El Gobierno anunciará este viernes por la tarde un nuevo tipo de cambio diferencial para el agro y otras medidas de estímulo a las exportaciones vinculadas a alivios impositivos. El objetivo es sumar US$2.000 millones hasta el 31 de agosto para fortalecer las reservas del Banco Central, las cuales se encuentran en niveles críticos, y acelerar la recaudación ante el impacto de la sequía en los ingresos. También habrá un encarecimiento de las importaciones vinculadas a bienes suntuarios, servicios y bienes intermedios, con excepciones para quienes utilicen sus propios dólares.
El ministro de Economía y principal candidato presidencial del oficialismo, Sergio Massa, busca llegar sin sobresaltos a las PASO. Para eso necesita sumar divisas y cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le permita ganar tiempo. Es por eso que en las últimas horas se definió con el organismo los próximos pasos a seguir en materia cambiaria y fiscal.
El primer paso será actualizar el tipo de cambio diferencial de $300 que rige para las exportaciones de las economías regionales e incluir además al maíz. Si bien no hubo una definición oficial de cuál sería el nuevo valor del dólar agro, fuentes sectoriales indicaron que estaría en el orden de los $350. De todos modos, en Economía señalaron que habrá una cuotificación para el maíz, en busca de que no se afecte la oferta y el precio del mercado local de una manera que influya sensiblemente en la inflación de alimentos local.
La otra pata de las medidas será un nuevo impuesto o percepción para las importaciones. Podría ser una especie de impuesto PAIS que actualmente se aplica para los consumos en dólares en el exterior pero extensivo a otros rubros y con un porcentaje menor al 30%. En definitiva un desdoblamiento del mercado cambiario.
En detalle, se analiza que los bienes suntuarios tengan una alícuota de dos dígitos, mientras que bienes intermedios tendrá un recargo de un dígito. La confirmación oficial de los recargos se conocerá en las próximas horas, ya que continúan las discusiones con el FMI sobre ese punto.
En el Palacio de Hacienda intentaron quitar dramatismo al impacto de esas decisiones en la inflación, por lo que destacaron dos puntos a tener en cuenta. El primero es que las importaciones para producción de la canasta básica y de energía no van a sufrir incrementos, es decir, continuarán al dólar oficial. Por otro lado, señalaron que quienes paguen sus exportaciones con sus propias divisas no afrontarán un recargo por el impuesto PAIS ni IVA.
Así, Massa espera no solo acelerar el ingreso de divisas y frenar la salida de reservas, sino además sumar recaudación. Eso mejoraría las posibilidades de cumplir la meta fiscal que se revisa por estas horas con el Fondo.
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) destacaron que los flujos de la autoridad monetaria en el mercado de cambios seguirán en negativo si es que no hay un alivio por el lado de las negociaciones con el FMI o se aplica un nuevo incentivo para la exportación.
Es por eso que proyectaron dos escenarios para los próximos meses: uno en base al supuesto de que no se llegue a un entendimiento con el organismo y otro en el que llegue solo el giro pendiente para junio por US$4.000 millones. Aunque esos recursos se consumirían casi todos para afrontar el vencimiento de capital por US$2.667 millones a finales de julio y de intereses por US$812 millones del primero de agosto.
En concreto, PPI estimó que en el primer escenario las reservas netas del BCRA llegarán al viernes 11 de agosto, previo a las primarias, en US$13.391 millones mientras que en el segundo caso el rojo sería de US$9.341 millones.