No es el gas, no es el petróleo y ni siquiera los grandes parques renovables. La fuente de energía que más está creciendo en el mundo es la llamada generación distribuida. Es decir, las pequeñas instalaciones de paneles solares en los hogares que están cambiando el paradigma energético al ser los usuarios los que producen su propia electricidad.
Lejos de ser aquellos equipos prohibitivamente onerosos que estaban circunscriptos a un mercado de usuarios de altos ingresos de países desarrollados “con remordimiento ambiental”, como sucedía hace algunos años, hoy se transformaron en una inversión redituable en la mayoría de los países del mundo.
De hecho, el fenómeno ya se expandió en países de la región que tienen un PBI per cápita menor al de la Argentina, como es el caso de Brasil, donde ya hay más de tres millones de casas con este tipo de artefactos a raíz de sus costos competitivos que permiten un fuerte ahorro en el pago de tarifas eléctricas.
Sin embargo, en nuestro país apenas unos 2.000 usuarios eligieron invertir en este equipamiento y la potencia instalada es mil veces menor a la del país vecino. “El tema fundamental es el valor de las tarifas, que en la Argentina sigue siendo muy barato y hace que los plazos de repago se extiendan. No por nada la mayor cantidad de instalaciones de paneles está en Córdoba, una de las provincias con las tarifas más caras”, sostiene el Gerente General de YPF Solar, Néstor Rejas, en una recorrida por la oficina de Mataderos en la que explica a Forbes los desafíos que hacen falta para potenciar este mercado.
“Las principales limitantes en el país son el precio de las tarifas, la difusión de información entre los usuarios, la falta de financiamiento a tasas razonables para comprar los equipos y la facilidad para importar. Por ejemplo, en estas últimas medidas que se agregó este Impuesto País a las importaciones, exceptuaron a las compras de Vaca Muerta, pero no las importaciones de energías renovables”, agrega Martín Dapelo, referente en generación distribuida de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) y fundador de On-Networking, distribuidor oficial de YPF Solar en este tipo de equipamiento.
Con un costo aproximado de 2 dólares por watt instalado, un hogar estándar requiere una inversión equivalente a 4.000 dólares al tipo de cambio oficial para abastecer alrededor del 40% de sus consumos, el rango que se recomienda para ser más eficiente.
“En el AMBA, por lo bajas que son las tarifas, tenés uno de los peores resultados de repago. Estás en 14 o 15 años, pero podría bajar a 12 con la implementación de la reciente segmentación tarifaria, cuando los equipos te duran 25 años. De todos modos, lo ideal sería tener una amortización en 7 u 8 años con un financiamiento atado que te permita ir pagando las cuotas de los equipos con el dinero que te ahorras de tarifa”, dice Dapelo.
La cuestión es que, incluso en un escenario sin subsidios, el precio de la electricidad es muy barato en nuestro país debido a sus amplios recursos energéticos. Es por eso, que los especialistas proponen una serie de incentivos para impulsar este segmento.
“Nosotros creemos que esas políticas de incentivo pueden ser temporales por un período determinado en donde a los que son los primeros (los early adopters) tengan ese incentivo para que el mercado se desarrolle. Una propuesta es pasar del actual sistema que se llama Net Billing -que te paga un precio menor por el excedente que vendés a la red por descontar el Valor Agregado de Distribución- al sistema Net Metering que te paga el precio del mercado y te incentiva a instalar más paneles por superficie para que te sobre energía”, ejemplifica el titular de On-Networking.
De todos modos, hay varios nichos de mercado que hoy podrían ser aprovechados en la Argentina con la normativa actual. El primero es el de las empresas y grandes consumidores que, al pagar mayores tarifas, hoy ya pueden tener repagos de 6 años o 7 años en algunos casos. Además, muchas de estas compañías tienen compromisos ambientales que deben cumplir y que las obligan a instalar este tipo de tecnología.
Un beneficio que otorga la ley argentina es la posibilidad de deducir el pago de IVA e Impuesto a las Ganancias con un crédito fiscal a cinco años de 120.000 por kw de potencia instalado con un tope de ocho millones y medio de pesos.
Otra novedad que acaba de reglamentarse es la generación comunitaria, que permite la agrupación entre distintos vecinos para que el parque no esté en tu mismo punto de consumo y tenga múltiples propietarios. “Si vivís en un edificio ahora podés juntar muchos vecinos y decir vamos a este garaje o este galpón que está a un par de cuadras y tiene un techo apto y todos invertimos ahí y hacemos un parque. Del mismo modo, un inquilino que antes tenía miedo de invertir por el riesgo de mudarse en algún momento, con esta modalidad tiene asignado sus kwh a su número de medidor. Por lo tanto, el día que se mude, solicita el cambio de número de medidor y sigue recibiendo esa energía renovable”, cuenta Dapelo.
El segmento de viviendas sociales es otro de los que guarda el mayor potencial de crecimiento a corto plazo, según observan desde YPF Solar. La ventaja en este caso, es que está comprobado que la inversión del Estado en agregar estos equipos a las viviendas de sectores de bajos ingresos es mucho menor al posterior pago de subsidios por esa energía. Sumado a todo el derrame en la cadena de proveedores y en términos de empleo.
“En este tema venimos trabajando hace muchos años. Por ejemplo, en la urbanización del Barrio 31, el Rodrigo Bueno. Acá, los organismos internacionales que dan préstamos para ese tipo de viviendas ya prácticamente ponen como requisito que incluyan energías renovables. Porque una persona que hoy vive en una vivienda precaria y accede a un crédito que tiene que pagar una cuota mensual todos los meses, si a eso le incluís servicios que antes no pagaba como energía eléctrica, se torna inviable para esa persona”, dice el Gerente Comercial de la empresa.
“Yo creo que sería muy bueno que se trabaje a partir de una ley nacional. El gran desafío es que el Estado a través de una política energética de largo plazo tome la determinación de incluir a las energías renovables en todos los planes de vivienda social y trabajar en el subsidio a la demanda, no en el subsidio a la oferta”, agrega Dapelo.