El Gobierno eligió al sector energético para activar su propio Plan Platita de cara a las elecciones. Además de la baja del 4% en el precio de los combustibles, se decidió un congelamiento del gas de cara al invierno que implicará un fuerte aumento en términos de subsidios.
El precio del gas a nivel mayorista denominado PIST tendría que haber pegado un salto desde 3,1 dólares el millón de BTU (la unidad de medida del gas) a unos 4,5 dólares en promedio en el periodo que va de mayo a septiembre, tal como sucedió en 2024.
Sin embargo, fuentes oficiales confirmaron a Forbes que se mantendrá sin modificaciones y que la diferencia para pagarle a los productores locales (que en invierno reciben un precio mayor) y la importación de GNL se cubrirá con mayores subsidios.
"No me parece descabellado en este contexto. Tanto en gas como en electricidad. Es realmente muy difícil pasar todas las variaciones estacionales a tarifas porque se conjugarían dos efectos: precios altos y cantidades elevadas. En un contexto donde los salarios no se recuperan lo suficiente, y el peso del gasto energético en el hogar sube cada vez más, no vea que sea algo descabellado", opinó el economista Julián Rojo ante la consulta de este medio.
La clave para que el impacto fiscal sea el menor posible es que el dólar llegue al piso de la banda de 1.000 pesos. De esta manera, los precios de los cuadros tarifarios en pesos tendrán un mayor peso y el componente de subsidios será menor.
Para compensar el efecto de esta medida que genera mucho ruido dado que va en la línea inversa de recomposición tarifaria iniciada el año pasado, el Gobierno cumplirá una promesa a las distribuidoras que implica una normalización del sector luego de seis años de reclamo.
A partir de mayo entrará en vigencia la primera cuota de la revisión quinquenal tarifaria (RQT) que implica salir de una situación de emergencia con total discrecionalidad de precios. El número total resultante de las audiencias que pedían las distribuidoras era un ajuste del 15% que finalmente se recortará a poco menos del 10% y en varias cuotas.
Así, las tarifas de gas solamente subirán un 3% en mayo por la vigencia de la primera de estas cuotas y una leve actualización mensual por inflación. Del mismo modo, las tarifas de electricidad subirán un 2,5% por tener un menor impacto en esta RQT y no afrontar precios mucho más elevados de cara al invierno.
De todas maneras, también habrá un aumento de subsidios en el sector eléctrico dado que el costo de generación se incrementa un 40%.
Como explicó Forbes, el panorama es parecido en el sector de combustibles donde ya se acumulaba un atraso significativo en términos de impuestos de 200 pesos por litro de nafta que implicarían un salto del 17%. Eso genera una pérdida de ingresos en torno a los 200 millones de dólares al mes a las arcas del Tesoro que ahora podría agravarse justo cuando hay un mayor compromiso de superávit fiscal frente al FMI.