Días atrás, Forbes Argentina daba a conocer cuánto perdería el asalariado argentina contra la inflación en este 2021. Sin embargo, más allá de la pandemia y los estragos que causó, la lucha del argentino contra la suba de precios es histórica. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el poder adquisitivo del salario de los trabajadores registró una pérdida equivalente a entre 3 y 7 sueldos en los últimos tres años. Pero eso no es todo.
En los últimos doce meses, el poder adquisitivo de los trabajadores se redujo un 4,1%, a pesar de la mejora del 2,3% en el primer semestre. Así lo indicó un informe realizado por la Fundación Libertad y Progreso (LyP) en base a datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
La medición del Índice de Nivel de Vida de los Trabajadores (INVT) se toma comparando la evolución de los salarios y la Canasta Básica Total (CBT), utilizada para determinar la línea de pobreza. De la comparación de las dos variables, surge un preocupante deterioro del nivel de vida en plazos más largos, ya que desde agosto de 2013 la caída del INVT fue del 44%.
Por tal razón, LyP remarcó que en los últimos años los trabajadores se han aproximado a la línea de pobreza tanto por la pérdida de valor del peso como por los bajos niveles de inversión. En comparación con mayo, el INVT de junio tuvo una caída del 1,4%, en tanto si la comparación se realiza frente a la Canasta Básica Alimentaria (CBA, que marca el tope de la indigencia), la caída interanual es del 7,6% y el crecimiento del primer semestre se reduce al 0,1%.
Luego del fuerte golpe que recibieron los salarios en 2020 por la pandemia, muchas actividades que se vieron restringidas por las políticas de distanciamiento, paulatinamente se flexibilizaron, señaló LyP en la presentación del índice. No obstante, la entidad precisó que esa recuperación es mucho menor respecto de mayo debido a que dos de los sectores que más empleo generan en nuestro país, construcción y manufacturero, todavía se vieron golpeados por las medidas restrictivas.
Para la economista Natalia Motyl, es dramática la situación de los trabajadores argentinos hoy, además de resaltar que desde la asunción del presidente Alberto Fernández el nivel de vida se ha diluido en 1,2%, resultado, fundamentalmente, de las medidas restrictivas implementadas en 2020.
Mientras continuaban las reuniones sociales en Olivos, a la gente no les permitían trabajar. Hoy vemos las consecuencias de dichas decisiones: una población empobrecida, añadió. La fundación reclamó reformas estructurales para revertir el rumbo que lleva la Argentina y planteó que de no llevarlas a cabo, lo más probable es que luego de las elecciones de este año, la caída sea estrepitosa.
En ese sentido, el director ejecutivo de LyP, Aldo Abram, remarcó el carácter coyuntural de las medidas tomadas de cara a los comicios de noviembre, como reabrir las paritarias que implicará una primera recomposición de los ingresos que, luego, se va a licuar con la inflación.
El problema es que no solamente hay un empobrecimiento porque les quitan poder adquisitivo a los pesos para financiar los excesos de gasto del gobierno, indicó, para agregar que los bajos niveles de inversión hacen que cada vez los trabajadores produzcan menos y, por ende, cobren menos, porque, por ejemplo, empiezan a hacerlo con máquinas y tecnología vieja o 'atada con alambre'.
Cuánto necesita una familia tipo para no ser pobre
Una familia tipo propietaria de vivienda en la Ciudad de Buenos Aires necesitó en julio un ingreso de al menos $ 66.545 para cubrir los gastos de la Canasta Básica (CBT) y no caer en la pobreza, según datos oficiales.
El informe de la Dirección General de Estadística y Censos (DGEyC) calculó además que un hogar compuesto por una pareja económicamente activa que no alquila, y con dos hijos, precisó unos $ 35.340 para no ser considerados indigentes.
La Canasta Alimentaria (CBA), que determina ese umbral, registró un aumento de 54,6% respecto de julio de 2020. Si la comparación se realiza contra junio, el salto fue de 2,19%. Esa misma familia, para cubrir los gastos de la Canasta Básica y no ser considerada pobre debió contar con una entrada mensual de $ 66.545. El ajuste interanual en ese caso llegó al 48,4%, al tiempo que en la medición mensual el incremento fue del 2,3%.
En tanto, para una pareja de 25 años económicamente activa y no propietarios de vivienda, el costo de la Canasta fue de $ 45.183, mientras que la alimentaria se ubicó en $ 21.436.