La inflación de Estados Unidos todavía no está bajo control, lo que no sólo podría generar graves consecuencias a nivel local, sino también a nivel internacional. Y en este caso, la Argentina no está exenta de los riesgos.
Puntualmente, la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por su sigla en inglés) reveló que el índice de precios al consumidor (IPC) estadounidense creció un 3% interanual en enero, frente al 2,9% alcanzado en diciembre.
Además, la canasta seleccionada avanzó un 0,5% de manera mensual, el mayor incremento desde agosto de 2023, una cifra superior al 0,4% observado en el último mes de 2024 y un número más alto que el 0,3% esperado por los economistas.
El dato fue relativamente negativo por factores estacionales como el aumento de los costos del combustible y la fuerte rigidez de la inflación de alimentos.
"No hay forma de endulzar esto. No es una buena noticia", afirmó Claudia Sahm, economista jefe en New Century Advisors y ex economista de la Reserva Federal (Fed). "Lo único que hay que decir es que se trata de una decepción habitual", añadió.
El problema es que una inflación que todavía se resiste a la política monetaria del banco central obligaría a este organismo a mantener elevadas las tasas de interés en el rango actual de 4,25-4,50%. En consecuencia, Argentina y gran parte del resto del mundo saldrían perjudicados.
"Una previsión de inflación al alza llevaría a abandonar el sendero de la baja en las tasas de referencia. Y esta es la consecuencia más negativa que podría tener el conflicto a nivel comercial sobre la economía argentina, ya que alejaría al país de los mercados internacionales para obtener financiamiento", comentó Ignacio Morales, director de Inversiones en Wise Capital.
"Este escenario complica la posibilidad de la Argentina de regresar a los mercados internacionales en el corto plazo. Este cambio que puede hacer la Fed impactará en los activos de riesgo y sobre todo en el país que para controlar la inflación se recurrió a un ancla cambiaria", agregó Javier Timerman, socio ejecutivo en Adcap Grupo Financiero.
Afortunadamente, la buena relación entre el presidente argentino Javier Milei y el estadounidense Donald Trump podría amortiguar el impacto.
De hecho, Nicolás Monzón, economista sénior en Balanz Capital, relató que "el alineamiento de Milei con Trump puede potencialmente destrabar financiamiento de organismos internacionales y flujos de inversión extranjera directa hacia sectores estratégicos del país".