¿Tendría que haber un impuesto a la riqueza? Mucha gente piensa que sí, y eso es malo.
Entre la serie de impuestos para atracar la economía que promueven los demócratas por estos días, uno de los más peligrosos es un impuesto a la riqueza. Ellos piensan que es un golazo político.
Si tenés bienes que pasan determinado límite, tendrías que pagar una porción anualmente al Gobierno. Los bienes incluirían acciones, bonos, efectivo, arte, autos, tu casa, tus ahorros jubilatorios y cajas previsionales, tu negocio, si tienes uno, bienes a nombre de tus hijos; en definitiva, todo lo que vos y tu familia tienen. La senadora Elizabeth Warren, que bien puede ser la próxima secretaria del Tesoro en una administración Biden, es una feroz promotora de un impuesto a la riqueza nacional.
La idea es superficialmente popular. Los ricos tienen todo este dinero que les sobra, ¿por qué no tomar una porción para financiar programas gubernamentales que se requieren?
Los que apoyan esto tienen una noción caricaturesca de que la fortuna de los así llamados ricos consiste en pilas de efectivo, y todo lo que hay que hacer es entrar y juntarla con una pala. Como si se tratara de entrar a la bóveda del Tío Rico del Pato Donald. Lo opuesto es la verdad. Solo una pequeña parte de la riqueza a la que las senadoras Warren de este mundo quieren meterle impuestos consiste en efectivo; el resto son bienes como negocios, seguridades y edificios. Semejante impuesto sobre la economía la liquida.
Un impuesto a la riqueza destruye los ahorros. Sin ahorros, lo que los economistas llaman capital, no tendrías la inversión que se necesita para crear y expandir negocios. Se requiere dinero para lanzar y hacer crecer una compañía. Un impuesto a la riqueza también deprime el valor de los bienes. Si el Gobierno se toma una tajada cada año, eso hace bajar el valor de lo que tenés. La presión a vender significa precios más bajos.
Un aspecto aterrorizador de un impuesto a la riqueza es la masiva invasión de la privacidad que significa. Cada año la oficina impositiva IRS y los sabuesos locales tendrían el poder de examinar todo lo que te pertenece, incluyendo lo que tenés en tu hogar, como joyas. Cada compra y venta que hagas estaría expuesta a los ojos espiadores de los burócratas del Gobierno. Esta es la razón por la cual cada país que implementó un impuesto a la riqueza terminó aboliéndolo. Trajo mucho más daño que beneficio. ¿Por qué cometer un error tan destructivo aquí?
Extraído de 'What's Ahead', el nuevo podcast de Steve Forbes. Disponible en iTunes y GooglePlay Store.