron.
"La inflación tiene un carácter un poco más regresivo en la actualidad que en la segunda mitad de 2019, completaron. Mientras que entre octubre de 2020 y marzo de 2021 la suba de precios del decil más bajo acumuló 25,6%, la del decil más alto alcanzó 25,2%. En cambio, estos valores fueron de 24,6% y 26,6%, respectivamente, en la segunda mitad de 2019. Aunque a nivel agregado no se encuentran grandes diferencias, sí se observan disimilitudes relevantes al analizar el impacto a lo largo de la pirámide de ingresos, explicó la consultora.
¿Cómo se entiende el fenómeno inflacionario actual?
Ecolatina consideró que existen varias diferencias entre la aceleración de precios que se dio luego de las PASO de 2019 y la que se vive actualmente. En el primer caso, las causas de la aceleración eran "claras e inmediatas": un salto cambiario (+33% en una semana), que impulsó a los bienes y servicios transables. Por lo tanto, cuando el dólar oficial se estabilizó, cepo mediante, la inflación se desaceleró.
En cambio, en los últimos seis meses, "los factores son más difusos. A comienzos de 2021, el Banco Central redujo su tasa de devaluación, a la vez que los mercados paralelos calmaron su ritmo frenético y la brecha se atenuó. Por lo tanto, hay que buscar otras causas, afirma Ecolatina en su informe.
La primera que destacó la consultora fue el aumento del tipo de cambio efectivo para importaciones, es decir, el dólar que sirve de referencia para los precios que es una suma ponderada entre las compras que se realizan al tipo de cambio oficial y al paralelo. Si bien ambos subieron por debajo de la inflación en los últimos meses, el tipo de cambio paralelo fue ganando relevancia y trasladándose a los precios. Lamentablemente, por la falta de estadísticas y precisiones, no podemos saber la magnitud de este ajuste, pero lo que sí podemos afirmar es que es relevante, destacó Ecolatina.
En segundo lugar, también jugó fuerte la actualización de precios, que se aceleró después del relajamiento de las medidas sanitarias hacia fin del año pasado. Una parte tiene que ver con la inflación acumulada durante los peores meses del aislamiento social. Por ejemplo, hubo aumentos de 31,5% y 29% entre octubre y marzo en restaurantes y hoteles, por un lado y esparcimiento, por el otro.
También se refirieron al shock de emisión del 2020 como una de las causas fundamentales. Por último, aparece la inflación internacional y la suba del precio de los commodities. Esta dinámica, que ayuda sensiblemente a nuestro país en el frente externo, trae algunos problemas en materia de precios internos, aunque no sería correcta responsabilizarla íntegramente del proceso inflacionario que ya tiene más de 10 años en Argentina.
Para Ecolatina, si al cierre de 2020 el Gobierno se proponía que la inflación perforará el 30% en este año electoral, al momento debe estar enfocado en que no supere el 40%. Lograrlo será una tarea difícil, y posiblemente se tensen otras variables para cumplir el objetivo -tarifas, tipo de cambio, más controles de precios-. El tiempo juega en contra mientras los desequilibrios se agravan y algunas políticas tardan en dar resultados. Las próximas semanas serán importantes, concluyeron.