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Luis Caputo
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Por qué la economía tendrá un verano de furia, mientras “coquetea” con la híper

Carlos Boyadjian

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El riesgo de espiralización de precios está latente tras la devaluación y los cambios necesarios en los precios relativos. Pero si el plan tiene éxito, la economía podría rebotar fuerte en 2025.

23 Diciembre de 2023 15.30

Tras la asunción del presidente Javier Milei el pasado 10 de diciembre el país entró en modo ajuste, con un gobierno decidido a poner en duda todas las “vacas sagradas” del kirchnerismo, como la expansión monetaria para sostener el consumo y el mercado interno, la asistencia del Estado atendiendo viejos y nuevos derechos, la política de subsidios en tarifas de servicios públicos, y el atraso cambiario como ariete para expandir la “sensación de riqueza”.

En la visión del nuevo gobierno, y vale aclararlo también de la mayor parte de los analistas económicos, esta hoja de ruta económica es combustible para la aceleración inflacionaria, que según datos oficiales llegó al 12,8% en noviembre y 160,9% interanual, el mayor nivel desde febrero de 1991. A lo que suma el crónico déficit fiscal.

Probablemente, cuando se contabilice la inflación de diciembre la inflación anual terminará por encima de 170%, o incluso acercarse al 180%.

En este contexto desde el propio Gobierno advierten que la inflación está navegando a un ritmo del 1% diario o 30% mensual, y que eso es consistente con una inflación de casi de 3700% anual.

Es decir, que en la visión del propio elenco gubernamental la Argentina atraviesa un nuevo proceso hiperinflacionario, tal como el de mayo-julio de 1989, también en diciembre del mismo año y diciembre de 1990-marzo de 1991, el momento en que se lanzó el plan de Convertibilidad, que logró derrotar a la inflación por más de una década.

Pero hay un dato más que abona la teoría de la híper. Las dos primeras semanas de diciembre acumulan una inflación que, según estimaciones de varias consultoras van del 16 al 18%, lo que arrojaría para el mes niveles inflacionarios del 30%. Como dato vale recordar que en febrero de 1991, justo antes de que el exministro Domingo Cavallo lanzara el plan de Convertibilidad la inflación llegó al 27%.

Precios volando

Así se estaría a las puertas de la definición clásica de hiperinflación, que se define a partir de niveles del 50% mensual, que acumularían cuatro dígitos al año (más de 1000%).

Para la consultora Ecolatina a partir de la segunda quincena de octubre, en medio de un complejo proceso electoral, comenzó a verse una aceleración inflacionaria que ya no tuvo freno.

“Esta aceleración se acentuó tras el ballotage del 19 de noviembre, ante las expectativas de una pronta devaluación y el desanclaje de los acuerdos de precios vigentes impuestos por un gobierno en salida que perdía poder de control y una futura administración que promueve “precios libres”, afectando a rubros como consumo masivo, combustibles y medicamentos, entre otros, indicó.

Tras la asunción de Milei y sus primeras decisiones, el proceso se potenció, al punto que el mismo gobierno admite que habrá un primer trimestre con inflación muy elevada. Si bien dice que está haciendo las correcciones necesarias, la Casa Rosada abona la teoría de que primero habrá de subir varios escalones la inflación para después estabilizarse y tender a bajar.

“Frente a la fase de corrección de precios relativos que ya se inició, el dato de noviembre 'queda viejo', previéndose una inflación mucho mayor para los próximos meses”, afirma Santiago Romero Manoukian, economista jefe de Ecolatina.

Números en rojo

Los cálculos de la consultora ubican la inflación de las primeras dos semanas del mes en 18,1%, con gran impacto derivado de la distorsión de precios relativos. Y agregó: “Estimamos una aceleración adicional para la segunda mitad del mes, llevando la inflación mensual a la zona del 25% y dejando un arrastre negativo de cara a enero”.

Por su parte, la consultora Orlando Ferreres y Asociados calculó un incremento de los precios del 16,8% para el promedio de las primeras dos semanas del mes versus el promedio de noviembre e incluso la inflación núcleo (sin precios regulados ni estacionales) llegó al 17,7%.

Ese desempeño estuvo traccionado por rubros como Esparcimiento (32,1%), Equipamiento del hogar (21,2%), Salud (15,3%) y Transporte y comunicaciones (15%), mientras que Alimentos y bebidas quedó en 12,2% más bajo que el resto, pero con gran peso en la composición de gastos de las familias.

En la visión de Ecolatina, y de muchos economistas, antes de estabilizar la economía es necesario corregir los precios relativos, porque de lo contrario en poco tiempo las tensiones de precios volverían a demandar nuevos ajustes, impidiendo la estabilización y la baja de los niveles inflacionarios.

El economista Andrés Borenstein, director Asociado en Econviews, consideró por su parte, que hasta el momento las medidas que anunció el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, “no son un plan de estabilización, más bien es un ajuste de precios relativos necesario para luego estabilizar”.

Consideró que ese ajuste “tiene que durar hasta febrero y ahí debe venir el plan de estabilización”, y no descartó en la coyuntura apelar a un acuerdo de precios y salarios.

“Si nos sale bien, el 2025 va a ser un año espectacular y la economía puede crecer el 8%”, pronosticó.

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