El Gobierno argentino pagó este martes US$190 millones al Club de París mientras que decidió postergar hasta el 31 de octubre los próximos vencimientos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por casi US$2.600 millones. Así, los pagos al organismo se realizarán luego de las elecciones generales, en medio de la pulseada con el mercado por mantener a raya la brecha cambiaria y la escasez de reservas en el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Esta herramienta ya había sido utilizada desde junio por el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, para ganar tiempo. En detalle, el calendario de octubre marcaba para este viernes un pago de US$1.267 millones al Fondo, otros US$634 millones el jueves de la próxima semana, sumando unos US$1.900 millones que caían antes de la contienda electoral, y otros US$667 millones el lunes 30 de este mes.
En paralelo, se conoció que este martes se giraron US$190 millones al Club de París tal como estaba previsto en el último acuerdo de las autoridades del organismo con las del país. Además, se afrontaron vencimientos con otras entidades por lo que las reservas internacionales brutas cayeron US$228 millones.
La falta de divisas obligó al titular del Palacio de Hacienda a recurrir a US$1.000 millones en yuanes del primer tramo del swap con China y otros US$1.700 millones en DEGS para afrontar el vencimiento de junio. El gigante asiático aportó además un crédito puente de US$1.700 millones para cancelar el compromiso de julio, al que se sumaron US$1.000 millones de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Por último, en agosto hubo otro giro al Fondo por US$800 millones con fondos que prestó Qatar.
La ingeniería financiera que utilizó Massa tuvo como telón de fondo el retraso en las negociaciones por la última revisión con el organismo, de la que dependía un desembolso por US$7.500 millones. La Argentina además tuvo que convalidar una devaluación del 22% el lunes siguiente a las PASO como una acción previa para recibir esos recursos, aunque la aceleración de la inflación terminó por licuar la mejora en la competitividad del tipo de cambio oficial.
En este contexto, el principal objetivo del ministro de Economía es evitar una disparada de los dólares paralelos que fuerce un nuevo salto cambiario. Para eso será importante postergar vencimientos y llegar a las elecciones con el mayor poder de fuego posible en el BCRA.
Las reservas internacionales se encuentran por debajo de los US$27.000 millones y las netas se mantienen en negativo por US$5.000 según diferentes estimaciones privadas. La implementación del dólar soja, que finalizaba en septiembre y se extendió durante octubre, dio un poco de aire para sostener las intervenciones de la autoridad monetaria sobre la brecha cambiaria. Esas operaciones se concentran fundamentalmente en el dólar MEP.
En detalle, el BCRA utilizó en agosto US$870 millones para contener los dólares financieros. Ese fue el récord de la gestión de Alberto Fernández, pero no sirvió para evitar el salto devaluatorio posterior a las primarias. La consultora LCG afirmó que en lo que va del año la autoridad monetaria destinó US$2.200 millones para intervenir en el MEP, pero los montos crecen a medida que se acercan las definiciones electorales.