El Gobierno quiere seguir naufragando en aguas tranquilas. La tranquilidad cambiaria que hay hace algunos meses es una preocupación menos hoy para el Gobierno, pero es un tema que no puede descuidar. En la Rosada lo saben muy bien. Por eso, varios funcionarios estarán esta semana con la cabeza en Europa y a la espera de alguna señal del Club de París.
Argentina no pagará hoy un vencimiento de deuda con el Club de París por casi US$ 2.500 millones, y utilizará los 60 días de gracia que se gatillan de inmediato para intentar arribar a un acuerdo con ese pool de países acreedores. Así lo confirmaron ayer por la noche fuentes oficiales, al señalar que existe confianza en el Gobierno argentino en arribar a un acuerdo, con apoyo de las principales naciones europeas, como Alemania y Francia.
El monto que la Argentina debería cancelar este lunes está integrado por US$ 2.248 millones de capital y US$ 237 millones de intereses, por lo que asciende a US$ 2.485 millones. En la reciente gira del presidente Alberto Fernández por países europeos, hubo declaraciones de sus pares de Francia, Emmanuel Macron, y luego de la canciller alemana Angela Merkel, a favor de alcanzar un acuerdo, pero el Club de París no se pronunció formalmente.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, continuará las conversaciones con el FMI para intentar arribar a una renegociación de pagos con el organismo, un requisito para que luego el Club de París siga el mismo camino, según se especula en el mercado financiero.
Cuál es el objetivo del Gobierno
El ministro Martín Guzmán busca evitar un shock y sabe que de las definiciones sobre el futuro de la deuda dependerá la calma cambiaria. La Argentina podría buscar del Club de París un permiso que extienda el plazo de pago a un período mayor a 60 días, para evitar el impacto negativo que tendría una declaración formal de default.
Fernández ya gestionó esa prórroga, pero la respuesta recibida de los mandatarios europeos fue que, para llegar a un acuerdo con el Club de París, debía primero resolverse la negociación con el Fondo Monetario. Alemania y Japón son los principales acreedores argentinos en ese consorcio de acreedores. Argentina cayó en default con el Club de París durante la fenomenal crisis económica de diciembre de 2001.
La estrategia de Guzmán coincide en que primero debe resolverse la negociación con el Fondo Monetario, para luego avanzar con el Club de París. Ese consorcio prevé reunirse a principios de junio y allí podría empezar a definirse si habrá una respuesta formal al pedido formulado por la Argentina de postergar el vencimiento.