En lo que va del año, para hacerle frente a la inflación, la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) ya subió las tasas de interés en siete ocasiones, llevando el nivel de referencia al 4,25%. Como resultado, los mercados financieros se desplomaron. Concretamente, el S&P 500 retrocedió un 20%.
A pesar de las consecuencias negativas, lo cierto es que algunos participantes de Wall Street no están seguros de que los inversores hayan descontado adecuadamente las políticas monetarias restrictivas de los bancos centrales.
Jim Caron, estratega jefe de renta fija en Morgan Stanley, no cree que “los ciclos de senderismo tengan un precio suficiente”. “Lo que está descontado es que la gente espera que las tasas bajen y creo que debemos escuchar lo que dicen los banqueros centrales”, mencionó.
Si bien la inflación retrocedió del 9,1% interanual de junio al 7,1% de noviembre, lo cierto es que aún se encuentra muy por encima de la meta del 2% establecida por la Fed y del promedio histórico del 2,5%, aproximadamente.
Por este motivo, Caron considera que los inversores deberían prestarles atención a los pronósticos en lugar de confiar en que pronto las tasas de interés comenzarán a bajar nuevamente hasta rondar el 0% de principios de año.
Si bien el experto no indicó a cuánto podría irse el S&P 500 en caso de que la Fed siga siendo más agresiva de lo que espera el mercado, Michael Wilson, el estratega estrella del banco visualiza un índice en 3.000 puntos para el primer trimestre de 2023, lo que implicaría una baja de 800 puntos desde la cotización actual.